A mí me ha pasado como a nuestra compañera Dolores: el blog me ha animado a agrandar la familia. Al igual que Lola estoy embarazada de 11 semanas de mi segundo hijo.
A decir verdad cada embarazo se vive de manera diferente, he aguantado la nauseas de manera heroica tomando infusiones de jengibre y masticando granitos de arroz crudos (consejo de mi madre), los malestares se están empezando a ir con el primer trimestre.
Y hay algo particularmente que me ha sorprendido bastante: las dimensiones de mi nueva barriga, menos mal que ya vimos al bebé en la eco porque estábamos pensando que como mínimo venían dos. Mi abdomen a crecido a la velocidad de la luz, ya con ocho semanas no podía usar la ropa normal, pero tampoco ropa premamá con lo cual los chándales han sido unos grandes auxiliares. Dice mi matrona ante este fenómeno de crecimiento "exagerado" que en el segundo embarazo el útero está más dilatado. Mi hijo al igual que toda la familia ha recibido la noticia con agrado. Le gusta hacerme caricias en la panza y hablarle a través del micrófono (mi ombligo). Lo hemos involucrado bastante por eso de los celos fraternales. Él y su hermano o hermana se llevarán casi cinco años de diferencia.
La próxima semana me harán la segunda ecografía, ya estamos con unas ganas de verle… y saber que será. Como todos los padres que ya tienen un hijo, deseamos una niña para hacer la parejita; si es varón también será bienvenido pero tendré que sacarle de la cabeza a mi marido la idea de llamarle “Ulises”.