Esta nueva propuesta de una rueda hidraúlica dentro de nuestras manualidades divertidas es además un experimento científico que sirve para aprender, de manera lúdica, sobre la energía y su uso. Los niños a partir de cuatro años pueden disfrutar mucho tanto haciéndola como luego descubriendo sus propiedades.
Es necesario un carrete de hilo acabado, una pajita de beber o un lápiz, unos trocitos de cartón, pintura acrílica, pegamento y tijeras. Y por supuesto, un grifo con agua para hacerla girar. La fuerza del agua hará que se muevan las paletas de nuestra pequeña noria, reproduciéndo el funcionamiento de una de las máquinas más simples pero que más uso han tenido a lo largo de los siglos.
Los niños más curiosos seguramente preguntarán sobre el funcionamiento de esta sencilla máquina y podéis, entonces, explicarle usos que ha tenido esta idea, como mover molinos para triturar el grano. Por tanto, a experiencia además de ser un ejercicio de manualidades os permitirá, siempre adaptando las explicaciones a la curiosidad y la capacidad del niño, aprender de manera lúdica y vivencial sobre ciencias.
En el carrete pegaremos los trocitos de cartón formando aspas. Luego lo pintaremos con acrílico y lo dejaremos secar, para que la pintura luego proteja el cartón del agua. Cuando esté terminado meteremos una pajita o un lápiz en el agujero del carrete y poniéndola bajo el chorro del grifo, veremos como la fuerza del agua al caer, la hace moverse rápidamente.
Espero que os divierta esta rueda hidraúlica hecha como manualidad y que vuestros hijos disfruten participando en todo el proceso.
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