Hay noticias que te sorprenden por lo asombrosa que es la situación que viven sus protagonistas. Parir en tu casa porque el bebé no da espera podría ser una de ellas, pero cuando miramos con más detenimiento, nos encontramos con un panorama que es de todo, menos idílico.
Es el caso de Beatriz Galán, andaluza de 41 años que dio a luz el pasado 6 de septiembre, precisamente en su cuarto del baño, después de que el hospital en el que tenía previsto el nacimiento, le dijesen que no estaba de parto y que volviese luego porque "aún quedaba". Transcurrió una hora entre escuchar esta frase de boca de su matrona y el llanto de Daniel en el suelo del baño de su casa.
El drama del ingreso cuando estás de parto
No es extraño que cuando te pones de parto (o al menos eso intuyes), pero el ritmo es un poco lento, te devuelvan a casa hasta que las contracciones sean más fuertes o más constantes. En el caso de Beatriz hubo un punto de inflexión, y es que estas se pararon cuando aún estaba en urgencias. Sin embargo, teniendo en cuenta sus antecedentes (bajadas de tensión y parón del crecimiento intrauterino), y que se trataba de un embarazo de riesgo de 38 semanas, tal vez el procedimiento debía haber sido distinto.
"Cuando la matrona me dijo que aún quedaba, bajamos, pero cuando estábamos en la puerta (del hospital), sentí que estaba de parto. Volvimos a subir y la matrona me dijo exactamente lo mismo, que regresase después. Me angustié, dudé de mí misma y me fui avergonzada. Sé que no lo hizo con maldad, pero tal vez debió haber tenido en cuenta que se trataba de un segundo parto y de mi historial".
Así nos lo cuenta Beatriz a Bebés y más. Al llegar a casa todo fue muy rápido: "en medio de los nervios, cuando le dije a mi marido que estaba naciendo y que no había manera de pararlo, cambió su actitud por completo, llamó al 061 y actuamos increíblemente concentrados junto con Elena, la persona que atendió la llamada y que fue el mejor soporte que pudimos haber tenido".
Poco después llegó el servicio médico a su casa, quienes se encargaron de cortar el cordón umbilical del bebé y de trasladarlo junto con su madre al hospital de Valme.
Muchas mujeres hemos pasado por la experiencia de tener que volver a casa cuando el parto aún no es inminente, y a pesar de que es el procedimiento que se debe seguir, para una mujer en esa situación es muy importante sentir empatía por parte de los sanitarios que la están atendiendo. Es uno de los momentos más complejos que vivimos las mujeres y lo mínimo que necesitamos es eso. En palabras de Beatriz: "menos reglas, más empatía, más sensibilidad... no tenemos por qué saberlo todo ni ser tratadas como si no tuviésemos ni idea".
Cada cuerpo, cada caso y cada parto es diferente
Humanizar el parto es algo de lo que se habla mucho desde hace algunos años. Aunque es verdad que se ha avanzado en este sentido, es importante abarcar todo el proceso (la OMS por fin ha incluido el postparto), incluyendo el momento en el que una mujer embarazada llega al hospital con señales de parto.
Al hablar con Beatriz he caído en cuenta que muchas veces, al ir a un hospital, ya sea embarazada o con un recién nacido, te da miedo que te tachen de exagerada por prestarle mucha importancia a algo que en teoría no la tiene -o decir que estamos de parto cuando en realidad aún no ha llegado el momento- porque puede que tengan razón, o puede que no. En el caso de Beatriz, podemos celebrar el nacimiento de Daniel gracias a su aplomo, al de su marido, al apoyo de los profesionales del 061 y especialmente a que no hubo complicaciones durante el parto ¿pero y si no hubiese sido así?
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