La confinación en casa es dura para todos, pero incluso más para los niños con algún tipo de discapacidad que no son capaces de entender por qué no pueden salir a la calle.
Es el caso de los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) que pueden llegar a sufrir alguna crisis durante el encierro. De hecho, el Gobierno incluye que las familias puedan sacarles a pasear de forma legal durante el encierro: solo tienen que llevar su certificado de discapacidad y una fotocopia de la instrucción del Ministerio de Sanidad que concreta las excepciones a la prohibición de salir “personas con diagnóstico de espectro autista y conductas disruptivas”.
Pero esta situación también influye en la calidad de vida de los niños con discapacidad intelectual, que han visto alteradas sus rutinas sin entender el porqué. De ahí que sean necesarias iniciativas como las de la Fundación Juan XXIII Roncalli, que ha puesto a disposición de las familias un servicio telemático gratuito para orientarles durante la cuarentena.
Salir solo en casos de extrema necesidad
Autismo España celebra que se permita a las personas con TEA pasear con un acompañante si lo necesitan y tomando precauciones. Eso sí, solo cuando se necesita de manera excepcional un respiro.
"Es fundamental QUEDARSE EN CASA. Igualmente recordamos que es esencial extremar las precauciones para prevenir el contagio si, en caso de urgencia o extrema necesidad (por indicación terapéutica y de tratamiento de su discapacidad o condición de salud), las personas con TEA y sus familias tienen que salir a la calle".
Y, aunque la instrucción no establece qué tipo de documentación es suficiente para acreditar la necesidad, desde Autismo España recomiendan llevar:
Certificado oficial de reconocimiento de Discapacidad.
Prescripción de un/a profesional sanitario o social.
Copia de la Instrucción de 19 de marzo de 2020, del Ministerio de Sanidad, por la que se establecen criterios interpretativos para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19.
Informes médicos, psicológicos o sociales complementarios en los que se describan las necesidades individuales y/o la existencia de dificultades conductuales.
Asistencia terapéutica gratuita
Explican desde la Fundación Juan XXIII Roncalli que "muchas familias que cuentan con algún hijo con discapacidad intelectual entre sus miembros se están enfrentando a situaciones complicadas".
Añade que para estos niños su realidad puede verse dificultada en función del grado de discapacidad:
"El simple hecho de que todas sus rutinas se hayan visto alteradas y no puedan asistir de forma normalizada a los centros de día o centros ocupacionales donde suelen ser atendidos, dificulta aún más la situación de las familias".
Para ayudar a estas familias los profesionales de la Fundación ha puesto a su disposición un servicio telemático para que, de forma confidencial y gratuita, pueden comunicarse con un equipo multidisciplinar de atención personalizada que les oriente y les pueda ayudar a sobrellevar mejor la situación en su hogar en estos momentos.
Explica la psicoterapeuta Mar Muñoz, una de las directoras, que la familia será derivada a otro especialista del equipo multidisciplinar si es necesario, para ofrecerles una atención especializada y personalizada.
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Además, presentan una guía de consejos, claves para gestionar la situación:
1. Establecimiento de rutinas Es importante, principalmente para evitar la desorientación y mantener el orden, establecer horarios a la hora de levantarse, comer, dar paseos u otras actividades básicas, como el mantenimiento de la higiene y cuidados personales.
2. Realización de actividades pedagógicas y formativas Dentro de lo que permitan las capacidades de cada persona, es muy positivo que se establezcan tareas que incluyan lectura, escritura, actividades de dibujo y otro tipo de ejercicios que les permitan mantener su mente activa y, en el caso de los menores, repasar las lecciones de sus estudios.
3.- Ejecución de las tareas del hogar Con tanto tiempo en casa, es importante en de la medida de lo posible que se colabore en la realización de tareas básicas de casa, como hacer la cama o barrer, que no solo nos mantienen ocupados, sino que facilitan nuestra autonomía.
4.- Realización de actividades recreativas Es imprescindible para el bienestar individual y colectivo que se realicen actividades y juegos que ayuden a desconectar de la situación y disfrutar de momentos de diversión en familia. Estas actividades de nuevo deberán adaptarse a las capacidades de cada uno: siempre se puede escuchar música, disfrazarse, jugar a juegos de mesa, etc.
5.- Tiempos de descanso y momentos compartidos Es ocasión para fomentar las relaciones entre los miembros de la familia y tomarse ciertos momentos de descanso y desconexión. En ellos, es importante que se intente no abusar de la tecnología y se compartan momentos de reflexión familiar.
Aunque se puede ver alguna película, dibujos o series, es muy positivo por ejemplo realizar charlas para poner en común ideas, sentimientos y emociones que están siendo experimentadas. Además, también es recomendable ponerse en contacto mediante videollamada con personas queridas que no estén en la misma casa.
6.- Realización de actividades físicas En último lugar, para mantener la movilidad y cuidar la salud física y mental, es muy beneficioso realizar rutinas de ejercicios o baile, que además nos harán descansar mejor.
Fotos | iStock
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