La mitad de los trastornos mentales comienza antes de los 14 años: claves para prevenir e identificar estos problemas

La mitad de los trastornos mentales comienza antes de los 14 años: claves para prevenir e identificar estos problemas
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Según datos de la OMS, los problemas de salud mental afectan a más de 300 millones de personas en todo el mundo, y la mitad de estos trastornos comienzan antes de los 14 años.

Es por ello, que con motivo del Día Mundial de la Salud Mental que hoy celebramos, la OMS ha querido poner el foco en la importancia de prevenir la aparición de las enfermedades mentales en la adolescencia, así como de prestar apoyo a quienes las padecen y a sus familias.

La adolescencia, una etapa de gran vulnerabilidad

La adolescencia es un periodo de maduración biológica que tiene lugar, aproximadamente, entre los 12 y los 17 años. En esta fase, el niño comienza a experimentar una serie de cambios físicos, tiene que empezar a asumir importantes responsabilidades, y su vida suele verse influenciada por diversos factores (ambientales, culturales, sociales...).

Para muchos es una época apasionante, pero tantos cambios también pueden suponer un gran estrés en el adolescente.

No en vano, la OMS alerta de que si estos sentimientos de estrés o ansiedad no se reconocen a tiempo ni se controlan, podrían acabar desembocando en enfermedades mentales, siendo la depresión uno de los trastornos que más afecta en esta etapa de la vida.

La mitad de las enfermedades mentales comienzan antes de los 14 años, y según datos de la Asociación Española de Pediatría, entre los 15 y los 18 años, es dos veces más frecuente en chicas que en chicos.

Además, los expertos alertan de que en muchas ocasiones los trastornos mentales van ligados a un consumo elevado de alcohol, tabaco y drogas, embarazos adolescentes, abandono escolar y conductas delictivas, que pueden poner en riesgo la vida de las personas.

¿Qué puede provocar una depresión en el adolescente?

Depresion Adolescente

Las causas que pueden estar detrás de una depresión durante la adolescencia no siempre están claras, pero la AEPap enumera los siguientes motivos de riesgo:

  • Conflictos en el entorno, sobre todo cuando ocurren de forma sucesiva.

  • Muerte o enfermedades físicas y mentales de familiares o personas próximas.

  • Enfrentamientos con los padres, divorcios conflictivos, maltrato...

  • Situaciones de necesidad económica.

  • Enfermedades físicas que produzcan discapacidades, y otras enfermedades mentales (ansiedad, fobias, trastornos alimentarios, adiciones a drogas...).

  • Problemas en el entorno social y académico: fracaso escolar, acoso y ciberacoso, rupturas sentimentales, aislamiento...

Este año, con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, la OMS ha puesto un especial foco en el uso indebido de las tecnologías por parte de los adolesentes, que pueden generar tensiones adicionales y adicciones.

¿Cómo saber si mi hijo tiene depresión?

Cualquier problema o disgusto acaecido en la vida de una persona puede llevar aparejado un sentimiento de tristeza o abatimiento que no implica necesariamente una depresión. Pero si los signos que muestran nuestros hijos aparecen todos juntos o casi todos los días, es muy importante tomar medidas urgentes:

  • Su estado de ánimo durante todo el día es triste o enojado.

  • Deja de hacer cosas que antes le hacían feliz.

  • Comienza a presentar trastornos del sueño y la alimentación, tanto por exceso como por defecto.

  • A menudo se muestra fatigado, cansado e incapaz de hacer tareas simples y cotidianas.

  • Se aisla de la familia y los amigos y no disfruta de la compañía o las actividades con ellos.

  • Tiene achaques o dolores con frecuencia (dolores de cabeza, de estómago...)

  • Dificultad para pensar, concentrarse y tomar decisiones. Así mismo, es frecuente que en el colegio baje su rendimiento académico.

  • Baja autoestima, sentimiento de culpa, pensamientos recurrentes sobre la muerte o el suicidio...

En caso de detectar estos síntomas en nuestros hijos, los expertos aconsejan hablar con ellos para intentar identificar el problema o la situación que les está provocando la depresión. Además, es fundamental acudir al pediatra o al médico de cabecera lo antes posible, para recibir asesoramiento sobre la forma de proceder.

A veces, es el propio pediatra quien primero identifica estos síntomas. Y es que la cercanía con los niños y sus familias desde que nacen, y el grado de conocimiento y confianza que llegan a alcanzar con los pacientes, les convierten en personas idóneas para detectar en sus primeras fases cualquier problema de salud mental.

Es fundamental diagnosticar de forma precoz cualquier trastorno mental, para poner el tratamiento adecuado e impedir que desemboque en problemas más graves

La educación en la infancia ayuda a prevenir problemas futuros

Existe un consenso cada vez mayor sobre el hecho de que un desarrollo sano durante la infancia contribuye a una buena salud mental durante la adolescencia, y ayuda a prevenir problemas de conducta, ansiedad, depresión y otros trastornos.

Durante la infancia, los padres debemos llevar a cabo una crianza positiva, y una educación basada en el amor, el respeto y la empatía. Además, es fundamental dar a nuestros hijos un buen ejemplo con nuestros actos, fomentar la comunicación y la escucha activa, y confiar siempre en ellos y en sus posibilidades. Pero esta educación debe continuar durante la adolescencia, y seguir fortaleciendo nuestro vínculo con ellos.

Los profesores también juegan un papel fundamental en la educación, pues contribuyen a enseñar a los niños y adolescentes a crear aptitudes que les ayuden a hacer frente a los retos que se encontrarán cada día en casa y en la escuela.

Además, los expertos insisten en la importancia de llevar a cabo otras acciones paralelas y necesarias, como la educación en el uso responsable de las tecnologías, inculcar hábitos de vida saludables (entre los que se incluye la correcta alimentación, el adecuado descanso y el ejercicio físico), y la práctica de actividades en familia que fomenten la comunicación y la confianza con nuestros hijos.

Fotos | iStockphoto

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