Es Noviembre en Halifax, Canadá y los inviernos son fríos, muy fríos. No tener un sitio donde refugiarte ya es de por si terrible, pero en una zona donde las temperaturas nocturnas descienden por debajo de los cero grados y las diurnas tres cuartos de lo mismo puede ser mortal. Si algo nos han enseñado todos estos años de crisis es que nadie está libre de peligro y que el ser humano es capaz de realizar los más bellos actos de amor hacia en prójimo o las más terribles fechorías, supongo que todo depende del lado en que caminas por la vida.
Es posible que nuestros hijos no sepan muy bien por qué ocurren las injusticias o por qué nos pasamos el día matándonos, es más, dudo que haya muchos adultos que lo sepan, pero lo que si saben es lo que es el cariño y la empatía hacia los demás, ayudar y socorrer a aquellos que se encuentran en peor situación que ellos, a veces incluso sorprendiendo a los mayores con sencillas propuestas.
Una de ellas es la de la hija de Tara Smith-Atkins, que junto con un grupo de chicos han sembrado la ciudad con ropa de invierno para ayudar a los "sin techo".
Es 15 de Noviembre en Halifax y el invierno Canadiense está llamando a la puerta, pero hoy también es el octavo cumpleaños de la hija de Tara Smith-Atkins que ha decido, junto con un grupo de amigos, salir e ir dejando por ahí atados a los árboles y postes de la ciudad, bufandas, jerséis, abrigos y demás enseres para ayudar a los más necesitados a pasar el duro invierno.
Los chicos pasaron más de una hora caminando por la ciudad dejando ropa de abrigo atada a los postes.
La familia pasó varias semanas recogiendo la ropa que les donaron sus vecinos. A cada prenda le colocaron una etiqueta que decía: "No estoy perdida. Si te has quedado fuera en el frío, por favor cógeme para entrar en calor."
Cualquier sitio es bueno para dejar la ayuda.
"Los niños entendieron perfectamente el simbolismo de la acción" dijo Tara.
Y por si fuera poco volvieron helados de frío y pidiendo a gritos que les pusieran la calefacción, de forma que se pudieron hacer una idea de lo que es pasar un día al raso en invierno.
Un pequeño símbolo de unos pequeños en edad y grandes en corazón. Suponemos que les esperaba en casa una buena taza de chocolate caliente.
Vía | BoredPanda
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