Son numerosos los estudios que señalan que las conversaciones con tu bebé, aún cuando no pueda entender lo que le estás diciendo, favorece el desarrollo del lenguaje en los más pequeños.
En una nueva investigación llevada a cabo por la Universidad de Stanford, los científicos observaron el lenguaje al que están expuestos los bebés de cinco a ocho meses en casa, a través de conversaciones e incluso historias de los padres.
Encontraron que los padres que "conversan" con sus bebés pueden ayudar a mejorar el desarrollo del lenguaje más rápido que simplemente hablar cuando están en la habitación.
En lugar de simplemente escuchar las palabras de los adultos, los padres que se turnan para tener "conversaciones" con sus bebés pueden moldear sus futuras habilidades lingüísticas.
La cantidad y la calidad del lenguaje al que están expuestos los bebés tiene un efecto significativo en sus futuras habilidades lingüísticas, según la autora principal del estudio Lucy King.
Conversar con ellos, a pesar de que no hablen
Aunque sean muy pequeños para pronunciar sus primeras palabras y apenas expresen sonidos, la comunicación de ida y vuelta, el lenguaje interactivo entre el bebé y los padres tiene un impacto en sus circuitos cerebrales.
Los científicos grabaron esas conversaciones y la información lingüística utilizando un dispositivo sujeto a los bebés, llamado 'Análisis del entorno lingüístico' (LENA). Esta herramienta midió la actividad de la red del lenguaje en reposo de los bebés (partes del cerebro vinculadas al lenguaje) mientras dormían.
Examinaron las dos subredes del lenguaje central dentro del cerebro de un bebé, una que se desarrollan en el útero, y la otra en los primeros meses después del nacimiento.
Mientras están en el útero, los bebés comienzan a desarrollar una red de procesamiento auditivo que se relaciona con la forma en que los oídos y el cerebro trabajan juntos para comprender el sonido.
Más tarde, los bebés desarrollan otra red para comprender oraciones más complejas, vocabulario y el significado de palabras en la primera infancia.
Las regiones en cada una de las dos subredes de idiomas se activaron juntas, lo que sugiere que trabajaron de la mano.
Aquellos bebés que estuvieron expuestos a más conversaciones 'turnándose' con sus padres en casa se relacionaron con una conectividad más débil en la red del cerebro que utilizan para comprender el sonido.
Los hallazgos sugieren que las conexiones cerebrales pueden debilitarse y fortalecerse a medida que se refinan durante el desarrollo.
Los científicos dicen que más investigación podría revelar cómo una conectividad más débil se relaciona con más conversaciones e influye en el desarrollo del lenguaje de un bebé.
"Estos resultados proporcionan evidencia del papel de las interacciones vocales con los cuidadores, en comparación con el habla de un adulto escuchado por casualidad, en la función de las redes del lenguaje en la infancia", escribió King en el artículo.
Los resultados destacan la importancia de los entornos de la vida temprana en la configuración del funcionamiento y el desarrollo del cerebro de un niño, y la necesidad de ayudar a los padres a proporcionar entornos enriquecedores.