¡No lo pongas a andar!: es recomendable que los bebés gateen

¡No lo pongas a andar!: es recomendable que los bebés gateen
6 comentarios

Muchas madres me preguntan: "¿Es malo que no gateen?", cuando ven que su hijo está dando ya sus primeros pasos sin haberlo hecho. Y no es que sea bueno, ni que sea malo, como si fuera una opción, es que gatear es simplemente recomendable, porque es lo que suele suceder cuando existe un desarrollo normal y lógico en el bebé.

Si el bebé por sí mismo no gatea porque no quiere, o porque directamente le gusta más estar de pie y se salta la fase del gateo pues mira, no hay nada que podamos hacer. Sin embargo, muchas veces esto sucede por nuestra culpa, por ponerlos a andar antes de gatear y lograr así que el niño lo prefiera. Por esta razón lanzo desde ya mi propia campaña de concienciación ciudadana: "¡No lo pongas a andar!".

¿Porque es malo para las piernas?

No, no es por eso. No es malo para las piernas ni se van a arquear si anda mucho, ni si lo pones en el andador. Es una cuestión de desarrollo lógico. El bebé hace primero aquello para lo que está preparado, que es reptar por el suelo. Luego gatea. Luego gateando se da cuenta de que con los brazos y manos puede agarrarse de los sitios, trepar y conseguir una posición vertical que le deja las manos más libres a más altura que cuando se sienta. Luego empieza a caminar cogido de los muebles (yo lo llamo "hacen el Spiderman") y finalmente camina suelto.

Si en todo ese proceso lógico y normal nos entrometemos y les damos un andador, para que vayan ya en vertical antes de gatear, o si les damos las manos, encorvados, para que camine, el niño, que no es tonto, se da cuenta de lo bien que se desplaza de ese modo, de lo bien que lo ve todo desde arriba y así, cuando quiera ir a algún sitio, sabe que no tiene más que alargar la mano y pedir la de un adulto, que le acompañará a cualquier sitio.

Gatear es recomendable

  • Es bueno que gateen porque es una etapa normal en el desarrollo de los bebés que sirve para prepararse para etapas posteriores. Gateando, un bebé debe coordinar ambos hemisferios cerebrales, el que se encarga del lado derecho y el que se encarga del izquierdo.

  • Gateando se consigue desarrollar una mejor visión: hay estudios que dicen que el 98% de los niños con estrabismo no gatearon lo suficiente (aunque no he logrado hacerme con ellos y quizás gatearon menos porque veían peor).

  • Gateando se consigue fortalecer el eje de las caderas y el eje de los hombros, tonificando los músculos que luego le ayudarán a mantenerse erguido y caminar.

  • Gateando el niño utiliza su sentido del tacto continuamente, tocando el suelo, las alfombras y todo lo que encuentra mientras lo hace.

  • Gateando aprende a entender el mundo tridimensional que le rodea, conociendo las distancias, siendo consciente de la fuerza de la gravedad y mejorando la coordinación del gesto mano-boca.

Los niños que gatean ven el mundo diferente

gateo

Hay otras cuestiones que hacen que los niños que gatean sean en cierto modo diferentes. Un estudio comparó lo que ven, o lo que miran, los niños que gatean y lo que miran los niños que caminan y vieron que no era lo mismo. Los niños que gatean ven menos paredes y más suelo y los que caminan miran más a los adultos y cuidadores, mientras que los que gatean miran más al suelo y lo que ahí sucede o hay.

Otro estudio que los comparó sirvió para ver que los niños que gatean tienden a hacer más caso a los juguetes que están quietos, estáticos, mientras que los que caminan hacen más caso a los que se mueven. Además, los niños que caminan obtienen más respuestas e interacción de sus padres que los niños que gatean, que responden menos a, por ejemplo, la oferta de un bebé entregando un juguete a su madre (algo así como si estando de pie lo cogiéramos, sabiendo que nos lo da y estando gateando entendiéramos que sólo nos lo enseña).

Esto no quiere decir que sea mejor gatear que caminar, ni que caminar sea mejor que gatear. En realidad, lo lógico es caminar, porque es lo que acaban haciendo todos los niños, sin embargo, muestra que un niño que no gatea se pierde todo lo comentado. Se pierde hacer más caso a los juguetes estáticos, se pierde una diferente interacción con los papás, se pierde ver el mundo desde otro prisma y se pierde el dominio del suelo.

Cuando hablo de gateo siempre recuerdo el caso de una niña que con más de un año y medio, cuando se caía, solo lloraba para que la vinieran a levantar. Si nadie venía, no se levantaba. Este es un caso un poco extremo, claro, los niños que no gatean acaban por encontrar la manera de levantarse. Sin embargo, por lógica, los que han gateado tienen mucha más habilidad a "cuatro patas", cuando se caen, porque dominan ese terreno perfectamente.

Incluso hay niños que no han gateado que tienen menos rapidez a la hora de poner las manos en el suelo cuando se caen, por el mismo motivo. Al caer deben ser las manos y las rodillas las que paren el golpe del resto del cuerpo, y los niños que no gatean tienen peor desarrollo de ese gesto automático y muchos acaban haciéndose más daño del habitual por este motivo.

