Si estás buscando un bebé, quizá este mes de agosto sea el que te de la mayor de las alegrías y descubras que estás embarazada. Si es así, queremos analizar las ventajas e inconvenientes que tendrás a la hora de vivir tus nueve meses de embarazo en la época del año que te toca, así como el mes en el que nacerá tu bebé.
Ventajas y desventajas de quedarse embarazada en el mes de julio
En el hemisferio norte, y en concreto en España, el mes de agosto es uno de los más calurosos del año, lo que puede causar algunos inconvenientes a las embarazadas. Pero agosto también es el mes de la luz, las interminables horas de sol y las vacaciones de verano, factores que propician la concepción.
Quedarse embarazada en agosto tiene grandes ventajas que irás descubriendo a lo largo de todo tu embarazo. Pero no te vamos a engañar; también hay algún pequeño inconveniente, si bien estos se olvidarán cuando veas la carita de tu bebé.
En cualquier caso, si quieres saber ya mismo todas las ventajas e inconvenientes que te esperan a lo largo de los próximos nueve meses, te lo detallamos a continuación por trimestres.
Primer trimestre: septiembre, octubre y noviembre
Entre las molestias típicas del primer trimestre de embarazo están las náuseas. No en vano, se estima que aproximadamente el 80% de las embarazadas las sufren, y es realmente angustiante. Las náuseas empeoran con el calor, por lo que dependiendo del momento exacto de la concepción, es posible que tus dos primeros meses de embarazo transcurran entre agosto y septiembre, dos meses bastante calurosos.
También el cansancio y el sueño, síntomas habituales durante el primer trimestre, podrían acrecentarse en la época del año que te toca vivir, tanto por los últimos coletazos del calor veraniego, como por el cambio de estación y de hora que para muchas personas conlleva un cierto decaimiento físico y emocional.
¡Pero no todo es malo! Mientras que para la mayoría de los mortales la vuelta a la rutina y la cuesta de septiembre es un momento especialmente duro, tú tendrás el aliciente de tu embarazo, la emoción de las primeras ecografías y los primeros controles, algo que sin duda te llenará de alegría y optimismo.
Segundo trimestre: diciembre, enero y febrero
La segunda etapa de tu embarazo la vivirás en invierno, entre los meses de diciembre y febrero, y con las Navidades y la festividad de Reyes como telón de fondo. Estas fechas, que ya de por sí resultan mágicas, lo son mucho más cuando te encuentras inmersa en los preparativos para la llegada de tu bebé.
Pero precisamente, la Navidad también supone una desventaja en el segundo trimestre del embarazo, no solo debido a las comidas copiosas que agravan los síntomas digestivos propios de esta etapa, sino por los ajetreados planes que la rodean (compras, reuniones familiares, compromisos, tiendas abarrotadas...) y que podrían comprometer tu descanso.
Y es que si bien el segundo trimestre suele ser el que mejor sienta a la embarazada y en el que más energías tiene, la Navidad es una época de mucho ajetreo, por lo que deberás cuidarte especialmente. También es muy importante que cuides tu salud en esta época de frío, pues los catarros y la gripe provocan síntomas muy molestos durante el embarazo, elevando también el riesgo de complicaciones.
Tercer trimestre: marzo, abril y mayo
La última etapa de tu embarazo la vivirás en plena primavera. Notarás cómo los días empiezan a alargarse, las temperaturas a suavizarse y... ¡el polen empezará a hacer de las suyas! Y es que durante estos polinizan algunos de los árboles que con más frecuencia encontramos en las calles y parques de las ciudades, como las gramíneas, el olivo o las arizónicas.
Si eres alérgica al polen y sufres picor de nariz y ojos, estornudos, lagrimeo o asma debes saber que no todos los medicamentos para tratar la alergia son compatibles durante el embarazo, por lo que es fundamental ponerse en manos de especialistas que te indiquen el mejor tratamiento a seguir, pues ciertos síntomas mal controlados o no tratados podrían poner el peligro tu salud y la de tu bebé.
Si por el contrario, no sufres alergia primaveral, podrás disfrutar al máximo de esta última etapa de tu embarazo y aprovechar para pasear y ejercitarte al aire libre, y así afrontar el parto con la mejor condición física posible.
No obstante, y aunque la primavera es una estación fantástica para vivir el embarazo, también puede traer aparejado un mayor cansancio (la famosa "astenia primaveral"), que se hará especialmente patente en esta última etapa debido a las incomodidades propias del final.
Cuándo nacerá tu bebé
Quedarse embarazada en el mes de agosto implica que tu fecha probable de parto será en mayo o junio, dependiendo del momento del mes en el que se haya producido la concepción.
Nacer en primavera tiene grandes ventajas para el bebé, ya que los días tienen más horas de luz y las temperaturas se vuelven cada vez más agradables, lo que facilita que puedas salir a pasear con tu bebé desde el primer día, beneficiándose de la vitamina D del sol que tanto necesita.
Para la reciente mamá dar a luz en mayo o junio también tiene aspectos muy positivos, pues pasar tiempo al aire libre y al sol te ayudará en tu recuperación postparto y mejorará tu estado anímico. Además, de cara al verano ya estarás completamente recuperada para disfrutar de tus primeras vacaciones con tu bebé.
Si atendemos al carácter del bebé según la época del año en la que nacerá (un dato curioso, aunque completamente anecdótico), una investigación llevada a cabo por el Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología de Berlín concluyó que los niños y niñas nacidos en primavera tienden a mostrarse más optimistas y enérgicos que los nacidos en las otras estaciones del año.
En cuanto a la salud del bebé durante sus primeras semanas de vida, si bien las "itis" típicas del invierno ya habrán desaparecido, nos adentramos en una época del año en la que proliferan otro tipo de virus responsables de enfermedades como gastroenteritis, conjuntivitis y otitis. Mucha precaución, especialmente si el bebé tiene hermanos en la guardería o en cole.