En Bebés y más hemos hablado en otras ocasiones de la importancia de lavarse las manos, pues este acto que puede parecer muy sencillo, nos ayuda a prevenir más de 200 enfermedades, por lo que un buen lavado de manos es un hábito que debemos enseñar a nuestros hijos desde pequeños.
Algunas personas acostumbran reemplazar el lavado de manos por el uso de geles con alcohol, sin embargo, un estudio reciente encontró que es mucho mejor y más efectivo lavarse las manos con agua y jabón que usar un gel con alcohol o antibacterial para prevenir enfermedades como la influenza.
El uso de geles con alcohol se ha promovido mucho en los últimos años como una medida más para prevenir el contagio de ciertas enfermedades, al punto de que muchas personas confían más en él para eliminar gérmenes y bacterias. Sin embargo, según los resultados de esta nueva investigación, su efectividad es más baja de lo que se pensaba y sigue siendo mejor el lavado de manos con agua y jabón.
De acuerdo con el estudio, el etanol, que es el principal ingrediente activo de muchos geles y toallitas húmedas antibacteriales que se usan para limpiar las manos, puede no ser tan efectivo como se creía, o al menos no de la forma en la que lo hemos estado usando.
Según los resultados de la investigación, se necesita continuar frotando las manos con un desinfectante con etanol durante al menos cuatro minutos para que éste sea efectivo en combatir virus como los de la influenza A o gripe A.
Una cantidad menor a este tiempo no garantiza que se eliminen los virus, pues en el caso del de la influenza A, éste permanece activo incluso después de haber sido expuesto a un desinfectante durante dos minutos.
Muchas veces, usamos los geles con alcohol poniéndolos en nuestras manos, frotándolo un par de veces solo unos segundos y ya está. Sin embargo, este tiempo es insuficiente para que realmente pueda eliminar algunos virus transmisibles. Entonces, ¿cuál es una mejor forma de eliminarlos? Lavándonos las manos con agua y jabón.
Esto no significa que debemos deshacernos de los geles con alcohol que tengamos en casa. Según el estudio, podemos seguir utilizándolos siempre y cuando nos frotemos las manos con ellos durante al menos cuatro minutos, pero la conclusión de los investigadores es que con este estudio se comprueba que un buen lavado de manos utilizando agua y jabón, sigue siendo mucho mejor que los geles con alcohol o antibacteriales.
Cómo lavarnos las manos correctamente
Para poder prevenir la transmisión de enfermedades debemos lavarnos las manos de forma correcta, pues así como se requiere más tiempo para que los geles con alcohol sean efectivos, el agua y jabón también necesitan ser utilizados de forma eficaz.
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos comparte un vídeo en el que se nos explica paso por paso cómo llevar a cabo una correcta higiene de manos utilizando agua y jabón:
Los pasos para un correcto lavado de manos con agua y jabón son los siguientes:
- Mojar las manos con agua limpia.
- Enjabonarlas con suficiente jabón para cubrir toda la superficie de las manos y frotarlas hasta hacer espuma. Debemos asegurarnos de también limpiar el dorso de las manos, entre los dedos y debajo de las uñas. Este paso debe durar de 40 a 60 segundos.
- Enjuagar las manos con agua limpia, asegurándonos de eliminar todo el jabón que nos habíamos puesto al frotarlas.
- Secar completamente las manos con una toalla limpia, ya que en caso de quedar húmedas, facilitan la transmisión de bacterias.
Recordemos que lavarnos las manos no solamente es algo que debamos hacer cuando sintamos o veamos que nuestras manos están sucias, pues todo el día pasamos tocando superficies que pueden estar contaminadas.
Desde luego, tampoco debemos obsesionarnos con estar lavándonos las manos todo el día, pero sí debemos identificar algunos momentos clave en los que es importante hacerlo, como los siguientes:
- Antes de cocinar o manipular alimentos, pues la contaminación de los mismos puede provocar una amplia gama de enfermedades y brotes, muchos de los cuales son especialmente peligrosos para los niños pequeños.
- Antes de amamantar a un bebé o prepararle un biberón.
- Antes de comer.
- Después de ir al cuarto de baño o cambiar el pañal a un bebé (ya sea en un baño público o privado).
- Tras el contacto con animales.
- Después de toser, estornudar, sonarse la nariz...
- Antes de tocar a un bebé.
- Después de fumar.
- Después de tocar basura.
- Tras el contacto con tierra (por ejemplo, al llegar de jugar en el parque, tras realizar labores de jardinería...).
- Tras la manipulación de productos químicos para la limpieza del hogar.
- Después de pasar el día fuera de casa, o tocando cosas o superficies públicas.
En el caso de los niños pequeños, deberán lavarse las manos con frecuencia, pues es habitual que en esta etapa de su vida se lleven las manos a la boca, nariz y ojos constantemente.
En conclusión, un buen lavado de manos con agua y jabón no solamente nos ayuda a prevenir enfermedades, sino que además es más efectivo que los geles con alcohol. Sin embargo, en caso de no tener acceso a agua y jabón, pero sí a un gel con alcohol o antibacterial, recordemos utilizarlo de forma efectiva: frotando las manos con ellos durante al menos cuatro minutos.
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Vía | Healthline