La lactancia materna aporta numerosos beneficios tanto para la madre como para el bebé. De hecho, la OMS recomienda que los bebés tomen lactancia materna exclusiva hasta los seis meses.
Sin embargo, aunque la mayoría de mujeres quieren dar el pecho y amamantan a sus recién nacidos al inicio, muchas se encuentran con dificultades y los porcentajes de lactancia materna exclusiva a los seis meses se alejan mucho de los deseables. ¿Hay algo que podamos hacer ya desde el embarazo para tener una lactancia materna exitosa?
El pecho cambia durante el embarazo
El pecho sufre cambios durante el embarazo para estar preparado para amamantar cuando llegue el momento. La glándula mamaria, encargada de producir leche, acaba de completar su maduración durante la gestación.
El pecho aumenta mucho de tamaño y la areola se oscurece; este cambio de color ayudará al recién nacido a localizar mejor el pezón (recordemos que la visión del recién nacido es muy inmadura). Además, ya desde la segunda mitad del embarazo comienza a producirse el calostro, aumentando mucho su producción hacia el final del embarazo y durante el parto. Es decir, todas las madres tienen calostro cuando nace el bebé.
La información es poder
Prácticamente lo único que recomiendo a las madres embarazadas de cara a la preparación para la lactancia materna es que se informen. Y es que la formación sobre lactancia sí ha demostrado aumentar la prevalencia y duración de la lactancia materna. En 2004 dos autores españoles, Balaguer y Aparicio, llevaron a cabo un estudio con 450 mujeres embarazadas que deseaban dar el pecho a sus bebés. Las dividieron en tres grupos: en el primero las mujeres recibirían la preparación al parto estándar, en el segundo recibirían además una clase específica de lactancia materna prenatal y en el tercero recibirían 2 clases específicas sobre lactancia materna postnatales. Se objetivó que, tanto en el segundo como en tercer grupo, las cifras de lactancia materna a las 6 semanas, 3 meses y 6 meses eran superiores a las del primer grupo.
También podemos encontrar una extensa revisión de 7 artículos en la que se vio que la educación sobre la lactancia materna es una medida eficaz para aumentar las tasas de inicio de la lactancia materna.
¿Es necesario preparar los pezones planos para la lactancia?
Muchas madres acuden preocupadas a la consulta porque piensan que con su pezón plano van a tener problemas para amamanta y, desgraciadamente, muchos profesionales creen que los pezones planos no son apropiados para la lactancia. El único tipo de pezón que pueden generar dificultad e incluso imposibilidad de amamantar es un pezón invertido verdadero, en el que las fibras que hacen protruir el pezón son muy cortas o inexistentes. El resto de pezones (planos, falsos invertidos, grandes, pequeños...) son perfectamente aptos para dar el pecho. Si podemos hacer piel con piel tras el parto y que nuestro bebé mame en la primera hora de vida, ese primer enganche espontáneo generará impronta y favorecerá la lactancia materna.
Como el tema de los pezones planos o invertidos y la lactancia materna ha sido motivo de preocupación a lo largo de los años, se ha analizado diversas técnicas y tratamientos prenatales para hacer que protuyesen. Se han estudiado escudos formadores de pezón, ejercicios de Hoffman (consistentes en realizar determinados movimientos del pezón varias veces al día), bandas de goma, uso de jeringas e incluso, la succión marital. Aunque son estudios de baja calidad, no parece que ninguno de estos tratamientos haga que la lactancia materna tenga más éxito que si no se hiciesen.
Así que, si una mujer tiene los pezones planos lo mejor que puede hacer es tratar de hacer piel con piel inmediatamente tras el parto (siempre que sea posible) y favorecer ese primer enganche espontáneo; si el bebé no lo logra por sí mismo, puede buscar ayuda en algún profesional formado en lactancia materna. De todas formas, el pezón suele protruir más según avanza la lactancia.
La extracción prenatal de calostro
Hemos comentado que el calostro comienza a producirse ya durante el embarazo. Mediante la extracción prenatal de calostro se pretende hacer un pequeño "banco de calostro" las semanas antes del parto de manera que, si nuestro recién nacido necesita suplementos o la madre no puede estar junto a él durante las primeras horas, pueda tomar ese calostro extraído durante el embarazo.
Esto ha sido muy estudiado en madres con diabetes, pero también podría resultar útil en algunas situaciones en las que se prevea separación madre-hijo o baja producción de leche: mujeres con hipoplasia mamaria, con síndrome de ovario poliquístico (algunas mujeres con este síndrome tienen dificultades para amamantar); bebés CIR (crecimiento intrauterino retardado), en los que se estima un bajo peso al nacer o con alguna malformación que pueda dificultar la alimentación; o cesáreas programadas o enfermedades maternas en las que se crea que madre y bebé no podrán estar juntos durante las primeras horas tras el nacimiento.
Con la extracción manual de calostro se libera oxitocina (al igual que durante las relaciones sexuales o si amamantamos a otro bebé durante el embarazo, por ejemplo), por lo que algunos profesionales se preguntan si no podría haber riesgo de parto prematuro. Los últimos estudios señalan que es una técnica segura en embarazos de bajo riesgo y puede aportar muchos beneficios. Además, suele empezar a realizare en torno a la semana 36 o 37 de embarazo. Es importante que la extracción prenatal e calostro sea guiada por un profesional sanitario y que se interrumpa si aparece dolor o contracciones.
¿Qué necesito comprar si quiero dar el pecho?
Cuando me preguntan esto en la consulta mi respuesta inicial suele ser: "¡nada!"; pero lo cierto es que sí hay algunas cosas que pueden ser útiles. Los sujetadores de lactancia son fundamentales (aunque es probable que los primeros días tras el parto, por la sensibilidad de los pezones y la hinchazón del pecho, prefiramos no llevar nada). También recomiendo tener ropa apta para la lactancia, diseñada especialmente para tal fin o que facilite el acceso al pecho, por ejemplo una camisa o un vestido con botones delanteros; los recién nacidos hacen al principio entre 8 y 12 tomas diarias, por lo que es bueno que es pecho esté accesible. Es habitual que el pecho gotee leche, especialmente las primeras semanas (a algunas mujeres les sucede durante toda la lactancia y a algunas nunca). Para ello, viene bien llevar discos dentro del sujetador (pueden ser desechables o de tela reutilizables).
Respecto al sacaleches, no suele ser necesario al principio. Si necesitáis porque el bebé gana poco peso y hay que suplementarle, o porque el pecho está muy lleno y el bebé no puede engancharse, podéis hacerlo de manera manual; de hecho, lo ideal es que se enseñe a todas las mujeres a realizar extracción manual en el postparto. Tan sólo en algunas situaciones especiales, como bebés prematuros que necesitan estar ingresados o bebés enfermos que no puedan comer los primeros días puede ser recomendable el sacaleches.
Resumiendo entonces, la mayoría de mujeres no necesita realizar ninguna preparación del pecho durante el embarazo de cara a la lactancia materna. Sí resulta útil recibir alguna clase o curso específico de lactancia previo al parto. También es recomendable comprar algo de ropa apta para la lactancia.
En el caso de ser diabética, de prever que pueda haber dificultades para la lactancia (hipoplasia mamaria, ovario poliquístico), si es probable que tengamos que estar separadas del bebé las primeras horas de vida o si nuestro bebé es CIR, podemos consultar con nuestro/a ginecólogo/a o matrona para realizar extracción prenatal de calostro.
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