El método Montessori es, indudablemente, una pedagogía muy popular y que muchos padres buscan implementar en casa. Y con justa razón: es un método que aboga por dar al niño libertad, autonomía y confianza para aprender, explorar y jugar.
Una de las características fundamentales que encontramos presente en Montessori, es el respeto en todos los aspectos, comenzando por el hecho de que en esta metodología se elige respetar los ritmos de desarrollo y aprendizaje de cada niño, sin imponer clases o actividades programadas como en la educación tradicional.
Pero aunque este método se ajuste a las necesidades y habilidades únicas de cada niño y pueda cambiar o adaptarse según lo que ellos necesiten, hay tres reglas de oro de Montessori que siempre deben seguirse y que puedes poner en práctica en casa.
Las reglas de oro del método Montessori
Como lo comentábamos, el método Montessori permite al niño interactuar de forma libre con su entorno para saciar su curiosidad y, por tanto, aprender según su propio ritmo, sin sentirse atado a unos horarios y rutinas convencionales.
Pero para favorecer un ambiente adecuado, tranquilo y positivo, hay tres reglas de oro que siempre se deben seguir a la hora de aplicar el método, independientemente del espacio en el que éste se realice:
- Respeto por uno mismo
- Respeto por los demás
- Respeto por el medio ambiente
Estas reglas no son hechas para controlar o dirigir a los niños, sino para guiarles. Por ello, aunque debemos hablar sobre ellas y explicárselas, los niños deben tener la oportunidad de aprenderlas a base de experiencias como la exploración y el juego.
Te explicamos brevemente en qué consiste cada una de estas reglas y cómo pueden ponerlas en práctica en casa.
1) Respeto por uno mismo
La primera regla del método Montessori es el respeto por uno mismo, y éste se refiere a que guiemos a los niños para que puedan aprender y explorar de forma segura, anteponiendo su bienestar físico y emocional.
Esto lo logramos permitiéndoles que sean libres de elegir las actividades Montessori a realizar, asegurándonos que sean siempre dentro de un entorno seguro y adecuado para su edad (y tras haberles mostrado cómo utilizarlas para prevenir autolesiones o accidentes).
Ejemplos sencillos de esto pueden ser el permitirle elegir entre dos actividades propuestas o darles tareas que promuevan este principio, como ordenar sus juguetes para fomentar la responsabilidad, así como alentarlo a que confíe en él mismo y su capacidad para hacer las cosas participando en diversas actividades.
2) Respeto por los demás
Este principio se centra en promover la empatía, la consideración y, sobre todo, el comportamiento respetuoso hacia los demás, sean compañeros de cole, profesores, miembros de la familia, amigos y comunidad en general, incorporando habilidades sociales.
En este sentido, algunos ejemplos básicos que podemos hacer en casa es enseñarle a escuchar activamente a los demás sin interrumpir, practicando turnos para hablar durante una conversación; así como respetar las preferencias y gustos individuales de cada persona.
3) Respeto por el medio ambiente
Finalmente, la tercera regla de oro Montessori está relacionada con el respeto hacia el medio ambiente, que consiste enseñar a los niños a cuidar el entorno en el que se encuentran, así como la importancia de cuidar los recursos naturales.
Una manera sencilla de practicar esto en casa, es involucrando a los niños en proyectos de jardinería o cuidado de las plantas que tenemos en nuestro hogar, hablándoles sobre la importancia de la naturaleza. También, podemos enseñarle la importancia de regresar las cosas a su lugar una vez que ya no se necesiten, para mantener un espacio limpio y ordenado.
Foto de portada | Sebastian Pandelache en Unsplash