Mirar el WhatsApp de uno de sus grupos de amigos, el tuit un compañero de clase o consultar las últimas publicaciones en Instagram son prácticas habituales antes de cerrar los ojos cada noche entre los jóvenes. Una rutina perjudicial para su calidad de sueño si lo hacen con el móvil en la cama, con la luz apagada y antes de dormir.
Es una de las conclusiones del estudio 'Influencia de las nuevas tecnologías en los hábitos de sueño de la población adolescente', realizado por el Servicio de Neumología del hospital Mancha Centro de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), que alerta sobre los nocivos efectos que tiene el abuso de las nuevas tecnologías, un peligro agravado con el confinamiento, las restricciones de movilidad y los toques de queda motivados por la pandemia desde hace un año.
Lo más nocivo: en la cama y con las luces apagadas
No es la primera vez que los expertos nos aconsejan evitar los smartphone o tablet por la noche. La principal razón, la luz azul que desprenden estos dispositivos. La exposición a demasiada luz nocturna, puede afectar al reloj del cerebro y la producción de melatonina, la hormona del sueño, provocando despertares nocturnos e insomnio.
Y esa falta de sueño no solo causa síntomas inmediatos, como cansancio y falta de concentración, sino que también aumenta el riesgo de padecer a largo plazo problemas de salud como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiacas.
Ahora, este último trabajo de investigación español viene a confirmar la importancia de un buen descanso y la necesidad de proporcionárselo a nuestros hijos adolescentes, con los que hay que pelear a diario porque nunca ven el momento de irse a la cama ni de levantarse por la mañana. Y sí, tiene una razón biológica.
Llevado a cabo Eugenia Núñez, Sonia Almodóvar y Estefanía Castellanos, del Servicio de Neumología del hospital manchego, ha sido premiado en el XIII Congreso de la Sociedad Castellano Manchega de Patología Respiratoria.
Han recurrido a una muestra de 244 adolescentes, con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años, y se han tenido en cuenta variables sociodemográficas, hábitos de ejercicio, consumo de tabaco, alcohol y uso de las nuevas tecnologías.
El resultado indica que más de un tercio de estos jóvenes presentan trastornos en el sueño, siendo significativamente más frecuentes en mujeres (44,7 por ciento) que en hombres (28,8 por ciento).
El 80 por ciento de los adolescentes consulta el teléfono móvil antes de acostarse
Los resultados de la encuesta sugieren que todos los jóvenes ven el smartphone por la noche, aunque este mal hábito es más común entre las chicas. De hecho, son ellas en mayor proporción las que acceden a estos dispositivos electrónicos a oscuras y una vez acostadas.
Eugenia Núñez, una de las autoras del trabajo, explica otros peligros del uso del móvil en la cama:
"Acceder a dispositivos electrónicos por la noche no sólo retrasa la hora de comenzar a dormir, sino que también prolonga la estancia de los jóvenes en sus dormitorios y provoca un sedentarismo que incide, asimismo, de forma negativa en su descanso".
Esta práctica poco saludable entre los adolescentes provoca que entren en un círculo vicioso que les lleva a irse a dormir mucho más tarde y a sufrir somnolencia durante el día siguiente.
Las investigadoras concluyen aconsejando a nuestros jóvenes y a todos en general, que dejemos los móviles apagados antes de ir a la cama.
Vía | Consejería de Sanidad de Castilal la Mancha
Fotos | iStock
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