La primavera nos trae días más largos y templados, pero también nos trae la alergia más frecuente en esta época del año, la rinitis alérgica, también conocida como "fiebre de heno" o conocida comúnmente como alergia al polen.
Es un cuadro muy frecuente entre la población infantil, incluso también en los recién nacidos, que puede afectar su calidad de vida. Es época de estornudos, nariz congestionada y ojos irritados debido a los altos niveles de polen que se encuentran en el aire. Os vamos a dar algunos consejos para prevenir y aliviar la alergia en los niños.
Síntomas de la rinitis alérgica en niños
Se trata de una inflamación de la mucosa nasal ocasionada por un alergeno (sustancia que produce la alergia, en este caso, el polen) y que genera una serie de síntomas como el lagrimeo continuo, la secreción de mucosidad o los estornudos, congestión nasal, picazón en la nariz, techo de la boca, garganta y ojos llorosos.
Prevenir los síntomas de la alergia
Mantener a raya los alérgenos en casa: aspira y limpia con soluciones húmedas las superficies de la casa (suelo, muebles, alfombras, tapicerías, cortinas, peluches, etc.)
Evita tener dentro de casa plantas que produzcan polen, así como animales que pierdan pelo.
Airear la cama donde duerme el niño y lavar las sábanas al menos una vez a la semana a temperaturas elevadas (más de 60ºC)
Limitar las actividades al aire libre los días en los que hay niveles elevados de polen.
Evitar los ambientes con humo o polvo y las corrientes de frío.
Mantener las ventanas cerradas en la casa o en el auto para que no entre el polen.
Si ha estado jugado fuera, lavarse las manos o darse una ducha luego de entrar en casa para eliminar restos de polen.
La alimentación también ayuda. Aumenta el consumo de frutas y verduras, especialmente las ricas en vitamina C (kiwi, naranja, tomate), antihistamínico natural, ácido fólico y quercetina, que ayuda a prevenir la congestión y las reacciones alérgicas al polen (manzana, cebolla y espinaca).
Aliviar los síntomas de la alergia
Entre los fármacos que se suelen utilizar como tratamiento de los síntomas se encuentran los antihistamínicos, el cromoglicato disódico y los corticoides, pero siempre deben ser recetados por el médico.
Aparte de eso, hay algunos remedios que pueden ayudar a aliviar los síntomas de congestión e irritación de ojos en los niños.
Lavar con frecuencia los orificios nasales con suero fisiológico para que la mucosidad fluya.
Lavar los ojos con suero fisiológico para limpiar las partículas de polen. También hay unas toallitas calmantes monodosis (en casa las usamos y van muy bien)
Elevar la cabecera de la cuna o de la cama, ya que la congestión empeora al estar tumbados.
Utilizar un vaporizador de aire frío para humedecer el ambiente y contribuir a que la mucosidad fluya.
Si se trata de un bebé, ofrécele el pecho o el biberón con frecuencia para contribuir a que los mocos circulen.
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