Hace unos días explicamos qué es la alimentación complementaria y hoy hablaremos de cuándo empezar a ofrecer nuevos alimentos a los bebés.
La OMS y UNICEF explican en sus recomendaciones que hasta los seis meses el alimento principal y único de los bebés debería ser la leche. A partir de entonces los niños empiezan a necesitar más nutrientes y la leche sola puede no cubrir esos requerimientos (los bebés suelen empezar a necesitar hierro – a menudo por la falta de reservas provocada por un corte de cordón demasiado temprano – y zinc). Es por ello que suelen precisar de alimentos que complementen a la leche.
A esto hay que sumar que los bebés, poco a poco, tienen que ir aprendiendo a comer. La leche no es el alimento principal de los humanos, para los que se recomienda una dieta variada, por lo que los bebés deben ir comiendo cositas para acercarse al modo en que comemos sus papás y el resto de la sociedad.
Dicho de otro modo, el interés que se tiene en que coman tal o cual alimento se centra en que vayan tomando nuevos nutrientes, pero sobretodo en que vayan asimilando nuevas texturas, olores y sabores y empiecen a alimentarse por sí mismos (con sus manitas o con los cubiertos).
Habréis notado que cuando hablo de necesidades me centro en las nutricionales y no en las calóricas. No es que no haya un aumento de necesidad de calorías, es evidente que a medida que un bebé crece necesita cada vez más energía, sin embargo se ha observado que a nivel energético un niño puede recibir toda la energía que necesita de la leche materna incluso hasta los dos años o más (y de la leche artificial también, claro, aumentando la cantidad).
Dicho de otro modo, un niño podría vivir y crecer perfectamente tomando sólo leche del pecho y tomando algún suplemento farmacéutico concreto, aunque sería complicado porque la misma curiosidad de los niños hacia los alimentos hace muy difícil que esta situación se de.
De hecho, aunque parezca extraño (e ilógico) una caloría de leche materna no se suplanta con una caloría de otro alimento. Por la razón que sea (quizás una mejor absorción de los nutrientes o una mejor metabolización de los mismos) 1 caloría de alimento equivale a 0,5-0,8 calorías de leche materna.
Con esto quiero decir que el motivo de ofrecer una nueva alimentación no es “porque ahora necesita más energía o más calorías”, sino, como he comentado, aportar nuevos nutrientes y ofrecer la posibilidad de aprender a comer nuevos alimentos.
¿Cuándo empezar?
Ya hemos comentado que la OMS habla de los seis meses como el momento idóneo para empezar a complementar a la leche. La AAP (Academia Americana de Pediatría), en sus recomendaciones de 1981, aún vigentes, no especifica un momento concreto sino que asocia el inicio de la alimentación a un factor madurativo.
Personalmente estas recomendaciones me gustan más, ya que se adaptan más a las posibles y lógicas diferencias en cuanto a desarrollo que tienen los bebés.
Para ellos un bebé está listo para empezar a tomar otros alimentos cuando:
- Es capaz de sentarse sin ayuda. Vamos, que no se cae hacia los lados estando sentado. Este momento, madurativamente hablando suele ser entre los 6 y los 8 meses.
- Pierde el reflejo de extrusión, que hace que los niños expulsen la cuchara con la lengua. Este reflejo les impide tragar cosas que pudieran llegar a su boca ya que no permiten que entre nada que ellos no tengan previsto. Por eso, si se les ofrece alimento demasiado pronto, es muy posible que eche la cuchara, la papilla y todo lo que se le intente dar de comer. Este reflejo se suele perder hacia los 4-5 meses (cuando un bebé saca la lengua al entrar la primera cucharada, no es que no quiera comer, es que gracias a este reflejo está salvando la vida de un posible atragantamiento).
- Muestra interés por la comida de los adultos. Se refiere al momento en que, estando con sus padres, el bebé intenta coger la comida de los demás.
- Sabe mostrar hambre y saciedad con sus gestos. Al ver la comida el niño abre la boca y mueve la cabeza hacia la cuchara. Una vez saciado, la cierra y gira la cabeza a un lado para decir a sus padres “ya está, he acabado”.
La mayoría de estos ítems se dan alrededor de los 6-7 meses. Algunos niños más tarde, otros más temprano. Esto significa que “no todas las manzanas se caen al mismo tiempo”, es decir, que unos niños estarán preparados antes y otros lo estarán después.
Sin embargo, en 1997, en una declaración de la AAP sobre lactancia materna recomienda lactancia materna exclusiva hasta los seis meses y añadir la alimentación complementaria a partir de ese momento, continuando con la lactancia, como mínimo hasta el año de vida.
Dentro de unos días seguimos con la segunda parte de esta entrada, respondiendo a posibles preguntas que puedan surgir a raíz de lo explicado.
Fotos | Flickr, Flickr (benklocek)
En Bebés y más | Alimentación complementaria: ¿Qué es?, Por qué se aconseja lactancia materna exclusiva hasta los seis meses (I) y (II)