La indigestión es una sensación de malestar en el estómago después de haber comido que se produce con cierta frecuencia durante el embarazo y que se puede manifestar de modos diversos: dolor, acidez, sensación de llenura o pesadez... Tener una digestión pesada durante el embarazo es habitual pero, ¿qué podemos hacer para pevenirla?
La indigestión en el embarazo se produce sobre todo en el tercer trimestre, cuando aumentan las molestias debido al tamaño mayor del feto, que apenas deja espacio para el estómago y otros órganos del aparato digestivo.
Resumiendo, el embarazo cuando avanza origina un desplazamiento del estómago e intestinos que puede ocasionarte algunas molestias en la digestión. Es decir, que el espacio que en nuestro estómago antes se dedicaba a la acogida de la comida y a la realización de la digestión, ahora apenas hay cabida para los alimentos justos.
Además, la acidez se produce cuando el esfínter que separa el estómago del esófago se relaja y deja que los ácidos estomacales alcancen el esófago, notamos cómo "sube" un ardor, a veces incluso "intentan salirse" algunos alimentos a medio digerir. Esto puede provocar el vómito en algunas mujeres embarazadas que sufren náuseas habitualmente.
Este problema de acidez se agrava en la recta final del embarazo, ya que el mayor tamaño del útero presiona y desplaza el estómago hacia arriba.
Pero también es probable que tengas indigestión al principio del embarazo y no solo en el tercer trimestre. Ello es debido a que los movimientos gastrointestinales se ralentizan por las grandes cantidades de progesteona y relaxina que produce el cuerpo (lo cual provoca a su vez un aumento de gases). Y aunque para la futura mamá sea incómodo, esta lentitud es beneficiosa para el bebé, ya que se permite una mayor absorción de los nutrientes.
Pero la causa principal de las digestiones pesadas es la misma que en el resto de personas: un exceso de comida. Si "nos pasamos" a la hora de comer o tomamos alimentos pesados es muy probable que se produzca ardor de estómago o acidez, dolor e incluso angustia. Por ello vamos a traer las recomendaciones para una buena digestión durante el embarazo.
Consejos para una buena digestión durante el embarazo
A lo largo del embarazo, evita un aumento excesivo de peso, ya que, entre otros inconvenientes y riesgos, ese mayor volumen hace que el estómago se vea más oprimido.
Evita las comidas pesadas, esto es, con exceso de grasas, platos con muchas especias, picantes, frituras... Esto es especialmente importante en verano, cuando el cuerpo más pide refrescarse. Con suerte, tu cuerpo "te pedirá" este tipo de alimentos más ligeros y refrescantes.
Come menos cantidad durante las comidas, pero más veces al día. No se trata de pasar hambre sino de repartir las comidas, tomar tentempiés saludables entre horas y platos igualmente sanos y equilibrados en las comidas principales. Tampoco se trata de comer por dos, pero las necesidades sí aumentan durante el embarazo, pero lo importante es más la calidad en la alimentación que no la cantidad.
Mastica bien los alimentos, mejor que pasen más deshechos para facilitar la digestión.
Evita las bebidas con gas.
Evita las prensas ceñidas a la cintura o estómago.
Después de comer, procura descansar con una postura cómoda: sentada con los pies en alto. También puedes dar un paseo suave para facilitar la digestión. La relajación ayuda a no tener una mala digestión.
No te acuestes inmediatamente después de la comida. Especialmente por la noche, intenta cenar de manera ligera un par de horas antes de la hora en que normalmente te vas a la cama. De este modo, la digestión se hace más sencilla y tampoco estamos tan "pendientes" de sus efectos como si estamos acostadas.
Estas recomendaciones, además, pueden ser seguidas por tu pareja y de este modo "acompañarte", porque se trata de consejos saludables para todos.
Finalmente, recuerda que por lo general la indigestión no es un problema de salud serio y no va a afectar al bebé, a no ser que esté acompañada de otros síntomas, como pérdida de peso o dificultad para tragar, que es cuando hay que acudir al médico. Si los problemas de digestión no impiden que la madre se alimente convenientemente, el bebé no notará nada.
Pero las molestias sí pueden afectar al bienestar de la futura mamá en buena medida, y si ves que la acidez no te permite llevar un ritmo normal, consulta al ginecólogo por si te puede recomendar algún antiácido apropiado.
Tal vez notes que tras las comidas o las cenas de los últimos días lo has pasado mal. Es el momento, entonces, de seguir estos consejos para prevenir las digestiones pesadas durante el embarazo si es que antes no lo hacías.
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