Además de factores genéticos y medioambientales, al parecer el papel de la madre es fundamental para que un niño sea más o menos tímido.
Según un estudio de la Universidad de Maryland (Estados Unidos), la timidez del niño puede ser modificada y de ello depende mucho el rol que juega la madre en su educación.
Antes de que los papás se molesten, en palabras de los científicos, la madre es más que el padre el modelo de socialización del niño durante los primeros años de vida.
Si el niño es de esos que se esconden debajo de las faldas de mamá, se tapan la cara y huyen de los extraños, las madres podemos revertir esa situación de timidez ayudándole a ser más sociable.
Aunque apuntan que un niño retraído con una personalidad introvertida tampoco debe ser forzado a comportarse de una forma que no es, sí podemos incentivarlo a que juegue con otros niños, haga nuevos amigos y a vencer las inhibiciones.
Los bebés demuestran desde la cuna si son tímidos o no. Si cuando se acerca un extraño sonríe, y responde bien a las nuevas situaciones, será seguramente un niño más extrovertido.
Dicen que los hijos de padres sobreprotectores tienden a ser más retraídos pues no saben desenvolverse si no es con la ayuda de mamá o de papá.
Desde luego, es notable la influencia que tenemos los padres en la formación de la personalidad de nuestros hijos. Y ello supone una gran responsabilidad que debemos asumir para educar niños sociables y sin traumas.
Vía | Diario Perfil Más información | losninosensucasa.org En Bebés y más | Qué sientes, una colección de libros para conocer los sentimientos