Cuando oyes hablar de habitaciones para niños multifuncionales, te las imaginas con cama (camas), litera, espacio en el que estudiar, sistemas para guardar ropa, zapatos, libros y demás… ¿me dejo algo?; ¡ah si!, también te imaginas un pequeño rincón con baúl de muñecas y cajón de juegos de mesa, si puede ser con alfombra mejor, de lo contrario no estarán cómodos jugando.
¿Pero que hay de la actividad física que todos los niños necesitan, del juego libre, etc? Pues la verdad, eso puede tener fácil solución según dónde se viva: la plaza con columpios a dos minutos de la escuela, el gran parque con árboles delante de casa, dejarles que correteen por las calles del pueblo, etc. Claro que si vives en Nueva York (con ese clima extremo en verano e invierno), salir en diciembre, enero, febrero a la calle para que se muevan, podría ser una temeridad.
Y no te digo si tu lugar de residencia es Park Slope: tan familiar, tan amigable, con tantas zonas verdes, ¡y tan cerca de Upper Bay!, definitivamente con esa humedad más vale no salir con niños en invierno, especialmente si los peques son eso: pequeños. Pero mira por dónde, Ramiro Gamboa solucionó ese problema incluso con un espacio reducido con sólo ponerse a pensar. La necesidad era acuciante: son tres hijos los que tiene, y todos los niños necesitan movimiento independientemente de las circunstancias (por eso si mis hijos no pueden salir organizan una guerra de cojines cuyos efectos colaterales se limitan a un gran desorden en la habitación de matrimonio).
Y es que los apartamentos de esa zona de Brooklin son pequeños: los habrá más bonitos o menos, pero suelen ser pequeños. Este imaginativo papá de origen mexicano ha trabajado hasta hace unos pocos años en publicidad, quizás de ahí le venga la creatividad.
En cuanto la familia fue aumentando (llegó a USA en 2004), tardó poco en convertir la habitación de los niños en cómodo dormitorio, que además contaba con sitio para guardar cosas, y en el que se podía jugar. Pero no sólo sentaditos en el suelo frente a unas cartas, o leyendo, sino además saltando, trepando, o colgándose boca abajo.
Únicamente tenéis que mirar las fotos para ver algunas de las habitaciones infantiles que le han encargado amigos, conocidos y otras personas interesadas… Porque con esa habilidad de Ramiro, en cuando la empresa para que trabajaba realizó ajustes de personal, le faltó el tiempo para crear su propio negocio, ¡y no veas el éxito que está teniendo!
Todos los proyectos parten de la misma base: los clientes necesitan un mejor aprovechamiento del espacio en los dormitorios infantiles, de manera que estos sean eminentemente prácticos. Ramiro es capaz de colocar columpios, toboganes o paredes de trepar sin que nadie antes hubiera reparado en esa posibilidad. Además también piensa en niños grandes que necesitan habitaciones más personales.
“Booonk”, se llama la empresa, y la palabra es una adaptación de “bunk” (litera), habitualmente se utilizan materiales reciclables, y piezas movibles, por si algún día hay una mudanza. La imaginación de su creador parece tener pocos límites, ¿no os parece?
Vía | Univisión
Imágenes y Más información | Booonk
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