En las guarderías se juega poco, y eso es un problema

En las guarderías se juega poco, y eso es un problema
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Los jardines de infancia de hoy en día son muy diferentes a lo que eran hace 20 años y se parecen más a la educación primaria.

Unos investigadores han demostrado que los niños de cinco años dedican más tiempo a actividades de aprendizaje académicas impartidas por el maestro que a las opciones de aprendizaje basadas en juegos que son las que ayudan a que los niños desarrollen su capacidad de iniciativa y fomentan el desarrollo social entre los niños.

Soy ex-profesor de guardería, padre de tres niñas que han pasado recientemente por la guardería e investigador y educador de educación primaria. Las guarderías llevan siendo una parte importante de mi vida adulta desde hace casi 20 años.

Como padre, he visto cómo algunos proyectos dirigidos por estudiantes, mesas sensoriales (que incluyen arena o agua) y áreas de juegos de teatro han sido reemplazados con el tiempo por lecciones del profesor, centros de escritura y pósters con listas de palabras que los niños tienen que memorizar. Como investigador, he comprobado, junto con mi compañera Yi Chin Lan, que los maestros de preescolar esperan que los niños tengan conocimientos académicos, habilidades sociales y capacidad de autocontrol cuando llegan a la guardería. ¿Por qué importa todo esto?

Solo trabajo y nada de juegos

Guarderia

Primero hay que entender cómo son las guarderías de hoy en día. Parte de mi tarea como investigador es hacer entrevistas a todas las personas que forman parte de una guardería (niños, profesores y padres) sobre sus opiniones acerca de lo piensan que es una guardería y qué es lo que debería ser. Durante las entrevistas enseño un vídeo de 23 minutos que hice el año pasado sobre un día normal en una clase de guardería de un centro público.

La clase que grabé en vídeo tenía 22 niños preescolares y un profesor y se pasaban prácticamente todo el día escolar juntos. Durante dicho tiempo, llevaban a cabo 15 actividades académicas diferentes que incluían decodificar y visualizar palabras, leer para sí mismos y después leer a un compañero, contar hasta 100 (de uno en uno, de cinco en cinco y de diez en diez), practicar sumas fáciles, contar dinero, ejercicios de ciencia sobre seres vivos y escribir en un diario de clase varias veces. No había recreo hasta la última hora del día y solamente duraba 15 minutos.

Ya se les empieza a preparar a los niños en la guardería con vistas a hacer exámenes.

Para los niños de cinco a seis años, es una carga de trabajo inmensa y los profesores también se ven saturados para cubrir todo el material que tienen que enseñar. Cuando le pregunté a la profesora que sale en el vídeo por qué daba tanta materia, me dijo que:

Nos presionan para que los niños rindan más a nivel académico.

Aunque la profesora admitió que la carga de trabajo de los niños en preescolar era exagerada, también dijo que ella no podía hacer nada al respecto.

A ella le piden que evalúe a sus alumnos de forma constante, no solo para su control personal, sino también mediante informes cuatrimestrales, pruebas de lectura, alfabetización según la zona, pruebas matemáticas y pruebas según la provincia.

A su vez, cuando le pregunté a los niños qué es lo que habían aprendido, sus respuestas me dejaban claro dos cosas: uno, que aprendían para seguir las normas; y dos, que aprender era simplemente algo obligatorio para pasar al siguiente curso y tener opciones de encontrar trabajo algún día. Casi todos los alumnos me dijeron que querían más tiempo para jugar y un niño incluso me dijo:

Ojalá hubiera más recreo.

Estos hallazgos son similares a los de los investigadores Daphna Bassok, Scott Latham y Anna Rorem sobre cómo las guarderías de ahora se centran en clases de lengua y matemáticas. También se hacen eco de otras declaraciones de maestros de preescolar que dicen que ya se les empieza a preparar a los niños en la guardería con vistas a hacer exámenes.

Jugar es beneficioso para los niños

La ciencia no ha dejado de demostrar que las actividades centradas en juegos ayudan a los niños a mejorar a nivel académico, social y emocional. Además, el recreo en especial ayuda a los niños a recuperar la capacidad de atención para poder aprender en el aula.

Si les damos a los niños la oportunidad de jugar y de involucrarse en actividades manuales, les estamos ayudando a internalizar nueva información y a comparar y contrastar lo que aprenden con lo que ya saben.

Centrarse en las reglas puede disminuir la disposición de los niños a esforzarse académicamente y su curiosidad, así como ser una traba para su autoestima y su motivación como alumnos: todo esto puede tener un efecto negativo en su rendimiento en el colegio y en su futuro.

Si les damos a los niños la oportunidad de jugar y de involucrarse en actividades manuales, les estamos ayudando a internalizar nueva información y a comparar y contrastar lo que aprenden con lo que ya saben. También les da la posibilidad de interactuar con otros niños en un ambiente más natural y pueden resolver problemas por su cuenta. Por último, también les permite a los pequeños dar sentido a sus emociones dentro y fuera de clase.

Los niños que piden más tiempo de recreo no están intentando librarse de las tareas y saben que en clase tienen que trabajar. Lo que realmente quieren es tiempo para recuperarse y para poder ser ellos mismos.

En uno de mis estudios, otro niño de preescolar me dijo que:

Aprendemos sobre las cosas que necesitamos aprender, porque si no aprendemos cosas, entonces no sabemos nada.

Aprendiendo explorando

Guarderia

¿Qué podemos hacer para ayudar a los niños en las guarderías?

No creo que haya que quitar toda la formación académica de las guarderías. Todas las partes con las que he hablado, incluso los niños, coinciden en que en la guardería hay que aprender las destrezas básicas para poder ir al colegio bien preparados.

Sin embargo, lo que falta es la libertad para explorar tal y como me decía un maestro en una de mis grabaciones:

Aprender explorando y libremente ha sido reemplazado por sentarse, atender, hacer los deberes y, si queda tiempo, jugar un rato.

Tanto el sistema educativo como los colegios se tienen que dar cuenta de que las cosas que piden en los exámenes obligatorios han cambiado las aulas de las guarderías de forma significativa. Pero las familias también tienen que poner de su parte y pueden defender a los profesores para que las quejas a las instituciones vengan de diferentes partes.

Los niños en las guarderías se merecen tener experiencias de aprendizaje que fomenten su desarrollo personal y sus ganas de aprender y de interactuar con otros niños. De esta manera verán el colegio como un lugar que les va a ayudar tanto a ellos como a sus amigos a ser mejores personas.

Autor: Christopher Brown, Profesor Asociado en Educación Infantil, Universidad de Texas en Austin.

Este artículo ha sido publicado originalmente en The Conversation. Puedes leer el artículo original aquí.

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