¡No lo pongas a andar!

Así que insisto en mi campaña de concienciación ciudadana: no pongáis a los niños a andar, porque de igual modo que no hace falta enseñarles a dormir, enseñarles a mamar, enseñarles a masticar y enseñarles a sentarse, porque todo eso lo aprenden solitos, también aprenden solos a caminar, sin ayuda de andadores y sin ayuda de adultos agachados en mala postura para posibilitar el andar.

Que sean ellos los que anden cuando quieran y que sean ellos los que logren ver el mundo sobre sus pies, erguidos, cuando estén preparados para ello. Acelerar el proceso puede hacer que descuiden el gateo y la fase de dominar el suelo, con las posibles consecuencias que hemos comentado.

En Bebés y más | Si quieres que tu hijo gatee, no le enseñes a caminar, Pequeño diccionario de estilos de gateo, El bebé comienza a gatear cuando está preparado para sortear obstáculos

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Comentarios cerrados
    • Cuando mi hijo se acercaba al año tuve que oír muuuuchas veces “ay pobres cuando empiece a andar, pobre de vuestra espalda”. Pues bien, nuestras espaldas ni se enteraron (y mi madre todavía me lo dice). Y es que mi hijo efectivamente primero reptó, luego empezó a gatear, se quedaba de pie agarrado a los muebles, y cuando rondaba el año se empezó a poner de pie en medio del salón, o de la cocina, y a dar un paso, dos… hasta que un día se recorrió la distancia entre el dormitorio y la cocina él solito. Y nunca quiso que le cogiéramos de la manita, lo que empezamos a hacer cuando empezamos a salir a la calle andando, lógicamente para evitar peligros.

      Agradezco este tipo de artículos tan claros, y apoyados en estudios, porque cuando veía en el parque a abuelos agachados, o a madres embarazadas y agarrando de sus manitas a sus hijos que de otra manera sería imposible que se sostuvieran en pie, me daban mucha pena pero tampoco tenía argumentos para saber si lo que ellos hacían estaba bien o simplemente es que yo era una “comodona”… aunque mi instinto me decía que sencillamente estaba respetando el ritmo madurativo de mi hijo.

    • El mío gateó de los 6 a los 8 meses. Desde los 7 se ponía de pie apoyado en mesas, sofás, etc. y se ponía a dar saltitos y a los 8 meses, empezó a andar, ahora, con 10 meses, correo y hoy lo he encontrado subido a la mesita de noche....en fin, ojalá gateara, pero qué le vamos a hacer?

    • Y respecto a levantarse, dos semanas después de empezar a caminar, él solito se levantaba...

    • Mi hija gateo de los 12 meses a los 17 se pueden imaginar la de cosas que tuve que oír por la idea equivocada que tiene la sociedad de que todos los bebés caminan al año!!que la obligara,que si estaba enferma,que la estimulara!!Oídos sordos y libertad para mi hija camino cuando ella estaba preparada ,nunca la agarre y la puse a caminar ni en ninguna posición que ella no se pusiera por si sola , al os 17/18 camino de un segundo para otro y ha día de hoy con 29 meses nunca se callo,ni requirió ayuda para nada :)

    • Iraia tiene ahora nueve meses, la enfermera nos insistía mucho en que la pusiéramos boca abajo los ratos en los que estuviera despierta, la niña lo odiaba. El día que hacía tres meses se dio la vuelta sola y se puso boca arriba (aún recuerdo su cara de sorpresa al conseguirlo) desde los cuatro o así la empezamos a poner tumbadita en su alfombra de juegos con juguetes alrededor pero creo que cometimos un error: casi siempre estábamos al lado de ella o cerquita, necesitaba tenernos cerca o lloraba así que ahí estábamos a su lado, la cosa es que cada vez que quería un jueguete se lo acercábamos nosotros. Ahora, con nueve meses si quiere un juguete se estira o se mueve haciendo la croqueta arriba y abajo para llegar hasta él o como mucho se mueve algo hacia atrás pero si ve que no llega "pasa" y punto. Cuando la cogemos se pone tiesa como un ajo porque solo quiere estar de pie y eso no se lo hemos enseñado nosotros, ha salido de ella. Y prefiere estar sentada a tumbada pero no sabe sentarse sola. ¿Debería evitar ponerla de pie cuando ella tiene esa voluntad tan firme? ¿cómo puedo fomentar que gatee si apenas quiere estar tumbada y prefiere sentada? En la guardería la ponían tumbada pero solo quiere estar sentada. Gracias de antemano. Y gracias por todos los artículos estupendos que escribes.

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    • Avatar de laaiin Respondiendo a laaiin

      Hay niños que por más que lo intentes no lo harán... que podría ser el caso.
      Yo lo único que haría sería seguir poniéndola y tirarnos nosotros también al suelo con ella, gateando para alcanzar las cosas (nosotros) y jugando con ella pidiéndole que nos traiga algo, que venga con nosotros, etc., pero estando nosotros tumbados para que no quiera levantarse para desplazarse...

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