La mayoría de los niños con piel atópica mejora en verano gracias al sol y a que remiten las bajas temperaturas, se apagan las calefacciones y hay menos procesos febriles.
Sin embargo, en las estaciones cálidas otros factores pueden influir para desencadenar nuevos brotes de dermatitis en niños con pieles atópicas. Debemos saber cómo cuidar la piel atópica en verano para evitar que la dermatitis y el eczema empeoren.
Aunque el verano se presta a olvidar el reloj y a descansar de los rígidos horarios de invierno, debemos mantener ciertas rutinas de higiene para que la piel de nuestros niños no sufra durante las vacaciones.
¿Qué es la dermatitis atópica?
La dermatitis atópica es una enfermedad de la piel que se manifiesta con sequedad, lesiones enrojecidas y descamadas, que pican bastante (aunque cuando son bebés les pueden picar menos) y que solemos llamar eccemas. Es la enfermedad de la piel más común en los niños: casi 1 de cada 5 niños la padece.
Es una enfermedad que suele debutar en la etapa de lactante, alrededor de los 4-6 meses de edad, aunque también puede darse más adelante cuando el niño es más mayor o incluso en la edad adulta.
El verano y sus inconvenientes
Como decíamos, algunos niños sufren más dermatitis en verano que en invierno. Varias pueden ser las causas de la aparición de eczema en la temporada estival.
- Por un lado, el aire acondicionado reseca la piel y contribuye a generar cambios bruscos de temperatura que nunca son beneficiosos para la piel atópica.
- Además, la sudoración excesiva puede contribuir también a la aparición de nuevos brotes de dermatitis.
- Otro irritante importante puede ser el cloro de las piscinas.
- Aunque el agua de mar suele ser en general beneficiosa, hay algunos niños atópicos que pueden empeorar por el contacto con el agua salada.
- Si la dureza del agua de nuestro lugar de veraneo es superior a la de nuestro hogar habitual también puede tener una repercusión negativa sobre el estado de la piel de los niños atópicos.
Antes de ir a la piscina
Para proteger la piel de nuestros hijos de los agentes irritantes como el cloro de la piscina podemos aplicar cremas de barrera entre media hora y quince minutos antes del baño.
No es necesario aplicar la crema de barrera en todo el cuerpo sino sólo en las zonas donde el niño tenga o suela tener eczemas.
Duchas reparadoras
Puede ser conveniente aumentar el número diario de baños, o preferiblemente duchas, a dos para eliminar los restos de cloro, sal o sudor que pueden irritar la piel de nuestros pequeños.
Las duchas deben ser cortas, con agua tibia y no es necesario aplicar siempre gel o champú, basta con enjuagar el cuerpo del niño con agua o utilizar productos específicos para niños atópicos.
Al secarlos no debemos frotar sino empapar la toalla para no eliminar la capa de grasa natural que protege la piel de nuestros hijos.
Hidratar, hidratar y más hidratar
Toda hidratación es poca para un niño con eczema. Después de cada ducha conviene aplicar crema en abundancia por todo el cuerpo y luego dejar al niño desnudo o en ropa interior para que no suden y la crema se absorba bien.
En cuanto a la crema ideal, no hay una respuesta única. Cada niño tiene una crema a la que responde mejor y puede que ésta varíe a medida que se vaya haciendo resistente.
Dar con la crema que mejor le va a tu hijo es una cuestión de prueba y error. Consulta a tu farmacéutico para que te vaya aconsejando.
Sólo algodón 100%
En verano más que nunca es fundamental vestir a nuestros hijos con ropa cómoda de algodón que no irrite su delicada piel. La ropa de cama y las toallas también deben ser de algodón. Además conviene mantener la habitación y las sábanas frescas y aireadas.
Por último, no debemos olvidarnos de retirar cualquier tipo de joyería como pendientes o cadenitas en cuyas zonas de contacto suelen aparecer eczemas con más frecuencia.
Ahora que sabemos cómo cuidar las pieles atópicas en verano esperemos que estas vacaciones podamos librarnos de la dermatitis y el eczema que tanto molestan a los niños y tan impotentes nos hacen sentir a los padres.