Imposible librarse de ganar unos kilos en la gestación y, aunque no sean muchos, tras el embarazo quieres volver a sentirte bien y cómoda con tu cuerpo deshaciéndote de ellos.
Es probable que tu pareja también haya subido de peso durante 'vuestra gestación', vamos a decir que por solidaridad. ¿Os habéis planteado poneros en forma los dos a la vez? Los expertos aseguran que esta opción tiene muchas ventajas y que la puesta a punto resulta mucho más sencilla. Te contamos por qué adelgazar en pareja es más sencillo y los mejores trucos para lograrlo.
Marisa Burgos, nutricionista en Barcelona de la Clínica Alimmenta, nos da las claves para acertar y nos explica las ventajas de seguir unos hábitos de vida saludables después del parto.
Ventajas de seguir una dieta conjunta
1. Alimentación más eficiente. A la hora de hacer la compra para los dos, conocéis las necesidades de cada uno. De esta forma, planificáis mejor los menús semanales comunes.
2. Motivación. Resulta más sencillo lograr un objetivo (en este caso perder peso) si cuentas con el apoyo de alguien. Y si los dos estáis embarcados en el mismo objetivo, os retroalimentáis.
3. Menos comidas fuera de casa. Seguir una alimentación sana es más fácil si te preparas tú mismo los platos. Otro punto en el que estaréis de acuerdo: evitar los restaurantes durante una época.
4. Más descanso. Dormir bien es fundamental para perder peso. Como los dos lo sabéis, procuraréis organizar mejor las horas de sueño, y como con un bebé dormir es un 'lujo', os podéis ir turnando por la noche para atenderle.
Pocas horas de sueño provoca más resistencia a la insulina y unos niveles de cortisol más altos, ralentizando el metabolismo. Esto se traduce en una reducción del gasto calórico.
5. Ejercicio en pareja. Para perder peso no sirve solo con mejorar la alimentación, también hay que hacer algo de ejercicio.
Desde el minuto cero, podéis salir juntos a pasear con el bebé, turnaros para subir las escaleras de casa mientras el otro lleva al bebé en el ascensor, hacer senderismo con el bebé en una mochilita, ir a nadar (el deporte más completo) al menos dos veces a la semana mientras algún familiar cuida del pequeñín…
Y cuando te sientas más descansada, podéis incluso correr con vuestro hijo: las sillitas running están ideadas para hacerlo en cualquier terreno. Será tiempo de ocio compartido en familia.
6. Animar cuando las fuerzas decaen. Es una buena idea pesarse juntos una vez a la semana y anotarlo en una tabla conjunta. Y si alguno de vosotros decae en ánimos o piensa en hacer una trampa “o abandonar” tiene a su otro yo para recordarle que no puede dejarse vencer.
7. Buen ejemplo de hábitos saludables en familia. Adoptar una alimentación saludable y evitar el sedentarismo, es el mejor ejemplo que puede darse a los hijos, así que cuanto antes se comience, mejor.
Trucos que funcionan
Marisa Burgos quiere dejar bien claro que lo principal para perder peso es seguir una dieta y unos hábitos de vida saludables. No se trata de comer menos, sino de comer mejor. Por eso, si no ha sido una costumbre durante el embarazo, puedes comenzar con ellos en cuanto des a luz. Perdón, podéis.
Porque es habitual que papá también engorde durante la gestación: el estrés, la vida más sedentaria de mamá, los antojos maternos que acaban por compartirse… Así, que, es hora de alimentarse bien, en pareja. ¿Cómo hacerlo?
1. Asesoramiento de un profesional. Para saber de dónde partís. No se trata solo de controlar la báscula, sino sobre todo el porcentaje de grasa. Por eso, es importante tomar algunas mediciones (cintura, cadera) para conocer vuestro porcentaje de grasa. Lo primero que se suele perder es volumen, y bajar de talla de pantalón anima a seguir adelante.
2. Tomarse ‘la puesta a punto’ como una carrera de larga distancia. No es bueno pretender adelgazar rápido, porque estas dietas implican valores nutricionales pobres. Así que la paciencia será imprescindible.
3. Beber agua como principal fuente de líquidos e incrementar su consumo. Además, si das el pecho, te la pedirá tu cuerpo, que es muy sabio.
4. Procurar comer siempre a la misma hora, juntos y sentados a la mesa, masticando bien y utilizando cubiertos siempre que sea posible. El objetivo es comer más despacio.
5. No saltarse ninguna comida, sobre todo el desayuno. No comer no adelgaza y puede ser muy contraproducente para perder kilos. Lo mejor es realizar cinco comidas al día.
6. Comprar y cocinar con el mayor número de ingredientes frescos y de temporada. Hay que evitar los alimentos altamente procesados como pizzas y hamburguesas congeladas, platos listos para calentar o similares.
7. Cambiar las frituras por la preparación al horno, la cocción al vapor o los guisados de buena calidad.
8. La recomendación básica: 70% de alimentos de origen vegetal. Aquí se incluyen las frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, frutos secos y semillas. El otro 30%, alimentos de origen animal de calidad, que sean ricos, por ejemplo, en hierro y calcio.
Restricción de calorías, no dieta restrictiva
La nutricionista nos explica que es básico entender esta diferencia. Optar por una dieta restrictiva no es nunca aconsejable, porque eso implica que se van a dejar fuera alimentos que necesitamos para estar sanos, o a abusar de otros que no son tan beneficiosos.
Además, aunque la dieta va a seguirse en pareja, hay que entender que:
Los hombres pierden peso más rápido que las mujeres, ya que nosotras tenemos más grasa que músculo en el cuerpo y encima dependemos de nuestras hormonas. Ellos, sin embargo, tienen más masa muscular y gastan más calorías.
Las necesidades calóricas son diferentes en hombres y mujeres y también entre nosotras, si damos o no el pecho a nuestro bebé. Aunque la nutricionista asegura que es difícil establecer la cantidad de calorías que debe contener la dieta de cada uno, nos da una idea aproximada:
Un hombre de 1,80, y con un ritmo de vida normal, ni demasiado atleta no demasiado sedentario, que consume unas 3.000 calorías diarias, puede reducir su dieta a 2.200 calorías.
La mamá podrá reducir su consumo calórico a 1.800 Kcal si da el pecho a su bebé, y un poco menos, si no lo da. La lactancia implica mayor consumo de calorías, siempre y cuando no se 'compense' con la ingesta de alimentos poco sanos.
Lo ideal es que sigáis una misma dieta, para elaborar entre los dos el mismo menú semanal. Lo único que varía es la cantidad.
También puede personalizarse en función de los gustos o las alergias de cada uno de vosotros; es decir, sustituir de manera puntual un alimento por otro de similar contenido nutritivo, por ejemplo en el almuerzo.
¿Cómo lo ves? ¿Te animas a perder peso y persuadir a tu pareja para que se embarque contigo? Las ventajas de plantearse esta opción son numerosas y además, según asegura la experta, estaréis sentando las bases para crear unos [hábitos saludables para toda la familia](Estos son los cinco hábitos que debes seguir para evitar que tus hijos padezcan obesidad) y para siempre. Y encima te sentirás mucho mejor. Es el momento de comenzar, ya.
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