"¿No tienes dinero? Haz más": cómo les hago entender a mis hijos que el dinero no lo hago yo
El dinero. Dicen que podríamos vivir sin él, pero se nos haría la vida muy complicada. Es muy probable que sea uno de los objetos con los que más nos crucemos a lo largo del día, ya sea en monedas, billetes o simplemente como concepto. Cuántas veces pensamos en él a lo largo del día... Es algo omnipresente en nuestras vidas.
Llevamos a nuestros hijos a las tiendas con nosotros, les compramos regalos o en caso contrario les decimos que no tenemos "dinero". Pero, ¿qué es lo que nuestros hijos entienden? ¿Cómo explicarles un concepto tan común y a la vez tan complejo de explicar?
"¿No tienes dinero? Haz más"
Estoy seguro que a muchos de nosotros nos han dado una contestación así cuando les hemos dicho la tan socorrida frase: "no cariño, no lo podemos comprar, no tenemos dinero". En el caso de mi hijo, su respuesta fue ¿y por qué no haces más?
Adquirimos cosas y a cambio entregamos unas fichas metálicas, un trozo de papel o pasamos una tarjeta de plástico por una máquina. Cuando hablamos de regalos, todo lleva un número asociado, un valor, 10, 20, 5.59, euros, céntimos, dólares...Para muchos es lo que le da sentido a su día a día, lo que le da un valor a las cosas, una posición en nuestra escala personal. Para el mundo de los adultos todo debe tener un precio porque así entendemos el mundo, pero para los más pequeños, el precio no existe y es algo que cuesta aprender.
Y es que aunque para nosotros sea algo del día a día, algo intrínseco a nuestra vida como adultos, para nuestros hijos es todo un mundo nuevo. Lo llevan viendo toda su vida: papá o mamá van cogiendo cosas de las estanterías, cosas que no nos gustan, otras que no nos importan, nuestras galletas favoritas (por fin) y justo antes de salir le da las cosas que hemos cogido a una chica o un chico que las pasa por una máquina, cuando termina dice un número y mamá o papá le da unos billetes de su cartera o pasa una tarjeta de plástico (que nunca me deja a mi cogerla) por una máquina y nos vamos.
Esto es lo que a los ojos de un niño es un día en el supermercado. Poco a poco irá preguntando y sabrá que las cosas "hay que pagarlas", otro concepto extraño del mundo de los mayores y una vez que se pagan, pasan a ser nuestras. No deja de ser curioso que este sistema de "quiero algo, lo compro" no sea algo que haya triunfado entre los más pequeños, más amigos del "quiero algo, me lo quedo", pero a medida que van creciendo lo van introduciendo de manera natural tanto en su vocabulario como en su día a día, llegando incluso a sus juegos.
Conceptos difíciles de entender
Muchas veces hemos visto como en lo referente al dinero nuestros hijos van a ir a por el tamaño o incluso por aquella moneda que les guste más, pues para ellos el concepto de "valor" o "cantidad" no está aún asentado. Hasta hace muy poco, mis hijos no entendían como una moneda, por ejemplo 2€, podía equivaler a dos monedas de un euro y así preferían que les dieras 5 monedas de 10 céntimos en vez de una sola de un euro.
Tampoco entendían por qué una moneda de 50 céntimos era más grande que una de euro, si con ella se podían comprar menos cosas y ya no hablamos cuando les explicaba que una moneda un euro eran dos monedas de 50 céntimos. Así que dejamos para más adelante los diferentes tipos de monedas (ahora con 8 años lo van entendiendo).
¿De dónde viene el dinero?¿Cómo se fabrica?¿Hay un árbol que da billetes? Tienes muchas monedas, ¿has encontrado un cofre del tesoro? Son un ejemplo de algunas de las preguntas que se pueden hacer y que nos dan una idea de como de sencillo es el mundo para ellos (y de lo bueno que este sería si fuese así)
La importancia de entender el concepto del valor de las cosas
Mamá, papá quiero galletas. Cómprame galletas. ¿Tenemos dinero para comprar galletas? Son tres intervalos en la vida de nuestros hijos que tarde o temprano terminan asimilando, Desde el inicial quiero algo y lo pido, hasta ir evolucionando a conceptos como comprar, prestar, dinero y el valor de las cosas.
¿Cuántas veces nuestros hijos nos han pedido una cosa y tras comprársela apenas le han hecho caso? Tienen demasiadas cosas, es lo que dicen nuestros mayores y quizás en muchos casos sea cierto, pero el problema no está en tener muchas o pocas cosas, sino el valor que le damos a cada una.
¿Pero cómo enseñar lo que valen las cosas? Está claro que no vamos a ponerles a trabajar para que ganen su propio dinero y así se puedan comprar ellos sus propias cosas, pero si podemos hacerles entender que no todos los niños tienen todo lo que quieren, que las cosas cuestan dinero y que el dinero cuesta ganarlo.
Podemos enseñarles con equivalencias: un juguete son X paquetes de cromos o cuántos juguetes se podrían haber comprado con lo que nos hemos gastado en la compra.
Darles un dinero al mes para que lo administren. Está claro que el niño aquí tiene que saber sumar y restar, le podemos dar una pequeña cantidad de dinero que el podrá gastarse a lo largo del mes en lo que él quiera. Cuántas más cosas se compre, antes se le acabará el dinero y no podrá comprar cosas nuevas. De esta forma aprenden que el dinero no es infinito y que hay cosas que tienen preferencia sobre otras.
Enseñar a través del juego
Desde luego, jugar siempre va a ser la mejor forma de aprender, junto con la propia observación.
La cesta de la compra: Sea por ejemplo el caso que hemos propuesto anteriormente. Podríamos no querer darles a nuestros hijos dinero para que sean ellos quienes lo gestionasen, pero lo que si podemos hacer es que sean ellos los que vayan calculando la cesta de la compra mensual. Es decir, les podemos decir que tenemos un presupuesto de X euros para gastar en el supermercado este mes. Cada vez que vayamos a comprar, ellos nos acompañarán e irán calculando lo que nos va a costar lo que estamos metiendo en el carro, incluso si lo queremos complicar más podemos hacer una compra "real" y otra "hipotética" en la que ellos metan lo que quieran, una vez que hayamos pagado calcularán lo que nos queda para las siguientes compras, así como la diferencia en la suma de la compra que nosotros hemos hecho y su compra.
El monopoly: uno de los juegos de mesa más extendidos a nivel mundial. Los hay de infinidad de formatos, desde el simple monopoly Junior hasta los más complejos que incorporan ya tarjetas de crédito. En casa tenemos el junior y la verdad es que no les ha costado mucho entender su dinámica y al manejo de las cantidades a pagar o recibir. Podemos adaptarlo más a la realidad con unos simples cambios en las normas.
Hablarles o ver, siempre que sea posible, documentales o programas de otros tipos de culturas diferentes a la nuestra, como viven, con qué cosas, qué comen, etc. Incluso podemos hablarles de nuestra infancia, de lo que teníamos nosotros y en caso de aquellos que tengan abuelos podían contar ellos como era su vida y así comparar las diferencias entre las tres generaciones y ver que por ejemplo hay dos de ella que han crecido sin móviles y ni tablets y no les ha pasado nada.
Imagen | Kaithlin Burkett, istock, flickr En Bebés y Más | Las diferencias de género empiezan ya en la infancia: los niños reciben más paga que las niñas, Economía para niños: La paga y otras fórmulas para que aprendan a manejarse