Los episodios de dificultad respiratoria son un motivo frecuente de acudir a Urgencias. En niños, la bronquiolitis puede llegar a afectar a uno de cada tres niños, y se define como el primer episodio de sibilancias (pitos) en niños menores de 24 meses, asociado a una infección vírica.
El virus que con mayor frecuencia lo causa es el virus respiratorio sincitial (VRS). Posteriormente, algunos de estos niños tendrán otros episodios similares que se llamarán broncoespasmos (estrechamiento del bronquio) o bronquitis. El broncoespasmo puede ocurrir también por alergia, con el ejercicio físico o en niños con asma.
¿Cómo se produce un broncoespasmo?
Los bronquios son tubos que llevan el aire hasta los pulmones. Nacen de la tráquea y se van ramificando en tubos más pequeños hasta los bronquiolos y estos finalizan en los alveolos, donde se realiza el intercambio de gases.
En el broncoespasmo, los músculos de los bronquios se contraen haciendo que los bronquios sean más estrechos, dificultando que el aire puede entrar y salir. Aparece entonces tos y dificultad respiratoria y cuando auscultamos, se escuchan unos pitidos que se llaman sibilancias (y que a veces podemos oir incluso sin fonendo).
Sibilancias recurrentes o broncoespasmos de repetición
Como hemos comentado, después de una bronquiolitis, los niños pueden tener otros episodios similares; también hay niños, que, sin tener una bronquiolitis previa, presentan en los primeros años de vida episodios repetidos de sibilancias.
Hablamos de broncoespasmos de repetición o sibilancias recurrentes. Sus bronquios son más sensibles ante diferentes estímulos (decimos que tienen hiperreactivdad bronquial) y es frecuente que presenten episodios de broncoespasmo asociados a catarros. Aparecen fundamentalmente en invierno y mejoran en verano. Estos episodios suelen ir mejorando con la edad y tienden a desaparecer pasados los primeros años de vida.
¿Cómo saber si mi hijo tiene dificultad respiratoria?
Los bebé y niños con dificultad respiratoria respiran muy rápido, y cuando lo hacen hunden el pecho y se les marcan las costillas. A veces podemos escuchar los pitos (sibilancias) sin necesidad de fonendo. Los bebés pueden estar más decaídos y es frecuente que se fatiguen con las tomas y coman menos cantidad.
¿Tendrá asma?
El asma es una enfermedad crónica de las vías aéreas que afecta hasta a uno de cada diez niños. Se producen crisis de tos, dificultad respiratoria y sibilancias (pitos), generalmente reversibles. Es difícil definir el asma en niños pequeños. En general se habla de sibilancias recurrentes o broncoespasmos de repetición en los niños más pequeños.
Un alto porcentaje de las sibilancias que aparecen en el primer año de vida se asocian a infecciones víricas y desaparecen antes de los seis años. Pero sí hay un porcentaje de niños con sibilancias recurrentes en los primeros años de vida que tendrán asma en el futuro.
Aunque es difícil precedir la evolución, parece ser más frecuente si el primer episodio aparece más allá el primer año de vida, se desencadenan por alérgenos y/o hay historia familiar y/o personal de atopia y alergia.
¿Cómo se trata un broncoespasmo?
En el broncoespasmo, el bronquio se estrecha así que necesitamos un medicamento que lo abra: el broncodilatador (el que más usamos es el salbutamol). Se administran de forma inhalada, mediante cámara o aerosol.
En algunos casos más severos, puede ser necesario asociar un corticoide oral para disminuir la inflamación que también se produce en las vías aéreas y contribuye a su estrechamiento. Y, en los casos más graves, puede ser necesario tratamiento con oxígeno o incluso alguna máquina que ayude a respirar (muy poco frecuente).
Los antibióticos no son de utilidad, pues hemos comentado que se asocian a infecciones víricas. Los mucoliticos (medicamentos para explusar el moco), antituségenos o fisioterapia respiratoria tampoco se recomiendan.
Los broncodilatadores, ¿mejor en cámara o en aerosol?
El broncodilatador debe llegar a los bronquios para actuar y abrirlos. Para ello podemos hacerlo con un inhalador presurizado (a través de una cámara espaciadora) o nebulizado en aerosol.
Y, ¿qué manera es más eficaz? Aunque muchos padres tienen la sensación de que el aerosol les funciona mejor a sus hijos (incluso muchos tienen un aparato en casa), los estudios indican que administrar el broncodilatador en cámara espaciadora funciona al menos igual de bien que hacerlo en aerosol, en niños.
¿Cómo pueden prevenirse?
El tabaquismo materno durante el embarazo y la exposición al humo del tabaco en los primeros años de vida aumenta el riesgo de sibilancias precoces.
Por el contrario, la lactancia materna, especialmente durante los primeros 4 meses de vida, tiene un papel protector. En el caso de que el broncoespasmo se desencadene por una alérgeno (ej. polen), trataremos de evitar la exposición.
En los niños con enfermedad respiratoria crónica (incluyendo asma e hiperreactividad bronquial) se recomienda la vacuna de la gripe.
En niños que presentan episodios repetidos de sibilancias puede ser necesario un tratamiento de mantenimiento que ayude a prevenirlos. Para ello los pediatras usamos corticoides inhalados (que se administran también con cámara espaciadora) y/o antagonistas de los leucotrienos (sobres o comprimidos), que deberán ser prescritos.
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