Tras haber visto las primeras paradas interesantes, seguimos con la segunda parte de nuestra Guía de viaje a Edimburgo con niños. Si algo tiene la ciudad escocesa es que no necesita más que sus propias calles, sus barrios y sus colinas para convertirse en una ciudad encantadora, digna de recorrer y saborear viviendo su ambiente, contemplando su fisionomía desde distintos ángulos.
Los jardines de Princess Street
Un paseo estupendo en familia es el que realizamos en este punto de nuestra guía de viaje a Edmburgo con niños. Recorremos dos lugares al aire libre, para el esparcimiento: los jardines de Princess Street.
Con Princes Street nos cruzaremos múltiples ocasiones en nuestros paseos por la ciudad, ya que se encuentran en pleno centro, a los pies del castillo, junto al Monumento a Walter Scott, a ambos lado de la National Gallery.
Construidos en el lecho de una antigua laguna, este parque es un espacio ideal de esparcimiento para los niños, donde los habitantes de Edimburgo también acuden con el buen tiempo a disfrutar del entorno. Aquí podemos descansar en un banco o en el césped, pasear entre esculturas y árboles, observar su famoso reloj floral (en nuestra visita lo habían quitado, pero esperamos que vuelva a lucir en breve), tomar algún refrigerio, un helado… Con suerte, contemplaremos alguna actuación o concierto al aire libre.
Para relajarse o para "correr un rato", que siempre viene bien en los viajes con niños, estos jardines son una estupenda opción cuando salgamos de visitar la Galería Nacional. El siguiente paso, puede ser continuar por Princess Street hasta llegar a otro espacio al aire libre desde el que ver la ciudad con una nueva perspectiva.
Viaje a Edimburgo con niños: Calton Hill
Si seguimos nuestro paseo por la Princes Street hacia el este, al final de la misma llegamos a los pies de la colina a la que subiremos para contemplar Edimburgo a nuestros pies, Calton Hill. Un lugar en el que se dan cita distintos monumentos que conforman un conjunto ecléctico pero interesante. Calton Hill, que nos traslada a la Atenas clásica (o algo parecido).
Un espacio en el que los peques pueden correr, descansar en la hierba, subirse a un gran monumento que imita el Partenón de Atenas (el Monumento Nacional de Escocia), a un cañón que apunta a la ciudad o a lo alto de la torre que es el Monumento a Nelson. En este montículo también se encuentra el Observatorio y el monumento al filósofo escocés Dugald Stewart.
En primavera con la flores salpicando la hierba, es un lugar muy fotogénico en sí y no solo hacia la ciudad. La colina es un mirador excepcional, desde aquí vemos Edimburgo y hasta el mar y es un espacio estupendo para hacer una parada, hacer picnic o iniciar otro paseo alejándonos de la ciudad hasta otra de sus colinas.
Como veis, hoy en nuestro viaje a Edimburgo con niños nos hemos decantado por lugares al aire libre, gratis por supuesto, en los que los peques pueden moverse libremente, sin peligros de tráfico. Los jardines y la colina son opciones estupendas para combinar con visitas a museos o a otros espacios más “serios” y seguir conociendo la ciudad.
Edimburgo con niños: reyes y princesas en el Castillo
El Castillo de Edimburgo es el edificio más emblemático de la ciudad, un espacio histórico que atrae a niños y mayores por su grandeza, que domina la ciudad desde lo alto de una colina, y por su leyenda. Vamos a vivir historias de caballeros y princesas, de batallas y coronaciones.
Tan solo acercarse a sus puertas, siempre concurridas, merece la pena. Al final de la Royal Mile se alza este edificio sobre Castle Hill, un extenso recinto cuya visita nos llevará varias horas y que se ha convertido en la atracción de pago más visitada de Escocia. Veamos por qué.
Aquí se encuentran las joyas de la Corona escocesa ("Honores de Escocia", "Honours of Scotland"), compuestas por la Corona, la Espada del Estado y el Cetro, en una cámara acorazada junto a la legendaria Piedra del Destino, donde se ha coronado a todos los reyes escoceses.
Tal vez lo que causa más expectación es el disparo del cañón de la Segunda Guerra Mundial, el One O’Clock Gun, que, efectivamente, tiene lugar a las 13 horas cada día. En sus inicios, este disparo indicaba la hora a los marineros y a la gente del pueblo, con el fin de que pudieran sincronizar sus relojes.
Otras paradas interesantes en el castillo de Edimburgo son: la capilla románica de Santa Margarita (el edificio más antiguo de Edimburgo, del siglo XII), la recreación de la prisión en los sótanos del castillo, el cementerio de perros, el Museo de la Guerra (National War Museum of Scotland), las habitaciones del Palacio real, el enorme cañón medieval Mons Meg cannon....
