Últimamente traemos muchos estudios que se centran en demostrar el avance en el desarrollo del bebé con actividades cotidianas que sirven de estímulos. En este caso hablamos de cantar a los niños y la mejora del desarrollo auditivo.
Una reciente investigación finlandesa demuestra que, más allá de la educación musical formal, que tiene un efecto positivo sobre la plasticidad de las neuronas, una experiencia musical tan sencilla como escuchar canciones y/o jugar bailando desde pequeños también es muy beneficiosa.
El estudio, publicado en la revista "European Journal of Neuroscience", consiste en un experimento con 31 niños de dos y tres años a la misma guardería. Por un lado, midieron las capacidades auditivas de los pequeños a través de un electroencefalograma que, entre otras cuestiones, evaluó su habilidad para discriminar sonidos.
Al mismo tiempo, preguntaron a los padres sobre las actividades musicales que habitualmente realizaban en casa. Los resultados mostraron que una mayor actividad musical informal en el hogar (sobre todo las canciones conjuntas, aunque también el baile o los juegos con instrumentos improvisados) se relacionaba con mejores resultados en cuanto a la sensibilidad acústica o la detección de cambios en los sonidos.
Y si consideramos que no somos buenos cantantes, que no tenemos ritmo ni entonamos, no hay que preocuparse. Los autores, científicos de la Universidad de Helsinki, señalan que las habilidades musicales de los padres no parecían influir en esta asociación. Y si tenéis dudas, aquí os dejamos un montón de actividades con música para niños.
Los resultados sugieren que la experiencia musical informal podría facilitar o acelerar el desarrollo de funciones auditivas muy importantes en la infancia, importante tal vez para favorecer el posterior desarrollo de habilidades auditivas para el proceso de aprendizaje lingüístico.
De cualquier manera, al no haberse podido establecer una relación causal entre estos factores, los investigadores reclaman más estudios sobre el tema.
No hay excusa para no cantar, jugar y bailar con los niños desde pequeños. Al margen de que estas actividades contribuyan al desarrollo auditivo de los pequeños, como actividades lúdicas que son harán que se lo pasen en grande y que se refuercen los vínculos con la familia.
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