El escocés Matthew McVarish estuvo unos días en España presentando la campaña “Road to change. Walk to stop de silence: stop child sexual abuse”. En las próximas semanas se dirigirá a Lisboa, y sólo le faltaran cuatro destinos para acabar su recorrido el siete de febrero en Edinburgo.
Se trata de una acción que cuenta con el apoyo de Stop the Silence, y pretende incrementar la sensibilización en torno a los abusos sexuales infantiles, proponiendo a la vez planes para poner fin al problema.
McVarish es actor y escritor, cuando finalice en la capital de Escocia, habrá recorrido 10000 millas (el equivalente a 16000 kilómetros); y habrá pedido personalmente a diferentes autoridades relevantes del panorama social, político y religioso, que apoyen “Road to change”.
Su propia experiencia como niño abusado por un familiar (recordemos que en un 80 por ciento de los casos es una persona del entorno cercano quien ejerce el abuso); le lleva a buscar apoyos que permitan una mayor visibilidad de esta grave problemática, y reformas normativas.
Por ejemplo, es cuanto menos sorprendente, que sólo en Reino Unido y Chipre, estos delitos no prescriben. Y tiene mucho sentido pedir que esto fuera generalizado: por diferentes causas, los niños o no lo cuentan o no son creídos. Con el paso del tiempo el recuerdo se bloquea como un mecanismo de autodefensa (es demasiado doloroso para un niño continuar con esa carga). Así que en el caso de que se posteriormente reaparezca la vivencia, ocurre muchos años después, cuando el delito ya ha prescrito.
No he encontrado muchas reseñas a la campaña de McVarish, lo cual responde a una sociedad ciega y sorda (o poco receptiva al tema). Sin embargo cifras oficiales indican que aproximadamente uno de cada cinco menores europeos sufrirán abusos sexuales antes de cumplir 18 años.
Es una realidad oculta, que se perpetúa ayudada por el silencio de las víctimas y sus familiares. Como dice Matthew: “el principal problema es el silencio, que compromete un adecuado tratamiento de las víctimas, y propicia que los mismos abusadores puedan volver a estar en contacto con otros niños.
Aún le quedan unos cuatro mil kilómetros: es poco o mucho, según se mire. De la misma forma que ser o no consciente de que los abusos sexuales infantiles se están produciendo en nuestro entorno, ayuda a la solución, o permite la continuidad.
Mediante el web de la campaña, McVarish también recoge donaciones.
Más información | Road to Change, Road to Change en Twitter
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