Pero si dejamos el interior de la fortaleza y nos asomamos a sus murallas, descubriremos una inmejorables vistas de la ciudad. La Old Town y la New Town a nuestros pies, con muchos de los lugares que ya conocemos, Princes Street, Calton Hill... y divisando incluso el puerto y el mar.
Por cierto, que no podemos dejar de contarles a los niños la leyenda del único habitante permanente del castillo: el gaitero solitario o "Lone Piper". Se dice que en ocasiones es posible escuchar el fantasmagórico sonido de su gaita en los rincones más recónditos del castillo... Esta es solo una de las múltiples curiosidades y misterios que envuelven al castillo.
Al ser una de las visitas obligadas, se recomienda no hacerla en temporada alta o fines de semana, cuando podremos encontrar demasiada concurrencia. Mejor escoger primeras horas (abren a las 9'30) para nuestra visita con el fin de no coincidir con los momentos de mayor afluencia de público (atención, cierran a las 18 horas y a las 17 horas en invierno y la última admisión es una hora antes).
La visita al Castillo de Edimburgo con niños cuesta 16'50 libras para los adultos y 9'90 libras para los niños de cinco a 15 años. Realmente disfrutarán de esta visita si vamos con tiempo y mejor si conocen algo de la historia de la fortaleza y nosotros le vamos contando curiosidades y leyendas... Existe la opción de audioguías en español para niños por 1'50 libras.
Un Mundo de ilusión en la Cámara Oscura
A un paso del castillo nos trasladamos a la "Camera Obscura", una de las atracciones más visitadas de la ciudad. En la puerta de la Cámara Oscura unos espejos de feria llaman nuestra atención. Allí nos vemos reflejados, deformados, tomando siluetas insólitas. Pero en el interior de la Cámara Oscura nos esperan muchas sorpresas e ilusiones ópticas...
Entre ellas, la que le da nombre al lugar: poder ver el espejismo de la ciudad de Edimburgo en movimiento, en una habitación a oscuras, gracias a un simple conjunto de espejos, lentes y la luz del día (¡a cruzar los dedos para que no salga un día lluvioso!).
El espectáculo de la cámara oscura es una forma fascinante de ver la ciudad y aprender sobre su historia. Desde el interior de esta misteriosa cámara de la azotea victoriana, ves imágenes en movimiento en vivo, proyectadas sobre una superficie cóncava a través de un periscopio gigante.
Este ingenio se encontraba hace años en Calton Hill, aunque se trasladó a fines del siglo XIX junto al Castillo de Edimburgo, a la "Outlook Tower", donde hoy permanece.
Pero aquí no se acaba el mundo de ilusión. Los pequeños además podrán ver sus esqueletos en movimiento, hacerse más grandes que papá y mamá en un increíble juego de perspectivas, convertirse en monos, tarántulas o bebés gracias a la tecnología, estrechar la mano a un fantasma, tocar una esfera de plasma, ver cuadros que cambian con nuestro movimiento, recorrer un túnel multicolor, o podrán ser el banquete que se sirve en bandeja.
A lo largo de las cinco plantas del edificio se sucede la magia, los hologramas, imágenes en 3D, espejos maravillosos, arte contemporáneo que ha hecho uso de las ilusiones ópticas... Además la terraza ofrece una panorámica estupenda del centro de la ciudad. En el vídeo que tenemos a continuación podréis ver una muestra de lo que encontramos en esta visita.
El edificio con la torre que alberga la Camera Obscura se encuentra en Castle Hill, al final de The Royal Mille, a pocos metros de la entrada al Castillo.
Si vais a viajar a Edimburgo con niños, la Cámara Oscura es una parada muy recomendable. Eso sí, no se trata de una visita gratuita. La entrada a la Cámara Oscura de Edimburgo cuesta 13.95 libras para los adultos y 9.95 para los niños. ¡Esperamos que toda la familia disfrute de este mundo de ilusión!
Las Galerías Nacionales de Escocia, con mucho arte
Terminamos nuestra guía de viaje a Edimburgo con niños con una visita con mucho arte: el que encontramos a raudales en las Galerías Nacionales de Escocia, que comprenden varios museos de entrada gratuita.
Nosotros visitamos dos de sus museos, la Galería Nacional que está en el centro de la ciudad y la Galería Nacional de Arte Moderno, más alejado pero al que podemos acceder gracias al transporte gratuito que conecta ambos museos (para ser exactos, el conductor pide amablemente una libra de donación).
