Cuando hace tres meses se hizo público un brote de sarampión en California, un estado donde viven muchas familias reacias a vacunar a sus hijos, se reavivó el debate de las vacunas y de cuán peligrosas pueden llegar a ser. Uno de los problemas que más preocupan a los padres que no vacunan y que fue la causa de que el movimiento antivacunas creciera de manera exponencial fue el caso Wakefield, el estudio falso en el que se vinculó la vacuna triple vírica (sarampión, rubéola y parotiditis) con el trastorno del espectro autista (TEA).
Años después se demostró que todo fue una invención de Wakefield, que después de publicar el estudio anunció que estaba investigando para crear vacunas del sarampión que no produjeran autismo (no era en realidad antivacunas, sino un caradura). La creencia de que las vacunas son las causantes del trastorno sigue en pie, así que hoy os traemos un nuevo estudio hecho con niños sin TEA con hermanos sin TEA, niños sin TEA con hermanos mayores con TEA y niños con TEA con hermanos con TEA, vacunados y sin vacunar de la triple vírica, que da respuesta a la pregunta: ¿Causa autismo la vacuna triple vírica?
Datos del estudio
El estudio del que os hablo es de reciente publicación e interesante porque maneja una muestra increíble de 95.727 niños con hermanos mayores. Del total, 994 fueron diagnosticados de TEA y 1929 tenían un hermano mayor con TEA. De estos 1929, 134 tenían también TEA. Es decir, el grueso de niños no padecía el trastorno, ni tampoco sus hermanos y los grupos con el trastorno se dividieron en niños con TEA con hermanos sin trastorno, niños sin TEA con hermanos que sí lo tenían y niños con TEA con hermanos que también lo tenían.
Todos los niños fueron visitados entre 2001 y 2012 y unos recibieron las 2 dosis de la triple vírica, otros solo una y otros ninguna. Cruzaron los datos de los no vacunados con los que llevaban una o dos dosis y vieron si había diferencias entre ellos a la hora de ser diagnosticados del trastorno del espectro autista. En teoría, si la vacuna tuviera relación, los niños vacunados lo sufrirían en mayor porcentaje, y esto se daría probablemente con más fuerza en los casos de alto riesgo, que son aquellos en que los niños tienen ya un hermano con TEA (el hecho de ponerles la vacuna debería ser un desencadenante).
Resultados del estudio
Sin embargo, lo que se halló en el estudio no fue esto. Las tasas de vacunación en los niños con hermanos mayores no afectados fueron del 84% a los 2 años de edad y del 92% a los 5 años. Cuando el hermano tenía TEA las tasas eran del 73% a los 2 años y del 86% a los 5 años, datos que parecen constatar que algunos padres sí creyeron que la vacuna tenía relación con el trastorno y por eso no vacunaron a los hijos pequeños.
A la hora de evaluar los datos vieron que el hecho de recibir la vacuna triple vírica no se asoció con mayor riesgo de TEA ni a los 2 ni a los 5 años. Tampoco se vio que los niños con hermanos afectados de trastorno del espectro autista padecieran más el trastorno por vacunarse que por no vacunarse.
De esto se concluye que no hay asociación entre la vacuna triple vírica, también conocida como MMR, del sarampión, rubéola y parotiditis y el trastorno del espectro autista, ni en los niños con poco riesgo de ser diagnosticados ni en los niños con algo riesgo por tener un hermano con TEA.
Pero... ¿acaso son efectivas las vacunas?
Como desde el brote publicamos bastantes entradas relacionadas con las vacunas pudimos hablar con algunos padres contrarios a ellas, tanto aquí como en Xataka. Uno de los argumentos que me sorprendió fue que "vale, pues no dan autismo, pero siguen siendo un negocio porque las vacunas no han demostrado ser efectivas", que es uno de tantos argumentos en contra de ellas, pues a cada respuesta tumbando un argumento le acompaña uno nuevo. Algo así como:
- Las vacunas provocan autismo.
- No, no es cierto, está demostrado que no.
- Pues no hacen nada.
- No, no es cierto, son efectivas.
- Pues los niños que son vacunados tienen peor salud.
- No, no es cierto, los estudios que hablan de ello están terriblemente mal hechos.
- Pues...
Pues bien, me voy a quedar en el segundo argumento porque en una de tantas discusiones alguien llegó a decir que, en realidad, la vacuna del sarampión solo protegía a las personas durante 2 años, y que luego quedaban desprotegidas. Obviamente le dije que eso era imposible, pues si así fuera los brotes de sarampión serían continuados y los contagios muy numerosos. Pero como a veces una imagen vale más que mil palabras, a continuación os dejo con un gráfico que muestra muy claramente el impacto que la vacuna tuvo sobre la enfermedad en EE.UU., es decir, cómo el número de casos de sarampión fue disminuyendo a medida que más y más personas y niños se vacunaban:
Son casos por cada 100.000 habitantes y la línea vertical marca el momento en que se empieza a aplicar la vacuna. ¿Hay diferencias entre el lado izquierdo y el derecho del gráfico? Pues ya tenéis dos respuestas a dos grandes preguntas: la vacuna del sarampión es eficaz para controlar la enfermedad y no, no provoca trastorno del espectro autista.
Más información | JAMA
Foto | Thinkstock
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