Ayer os contábamos cuándo es el mejor momento para introducir el marisco en la dieta de los niños, y las recomendaciones de los expertos para hacerlo en caso de antecedentes familiares de enfermedad alérgica.
Si tu hijo ya ha comenzado a comer marisco, lo tolera sin problema y además le gusta, te damos algunas ideas y consejos para preparar y cocinar los mariscos, y poder disfrutar de una rica comida familiar. ¡Buen provecho!
¿Cómo escoger los mejores productos?
Debemos escoger el marisco en un sitio de confianza, y optar preferentemente por los mariscos locales (siempre que exista esa posibilidad), pues serán los más frescos y económicos. En cualquier caso, hay determinadas especies como las gambas y langostinos, que se crían con técnicas de acuicultura, que tienen precios muy asequibles durante todo el año.
Dentro de nuestra gastronomía, los mariscos más comunes son:
Crustáceos: son aquellos cuyo cuerpo está cubierto de un caparazón, y a veces también están provistos de pinzas. Son, por ejemplo, las langostas, los camarones, los cagrejos, los langostinos, las gambas, los percebes...
Cefalópodos: son moluscos generalmente sin caparazón, y con una cabeza voluminosa, como el pulpo, el calamar, la sepia...
Moluscos bivalvos: son moluscos con un caparazón que presentan dos valvas laterales, que se abren y se cierran. Por ejemplo, las almejas, los berberechos, las chirlas, los mejillones...
Desde la OCU nos dan algunos consejos a tener en cuenta para escoger marisco de calidad, tanto si optamos por comprarlo fresco como congelado.
Cuatro consejos a considerar a la hora de ofrecer marisco a los niños
- 1) Si vamos a ofrecer crustáceos debemos tener en cuenta que los niños difícilmente van a saber manejarse para extraer la carne, por lo que debemos ayudarles en la tarea teniendo en cuenta, además, el tema del cadmio del que ya os hemos hablado.
El cadmio es una sustancia tóxica que se encuentra en las vísceras de algunos crustáceos, localizada en ocasiones bajo el caparazón del cuerpo (cangrejos, centollos..) y en otras en sus cabezas (langostinos, gambas, cigalas...). Por tanto, según las recomendaciones de los expertos, es preferible evitar el consumo de estas partes del cuerpo de los crustáceos y ofrecerles siempre la carne más blanca.
2) En cuanto a los moluscos bivalvos es posible que también necesiten de la ayuda de un adulto para extraerlo de la concha. Además, debemos asegurarnos de que no contienen arena y tratar de escoger siempre los de menor tamaño.
3) Si lo que van a tomar son cefalópodos hemos de ser cautos a la hora de ofrecérselo, pues algunas especies contienen carne muy fibrosa. Por eso es recomendable comprobar previamente que sea tierna, ofrecérselo a niños más mayores, y siempre muy troceado.
4) Si es la primera vez que nuestro hijo va a consumir marisco, es preferible no ofrecerle un plato que contenga varias especies a la vez (por ejemplo, la paella), pues en caso de reacción alérgica no podríamos identificar el causante.
Recordemos que el marisco es uno de los alimentos más alérgicos que existe, y aunque no es el que más alergias produce en la infancia, debemos estar muy atentos cuando lo tomen, especialmente si hay antencedentes de enfermedad alérgica en la familia.
De ahí la importancia de consultar siempre con el pediatra antes de introducirlo en la dieta de nuestros peques, y de esperar entre tres y cinco días antes de ofrecerle otro alimento nuevo, u otra especie distinta de marisco. De esta forma, nos será más sencillo detectar cualquier signo de alergia o intolerancia que se pueda presentar.
Formas de cocinar el marisco
El verano es una época del año en la que el consumo de marisco suele ser más habitual. Platos al vapor, a la plancha, guisos, ensaladas y frituras, son las formas que tenemos de preparar estos deliciosos productos; aunque la fritura, por su alto contenido en grasa, es mejor limitarla.
Además, los mariscos crudos y poco cocinados (los marinados, en aceite, salazón...), dificultan la digestión y pueden contener bacterias que aunque en ocasiones son tolerados por los adultos sanos, pueden provocar graves enfermedades en los niños.
Respecto a los mariscos en conserva (la clásica lata de mejillones o berberechos en escabeche, pulpo en aceite...) tampoco son muy adecuados para los más pequeños, debido al añadido de productos que se utilizan para su procesado, entre los que se encuentra un exceso de sal o aceites de mala calidad.
Nuestros compañeros de Directo al Paladar nos ofrecen algunos platos irresistibles con el marisco como protagonista, que podemos preparar para que nuestros niños se chupen los dedos. Os dejamos algunas sugerencias, para que elijáis la que mejor se adapta a las edades y gustos de vuestros hijos:
Fotos | iStock
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