Una de las grandes preocupaciones de los niños a quienes se les ha caído algún diente durante la pandemia es ¿qué pasaría con el Ratoncito Pérez o el 'Hada de los dientes'? ¿Podrían llegar hasta las casas con la crisis sanitaria? Y de hacerlo, ¿su salud correría peligro?
Evolette Westhouse, de siete años, estaba realmente preocupada por este asunto, así que tras perder un diente le pidió a su madre que confeccionara una minimascarilla para que este mágico personaje pudiera hacer su trabajo sin correr ningún riesgo. ¡Dicho y hecho!
A grandes preocupaciones, ¡una pequeña pero gran solución!
La madre de Evolette, Kayla, afirma que su hija tiene un gran corazón, y así lo manifestó la pequeña en el momento en que se le cayó un diente. Ansiaba la visita del 'Hada de los dientes', pero no que su salud pudiera correr peligro por hacerse cargo de los dientes de todos los niños en plena pandemia por coronavirus.
Y es que a pesar de sus siete años, Evolette es plenamente consciente de la situación que estamos sufriendo y de cómo afecta el coronavirus a la salud. De ahí la necesidad de querer proteger a su querida 'Hada de los dientes' a toda costa.
Desde que se agotaran las existencias de mascarillas en el estado de Michigan, donde vive la familia, Kayla ha estado confeccionando mascarillas para donar o vender a un precio simbólico. Así que su hija vio rápidamente la necesidad de que su madre confeccionara también una mascarilla para el 'Hada de los dientes'.
Inicialmente, Kayla trató de disuadir la idea Evolette, diciéndole que el Hada era mágica y no podía contagiarse. Pero la pequeña no lo tenía tan claro, y no paró hasta convencer a su madre para que hiciera la mascarilla más especial de todas: la que permitiría al Hada seguir cumpliendo los sueños de todos los niños del mundo, pero siempre con seguridad.
Y así fue como en una noche, madre e hija prepararon juntas la miniminimascarilla. Evolette eligió el color de la tela, el brillo dorado de polvo de hadas y la protección interior, y Kayla se puso manos a la obra.
El resultado final no pudo ser más lindo, y fue compartido por la mujer en sus redes sociales en una publicación que rápidamente se volvió viral:
Durante la pandemia ha habido muchos momentos en los que he pensado: "¡nunca creí que llegaría a hacer esto!". Ahora añado un nuevo momento a esta lista.
A mi hija de siete años se le ha caído un diente y me ha pedido que haga una máscara para el 'Hada de los dientes'. He tratado de explicarle que el hada no puede contagiarse de coronavirus, pero Evolette ha insistido: "¿cómo lo sabes?. Hagamos una máscara, y si realmente no la necesita, la dejará donde se la encontró y nos lo hará saber en una nota"
También me dio sobrados argumentos, como que el hada tenía que meterse bajo su almohada para recoger el diente, que antes había estado en su boca donde están todos los gérmenes. Y me preguntó: "¿y si el Hada viene a mi casa y luego va a casa de otro niño? ¡Entonces ese niño podría contagiarse con mis gérmenes!"
Así que ante la pregunta de mi hija, "¿qué tienes que hacer esta noche", decidí sacar la máquina de coser y confeccionar mi mascarilla número 178. Pero esta vez para un Hada. Ahora podremos decir a todos los niños que el 'Hada de los dientes' está a salvo.
"No dejes de decirle a tu madre que es la mejor", la respuesta del Hada en una carta
Pero la historia no acaba aquí, pues la pequeña Evolette dejó una carta al Hada explicándole que su madre le había hecho una mascarilla para que pudiera estar a salvo, y pidiéndole un favor personal y adicional: que dejara un regalo a su padre, que cumplía años ese mismo día.
El Hada respondió la carta de la niña con otro escrito, en el que le daba las gracias por el detalle de la mascarilla y por ser tan considerada, y le recordaba la importancia de ser agradecida con su madre y decirle a menudo lo buena que era: "da las gracias a tu madre por coser mi mascarilla. Parece la mejor madre de todas, asegúrate de decírselo tan a menudo como puedas".
Y por supuesto, para su papá también dejó un pequeño detalle.
La empatía de los niños
La historia de Evolette me ha emocionado porque me ha parecido simpática y entrañable, y porque nos recuerda la enorme empatía que tienen los niños.
Al inicio del confinamiento, mi hija también perdió un diente. La emoción por recibir al Ratoncito Pérez era máxima, pero por aquel entonces, mi pequeña estaba aún convaleciente por culpa del coronavirus, así que de inmediato pensó en la posibilidad de contagiar al ratón si este llegaba a casa en aquellos momentos.
A nosotros no se nos ocurrió la idea de confeccionar una mascarilla (y confieso que de habérsele ocurrido, me habría puesto en un aprieto ante mi nula destreza con la aguja y el hilo), pero sí decidimos dejar un bote de gel de hidroalcohol en el recibidor de la entrada, para que cuando el Ratoncito se marchara pudiera desinfectarse a fondo las manos.
Además, esa noche mi hija limpió a conciencia su diente durante varios minutos. Lo lavó con el cepillo, después con agua y jabón e incluso me pidió que lo desinfectara con un poquito de alcohol. Estaba realmente preocupada por la salud del ratón, y aquella escena me conmovió mucho.
Fotos Kayla Westhouse
Vía Cafemom
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