La ictericia del neonato o ictericia fisiológica, muy común en recién nacidos, es una afección caracterizada por altos niveles de bilirrubina en sangre que provoca una coloración amarillenta en la piel y la esclerótica (parte blanca de los ojos) del bebé a partir del segundo o tercer día de vida.
Cuando el bebé se encuentra dentro del útero es el hígado de la madre el encargado de eliminar la bilirrubina del bebé, pero una vez que ha nacido el hígado del pequeño demora un tiempo en comenzar a funcionar adecuadamente. Es por eso que los niveles de bilirrubina en algunos recién nacidos es elevada.
Los casos más graves de hiperbilirrubina intensa, pueden llegar a necesitar una exanguinotransfusión, un tratamiento en el que se sustituye parte de la sangre del organismo por otra de donantes. En un grupo reducido de bebés, la ictericia se debe realmente a una enfermedad, por ejemplo en los casos de incompatibilidad sanguínea entre la madre y el bebé.
En estos casos aparece antes, en general el primer día de vida, y requiere tratamiento. También puede aparecer en recién nacidos a causa de malformaciones en el hígado o alteraciones biliares. En niños mayores, la ictericia puede ser signo de una hepatitis o de alguna enfermedad que este destruyendo los glóbulos rojos.
Tratamiento de la ictericia
No requiere tratamiento si la cifra de bilirrubina no sobrepasa un nivel de seguridad que depende del peso del niño y de los días de vida. Cuando sobrepasa ese nivel requiere de fototerapia, un tratamiento en el que se expone al bebé a la luz ultravioleta.
Se lo coloca bajo luces fluorescentes azules, también conocidas como bililuces, con los ojos cubiertos para no dañarlos y se voltea al niño para que reciba la luz en todo su cuerpo. También se han creado una manta que incorporan la fototerapia para que el bebé pueda estar en los brazos de sus padres mientras recibe el tratamiento.
Al actuar sobre la piel, las ondas de luz actúan modificando la estructura molecular de la bilirrubina descomponiéndola en sustancias no tóxicas que son eliminadas por el cuerpo a través de la orina y las heces. De esta forma, los rayos de luz aceleran el proceso de eliminación de bilirrubina hasta que vuelve a los niveles normales de seguridad.
Es un método seguro y efectivo, además de ser inofensivo para el bebé.
Durante el tratamiento se controlan en todo momento las constantes vitales del bebé, su temperatura y respuestas. Se hacen regularmente análisis de sangre para verificar el nivel de bilirrubina. Cuando alcance las cifras normales, se suspende la terapia.
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