El año pasado conocí a Richard Dawkins por unas polémicas declaraciones en las que aseguraba que algunos escándalos relacionados con los abusos sexuales infantiles eran exagerados, y además hablaba sobre “pedofilia suave” (como si ambas palabras pudieran ir unidas). El caso es que este biólogo evolucionista, divulgador, y ateo, se puso en contra a diferentes organismos de Protección a la Infancia, y no es para menos.
Pues bien, ahora ha puesto su punto de mira en los llamados “cuentos de hadas”, puesto que está convencido de que son perniciosos para los niños, al inculcar una visión del mundo que incluya lo sobrenatural. Además el señor Richard Dawkins dice que escoger este tipo de lecturas para los niños, les perjudica en el sentido de que inhibe su capacidad para ser escépticos, y conocer la ciencia con más rigor.
Os comento que los cuentos de hadas tienen poco que ver con los populares, ya que los primeros incluyen mucho elementos fantásticos, y recrean leyendas (un ejemplo de ellos es “Pulgarcita”); frente a los segundos que se basan en los mundos más conocidos, y por lo tanto más reales que los niños perciben
Y dicho esto debo decirle a Richard Dawkins, que si tiene niños cerca (nietos, sobrinos, hijos, hijos de amigos…) puede leerles lo que quiera, que los demás haremos lo propio. Porque entrar en un mundo de fantasía abriendo las tapas de un cuento, no le hará daño a nuestros hijos.
Es solo mi opinión, pero que a los niños les sean leídos Cuentos de Hadas, poco tiene que ver con la curiosidad hacia el entorno (hacia la ciencia por extensión), o con su capacidad para pensar y cuestionarse el mundo. Y esto es porque el niño sabe diferenciar perfectamente, al menos a partir de los siete u ocho años; además es que ningún padre le dice a su hijo que es verdad que existen las sirenas, o que una varita mágica puede convertir la calabaza en un suntuoso carruaje.
En todo caso, si algo mueve la capacidad de decisión del niño y de pensar por sí mismo (en cuestión de lecturas, se entiende) es que se le deje escoger. Y en este sentido conozco niños de seis años que sólo quieren libros sobre ciencia adaptados, otros de nueve años que han leído tanto (y tan variado) que necesitan descansar de leer un año, alguno más que no se conforma con las versiones más conocidas de los cuentos populares, e incluso quien es capaz de leer cuentos de hadas, libros de astronomía, y cómics… todo a la vez.
El cerebro de los niños es plástico, así que son capaces de adaptarse a distintos tipos de lectura conociendo las diferencias y sabiendo distinguir el mensaje del escritor.
Y además aunque sean niños, son listos, así que no nos debería preocupar este tipo de ideas equivocadas. Los cuentos de hadas y también los populares… han estado muchos años con las familias, acompañando a los niños a la hora de dormir, y seguirán estándolo.
Por cierto, mis hijos han leído (la pequeña aún lo hace) cuentos de hadas, y muchos tipos de literatura infantil, a pesar de ello puedo asegurar que saben pensar y diferenciar.
Imagen | San José Library Vía | The Telegraph En Peques y Más | Los 'Cuentos de Hadas' de los hermanos Grimm, no siempre fueron aptos para niños, Te contamos como alimentar y proteger la rutina de leer a los niños antes de acostarse