Los niños dan mucho trabajo, muchos disgustos y a menudo exprimen todas nuestras energías con comportamientos que no comprendemos y con acciones que nos sacan de nuestras casillas. Sin embargo, tienen algo que muchos adultos hemos perdido: la inocencia intacta.
Son tan puros que nos ofrecen momentos llenos de ternura, de esos que te dices “me lo como y no sé por dónde empezar” y que hacen que en la balanza de lo positivo y lo negativo pese mucho, muchísimo más, lo bueno. Uno de esos momentos tiernos es el que podemos ver en este vídeo que os traigo hoy en el que dos grandes amigos viven la vida, tal cual: un niño, su perro y un charco.
Es uno de los vídeos más vistos de YouTube y creo que uno de los más incomprendidos porque he leído muchos comentarios con quejar de que no pasa nada… imagino que porque están esperando que el niño se caiga, que le de una pelota en la cabeza, que el perro salga corriendo y tire al niño o una de tantas situaciones que acostumbramos a ver.
Yo en cambio pensé que en esos pocos segundos había visto mucho, muchísimo, nada menos que un trozo de vida. Una relación de confianza entre un niño pequeño y su perro, un “espérame un momento, que tengo algo importante que hacer y ahora vengo” y un “tranquilo, haz lo que tengas que hacer, que yo te espero”. Pura magia, para mí, pura vida.
Vídeo | YouTube
En Bebés y más | Animales y desarrollo del lenguaje, Los animales no son juguetes, Fomentar en el niño el respeto por plantas y animales