Si te preguntan qué cosas o situaciones provocan en ti carcajadas o al menos una sonrisa espontánea, estoy segura de que una de ellas es la risa de un niño. No en vano, la red está repleta de vídeos de bebés destornillándose de risa y los compartimos en nuestros perfiles de Facebook o los enviamos a nuestros amigos, porque sabemos con certeza que van a ser bien recibidos.
Pero, ¿qué es lo que le provoca la risa a ellos, a los bebés? Gran misterio. A veces un sonido, una acción repetida, una mueca, un juguete...la verdad que, afortunadamente, su particular universo está lleno de cosas divertidas y con su sonrisa consiguen que el nuestro también.
Desde el día que nacen, parece que el principal objetivo de los padres en este mundo, sea arrancar una sonrisa a su hijo. Deseamos con tanta fuerza verle crecer feliz, que nos pasamos el día haciendo monerías hasta conseguir una respuesta que nos confirme que nuestro niño está contento y comprende nuestras gracias.
El bebé que nació sonriendo
Muchos pediatras afirman que los bebés tardan unos meses en darnos su primera sonrisa como respuesta consciente a un estímulo y tratan de convencernos que las sonrisas tempranas son solo un gesto involuntario de su boca. Tal vez tengan razón, pero los padres seguimos percibiendo esas sonrisas de recién nacido como un gesto de complicidad, y no importa si es voluntario o no, a nosotros nos conmueve de igual forma.
En mi caso, la primera sonrisa "voluntaria" de mi hijo que guardo grabada a fuego en mi mente se produjo cuando éste tenía 2 meses y medio y, por si hay alguna duda, hay pruebas gráficas que lo corroboran, pero me encantaría conocer la experiencia de otros padres y saber en qué momento observaron una respuesta de este tipo en su hijo.
Lo que no recuerdo es el momento exacto de la primera carcajada, pero no se me olvida su sonido y lo contagiosa que era, y sigue siendo. No sé si por su inocencia, su espontaneidad o su poder para conmover al resto de la humanidad, para mí la risa de un niño es uno de los sonidos más maravillosos de este mundo. Por eso, trato a diario, como supongo la mayoría de los padres, de proporcionarle a mi hijo todo lo que esté en mi mano para que sea feliz y lo manifieste.
A ver quién se ríe primero
No voy a afirmar que existe un juguete que consigue que tu hijo sea feliz. Pero la felicidad se construye a partir de pequeños instantes de alegría y todo lo que arranque una sonrisa en el bebé, bienvenido sea. Con esa finalidad Fisher-Price "dio vida" a los Risis.
Los Risis son unos pequeños seres de forma redondeada con un tamaño adaptado a la manita del bebé. Al apretarles o agitarlos, estos suaves peluches sueltan una risa contagiosa. Y como tienen personalidad propia cada Risi tiene su particular sonido de risa. Los hay en 6 colores: amarillo, naranja, rosa, azul, verde y lila.
Sin duda, un compañero de juego muy divertido para tu bebé, que contribuirá a sumar momentos y momentos de felicidad y que se convertirá en la excusa perfecta para partirse de risa en familia.
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