La autoestima es la percepción y valoración que una persona tiene de sí misma, influenciada por sus experiencias, logros, relaciones y entorno. Se va formando a lo largo de la infancia y es crucial que los padres fomentemos una buena autoestima en nuestros hijos, pues eso les ayudará a desarrollar confianza en sí mismos, resiliencia, asertividad, relaciones saludables y un desarrollo emocional sólido, preparándolos para enfrentar los retos de la vida con seguridad y optimismo.
Estos son los 11 hábitos o rutinas que debemos integrar diariamente en nuestra familia y que ayudarán a fomentar la autoestima de los niños.
Comunicación abierta
Es fundamental establecer en la familia un espacio donde los niños se sientan seguros para expresar sus pensamientos y sentimientos sin temor al juicio. Debemos practicar una comunicación positiva y abierta desde la más tierna infancia de nuestros hijos, procurando en todo momento la escucha activa, evitando a los enemigos de la comunicación y mostrando interés en lo que nos cuentan.
Cuando un niño se siente escuchado y sabe que sus opiniones son tenidas en cuenta se sentirá profundamente valorado, lo que contribuirá al desarrollo de una buena autoestima.
Alentar y elogiar su esfuerzo
Hemos hablado en varias ocasiones de la importancia de alentar a nuestros hijos, de animarlos a actuar, a pensar, a explorar, a opinar por sí mismos... sin poner el foco en el resultado final de su conducta, sino en su esfuerzo e interés.
Reconocer y elogiar los logros y esfuerzos de los niños, enfocándonos en sus acciones y actitudes les ayuda a construir una autoestima basada en el esfuerzo y la perseverancia.
Animar la resolución de problemas
En demasiadas ocasiones los padres caemos en el error de evitar los problemas a nuestros hijos allanándolos el camino o resolviendo por ellos las dificultades que se presentan. Pero con esta actitud estamos perjudicando seriamente su autoestima, además de no prepararlos para la vida.
Por el contrario, debemos fomentar que nuestros hijos resuelvan sus problemas de manera independiente, ayudándoles a pensar en soluciones efectivas y a enfrentar los desafíos con confianza.
Fomentar la independencia
En Bebés y Más hemos hablado en numerosas ocasiones sobre la importancia de fomentar la autonomía e independencia de nuestros hijos desde que son bebés, dándoles tareas adecuadas a su edad para que puedan completarlas por sí mismos.
Acometer las tareas no solo educa a los niños y les permite desarrollar diferentes habilidades, sino que además potencia su autoestima al brindarles un sentido de pertenencia, logro y responsabilidad.
Enfocar el error de forma positiva
Es crucial proporcionar un ambiente familiar en el que los errores sean vistos como oportunidades de aprendizaje, en lugar de fracasos. Si desde pequeños los niños entienden que los errores forman parte de la vida y no hay por qué avergonzarse por ellos, serán capaces de analizarlos de forma positiva, aprender y mejorar a partir de ellos.
Establecer metas alcanzables
Los padres debemos animar a nuestros hijos a salir de su zona de confort y a ponerse objetivos realistas y alcanzables. En todo momento el niño debe sentirse acompañado en la consecución de sus metas, celebrando cada pequeño paso hacia el logro, alentándole y animándole a superarse a sí mismo con cada nuevo paso que da.
Sentirse acompañado en sus objetivos aumenta la autoconfianza de nuestros hijos y su autoestima.
Promover la creatividad
Promover la creatividad de nuestros hijos es mucho más importante de lo que creemos, pues más allá de potenciar con ello su desarrollo cognitivo y sus habilidades en diferentes áreas del desarrollo, la libre expresión creativa ayuda a fortalecer la autoestima y la autoexpresión.
Los padres podemos proporcionar oportunidades para la expresión creativa de los niños, ya sea a través del arte, la música, la escritura u otras actividades.
Enseñar habilidades sociales
Es crucial que los padres favorezcamos el desarrollo social de nuestros hijos desde muy pequeños y les ayudemos a desarrollar habilidades sociales como la empatía, la amabilidad, el respeto o la resolución de conflictos, entre otras. Las relaciones sociales positivas ayudan a fortalecer su sentido de pertenencia al grupo y mejoran la autoestima.
Fomentar la actividad física y el autocuidado
El deporte regular en la infancia no solo es beneficioso para la salud física de los niños y su desarrollo social y cognitivo, sino que también contribuye a mejorar su estado de ánimo y autoimagen.
Asimismo, es fundamental que inculquemos a nuestros hijos la importancia de dedicarse un rato cada día para cuidarse y conectar consigo mismos, pues se ha demostrado que el autocuidado es una pieza clave en el desarrollo de la autoestima.
Tiempo en familia de calidad
Lo hemos comentado en numerosas ocasiones: pasar tiempo de calidad con los hijos refuerza los lazos afectivos familiares, ayuda a crear recuerdos, favorece la confianza y brinda oportunidades para el apoyo emocional, lo que contribuye a la creación de una autoestima sólida en los niños.
Dar ejemplo
Los niños son grandes observadores y nuestros mejores imitadores. Por ello es tan importante educar mediante el ejemplo, y no únicamente con la palabra. Si los padres mostramos confianza en nosotros mismos, sabemos manejar de forma positiva las situaciones y demostramos tener una autoestima fuerte y saludable, es más probable que nuestros hijos adopten las mismas actitudes.
Foto de portada | Freepik