El sueño del bebé es diferente del de los niños más mayores y los adultos. Esto ocasiona con frecuencia dudas y preocupaciones por parte de las familias.
Muchos bebés hacen ruidos durante el sueño y, aunque muchos de ellos pueden ser explicados por el diferente patrón de sueño propio de la edad o por situaciones no patológicas, es importante saber en qué casos debemos consultar al pediatra.
¿Por qué hacen ruidos los bebés mientras duermen?
Los bebés hacen con frecuencia muchos ruidos durante el sueño y en la mayoría de los casos, son algo propio de la edad y no debemos darle más importancia.
Los recién nacidos y bebés pequeños tienen dos fases de sueño: activo (o superficial) y tranquilo (o profundo). En la fase de sueño activo hacen con frecuencia muchos ruidos (gruñidos, quejidos, lloriqueos) y movimientos; muchos padres llegan a pensar que están despiertos. Es algo normal y no hay por qué preocuparse.
En otros casos, algunos de estos ruidos pueden corresponder a malestar por algo concreto: frío o calor, pañal sucio, molestias abdominales (cólicos, reflujo), dentición…
También es frecuente escucharles ruidos que proceden de la nariz, “como un cerdito” comentan algunos. Puede deberse a la rinitis del recién nacido, como veremos a continuación.
Por último, con mucha menos frecuencia podemos escuchar sonidos que sí pueden implicar alguna patología, como estridor o sibilancias.
La respiración periódica del recién nacido
Los recién nacidos, especialmente los prematuros, tienen un tipo de respiración particular llamada respiración periódica que, aunque no tiene por qué ser ruidosa, merece la pena mencionarla en este post.
Durante las primeras semanas de vida los recién nacidos pueden hacer unas respiraciones lentas y profundas, incluso dejar de respirar unos segundos (apnea), y posteriormente una racha de respiraciones más rápidas y superficiales. En bebés a término sanos, esto no supone ningún problema.
La rinitis del recién nacido
Los recién nacidos son respiradores nasales, no saben respirar por la boca. En algunos casos, tras el nacimiento, puede producirse inflamación de la mucosa que recubre las fosas nasales. Es la rinitis del recién nacido.
Esta inflamación hace que el aire tenga menos espacio para pasar y que suene, especialmente cuando están tumbados. Parece que tuviesen catarro (porque además estornudan mucho, reflejo propio de los recién nacidos que nada tiene que ver con una infección) pero cuando les limpiamos no salen mocos. Estos bebés no tienen otros síntomas, comen y duermen bien, no tienen fiebre…
La rinitis suele ser transitoria y se suele resolver sola. Puede mejorar si tenemos un ambiente más húmedo o si humedecemos las fosas nasales con unas gotitas de suero.
En casos muy persistentes o llamativos (como si repercute en la alimentación), conviene consultar con el pediatra por si necesita algún otro tratamiento más específico.
Ruidos por los que hay que consultar
Como hemos visto, muchos de los ruidos que realizan los bebés mientras duermen son normales. En la fase de sueño activo (o superficial) pueden moverse y hacer ruiditos tipo gruñido, gemido, lloriqueo… También podemos escuchar ruidos que proceden de la nariz, pero sin moco; puede tratarse la rinitis del recién nacido.
En otras ocasiones, estos ruidos pueden indicar malestar y deberemos hacer prueba/error para ver a qué se deben: frío, calor, pañal sucio… Algunos bebés con problemas digestivos, como estreñimiento o reflujo, también pueden emitir quejidos durante el sueño. En estos casos, tendremos otros indiciadores que nos hagan sospechar estos problemas: deposiciones duras y poco frecuentes, regurgitaciones frecuentes, irritabilidad durante las tomas…etc.
Existen, sin embargo, otros sonidos que, aunque no siempre sean motivo de alarma, sí conviene saber identificarlos para poder consultar cuando sea necesario.
- Laringomalacia
La laringomalacia es una causa frecuente de respiración ruidosa en los bebés. En estos casos, aún tienen la laringe inmadura. Esta es blanda y laxa lo que hace que, durante la inspiración (cuando cogemos el aire) los tejidos de la zona colapsen y dificulten la entrada de aire, apareciendo un ruido silbante característico (estridor inspiratorio).
Este ruido suele estar presente desde el nacimiento o los primeros días/semanas de vida y es más marcado durante el sueño, cuando lloran o se agitan o si tienen asociado algún catarro. La laringomalacia suele ir mejorando según crece el bebé, resolviéndose antes de los dos años.
En la mayoría de los casos es leve y no necesita tratamiento. Sin embargo, si aparece cianosis (coloración azulada de piel o labios), dificultad para respirar o alimentarse o hay complicaciones, como broncoespasmos de repetición o pausas de apnea, es necesario que sea valorado por el otorrino.
- Sibilancias
Cuando un bebé o niño tiene una bronquiolitis o un broncoespasmo (estrechamiento de los bronquios) se produce un sonido del aire al salir y/o al entrar (sibilancias). En ocasiones, las sibilancias pueden auscultarse desde fuera sin necesidad de fonendo.
Estos niños suelen asociar dificultad respiratoria (respiran muy rápido, se les hunde el pecho y se les marcan las costillas) y es necesario que consultemos para que le pauten tratamiento si lo necesitase.
- Laringitis
En este caso, se produce una inflamación de la laringe, fundamentalmente de las cuerdas vocales, debido a una infección generalmente vírica. Al igual que en la laringomalacia, podemos escuchar un ruido ronco cuando el niño o bebé coge aire (estridor inspiratorio). Este sonido aparece sobre todo cuando el bebé se agita, llora o hace algún esfuerzo, pero en los casos más graves podemos escucharlo también cuando el bebé o niño está tranquilo. Además, puede haber fiebre, tos ronca (“como un perro ladrando”) y afonía.
Respirar aire frío y húmedo ayuda en estos casos, así como tratar la fiebre si aparece. Si el bebé o niño tiene dificultad para respirar, hay estridor en reposo (cuando está tranquilo), le cuesta tragar y/o se le pone una coloración azulada o blanquecina alrededor de la boca, hay que consultar.
¿Cómo saber si un bebé tiene dificultad respiratoria?
Para saber si nuestro hijo/a tiene dificultad para respirar, es importante que le miremos desnudo mientras respira. Los bebés con dificultad respiratoria respiran muy rápido, hunden el pecho y se les marcan las costillas. En ocasiones pueden tener también aleteo nasal. Especialmente en los casos de laringitis, podemos ver que se hunde la zona supraesternal.
En los casos más graves podemos tener cambio de coloración alrededor de la boca (azulado o blanquecino).
Además, es frecuente que los niños con dificultad respiratoria rechacen el alimento o coman menos y se fatiguen/cansen cuando lo hacen. Si nuestro bebé o hijo/a tiene alguno de estos signos y síntomas debemos acudir a Urgencias.