- La Galería Nacional de Escocia (National Gallery of Scotland) se sitúa en la colina conocida como The Mound, junto a Princes Street, en dos edificios de estilo neoclásico diseñados por el arquitecto William Henry Playfair: la galería Nacional y el Royal Scottish Academy Building. El museo, inaugurado en 1859, exhibe obras de arte de la pintura occidental desde el Renacimiento hasta el Postimpresionismo. Está dividido en tres plantas en las que se muestran valiosas obras de arte, sobre todo pintura y también escultura, que podemos contemplar frente a las paredes de llamativos colores.
Algunos de los artistas destacados son Tiziano, El Greco, Velázquez, Rembrandt, Rubens, Van Gogh, Monet, Cezanne, Gauguin, Boticcelli, Rafael... La mayoría los encontramos en la planta baja y la planta superior de la zona sur. En la planta superior (zona norte) se exponen las colecciones de pintores italianos y de los Países Bajos anteriores a 1530. En el sótano se halla la colección de arte escocés, además de algunas exposiciones temporales.
El Museo ofrece planos para situarse en nuestros recorridos (a cambio de un donativo) pero en su web podemos ver dichos planos, así como las exposiciones temporales o las actividades para familias y niños que programan habitualmente. La Galería Nacional cuenta con tienda, restaurante y un recorrido con muchos asientos para descansar y aseos, que nunca vienen mal sobre todo si vamos con niños.
- Scotish National Gallery of Modern Art. Si os gusta el arte moderno, tampoco podéis dejar pasar la oportunidad de acercaros a este museo que es también de entrada gratuita, la Galería Nacional Escocesa de Arte Moderno. Esta alberga la colección nacional de arte moderno y contemporáneo. Se compone de dos edificios, la Galería Dean y la Galería de Arte Moderno. Nostros la visitamos un día diferente a la de la Galería Nacional, ya que nos parecía "demasiado arte" para la misma jornada con niñas pequeñas. Si tenéis tiempo en la ciudad, os recomiendo esta visita.
El Museo no se encuentra en el centro de la ciudad, pero junto a la Galería Nacional hay un mini bus que recoge a las horas en punto (preguntad en la entrada y os informarán amablemente) a los visitantes que quieran acercarse a la Galería de Arte Moderno (75 Belford Road) a cambio de una libra de donación. En diez-quince minutos, estamos allí y lo mismo a la vuelta que nos lleva de regreso al centro.
El imponente edificio renacentista de la Galería de Arte Moderno contiene obras que datan desde el año 1900 hasta la actualidad, además de algunas exposiciones especiales. Desde Andy Warhol a Miró, el arte se sucede. Frente al edificio principal destacan los preciosos jardines, salpicados de esculturas, con una laguna y una colina artificial que los niños no se resisten a explorar. La primera planta alberga las exposiciones especiales y temporales, donde tuvimos la suerte de contemplar la obra de Roy Lichtenstein, con icónicas obras del arte moderno (se podrá ver hasta enero de 2016).
En el segundo piso es donde se pueden ver algunas obras de arte ruso y francés de principios del siglo XX, arte británico moderno y expresionista, arte moderno escocés, obras cubistas, futuristas... Predomina el arte pictórico pero también encontramos esculturas o montajes audiovisuales que "hipnotizan" a los niños.
La Galería Dean (Dean Gallery), más reducida, expone su colección de arte surrealista y dadaísta, donde destacan algunas obras de maestros como Dalí, Miró, Magritte, Breton, Picasso... Yo que soy una apasionada de este arte podéis imaginar lo que disfruté. También vemos el estudio del escultor Sir Eduardo Paolozzi, obras que juegan con ilusiones ópticas y hasta un impresionante "robot" que domina la cafetería. Este edificio se encuentra cruzando una calle.
La visita a los museos de arte moderno también es accesible, encontramos tienda y restaurante y los jardines ofrecen un espacio de recreo para que los niños disfruten también al aire libre (estacionad las visitas a los distintos edificios) y hagamos una buena sesión de fotos.
Sin duda la visita a las Galerías Nacionales de Escocia con niños es muy recomendable. Diría que visita obligada la Galería Nacional de Arte Clásico, junto a los jardines de Princes Street, muy céntrica y aprovechando que es gratuita. Una fabulosa oportunidad de acercar a los niños al arte clásico, con nombres importantes de la pintura universal que más adelante verán en los libros.
Terminamos aquí nuestra Guía de viaje a Edimburgo con niños, con algunas paradas imprescindibles que os hemos contado. Pero existen muchos rincones inolvidables, paseos curiosos, gastronomía para descubrir... Realmente os recomiendo do viajar a la ciudad en familia, estoy segura de que disfrutaréis de este destino maravilloso.
Fotos | Eva Paris y Connie Ma en Flickr-CC (castillo), Nigel Wade en Flickr-CC (Camera Oscura)
En Diario del viajero | Diez cosas gratis que hacer en Edimburgo
En Bebés y más | Guía de viaje a Edimburgo con niños