El estreñimiento en bebés y niños pequeños no es una razón para preocuparse, sobre todo si no se trata de un verdadero estreñimiento.
Los lactantes estreñidos
Es casi tan normal que un bebé de pecho no haga caquita más que una vez por semana como que la haga varias veces al día. Con los niños que no toman leche materna a demanda hay que estar más atentos, pues no son ellos los que regulan directamente la densidad y la cantidad o frecuencia de la alimentación. De todos modos, si las heces no son duras y no hay dolor no habría que preocuparse en principio aunque no lo haga todos los días.
Una vez el niño comienza la alimentación complementaria o a usar el orinal o el baño podemos encontrarnos con cambios en su frecuencia en ir hacer caca. Hay muchas razones por las que puede suceder esto y desembocar en un estreñimiento: poco apetito, dieta con poca fibra o poco líquido, cambios en la rutina o un equivocada presentación de la nueva etapa.
La introducción de la alimentación sólida
Si el cambio en las heces se produce cuando hemos introducido la alimentación complementaria no hay que alarmarse. El cuerpo del bebé necesita tiempo para adaptarse a este gran cambio en su dieta. Por eso es importante no introducir alimentos sólidos antes de tiempo y hacerlo de manera muy pausada.
La base de la alimentación de un bebé hasta el año sigue siendo la leche y hasta los dos años esta sigue siendo muy importante en su dieta. Nada es tan completo y alimenticio, ni tiene tanta energía y proteínas de calidad, digan lo que digan las campañas publicitarias de potitos y papillas y demás productos para niños pequeños. Lo mejor que podemos darle es la leche de su madre sin restricción alguna y complementar su nutrición con alimentos naturales siguiendo las pautas de introducción convenientes.
Insisto en el tema de las cantidades, que siempre suele preocupar mucho a los padres. En realidad, como decía, la leche es la base de la correcta alimentación de los bebés y confiar en su autoregulación nos da la pista de las cantidades que deben tomar. El especial sobre Alimentación complementaria de Bebés y más creo que os puede ser de enorme utilidad si tenéis dudas sobre esta cuestión.
Mientras el sistema digestivo del pequeño se acostumbra a estos cambios y a los nuevos alimentos puede ser que pase por momentos de estreñimiento pero podemos ayudarle a mejorar en este sentido con algunas pautas sencillas como veremos más adelante.
El momento de dejar el pañal
En realidad el momento de dejar el pañal debería ser un decisión del niño, cuando desease hacer este cambio ayudado y guiado por sus padres que supieran reconocer los signos de que ya está maduro física y psíquicamente. Pero no siempre es así y puede suceder que presionemos en exceso a un niño que no se siente preparado afrontar un cambio que, al fin y al cabo, se refiere a sus funciones corporales más personales.
Lo que debemos evitar es la presión, burlas, enfados y premios, respetando en todo lo posible que sean los avances a un ritmo que le haga sentise cómodo y tranquilo. Y es que no importa si empieza a hacer caca en el orinal a los dos o a los cuatro, a la larga seguro que dejará el pañal.
No conozco a ningún adolescente que vaya al instituto y que siga haciendose caca en un pañal por gusto o tomando la teta, así que suelo ser bastante reticente a meter prisa con estas cosas.
Alimentos que estriñen y alimentos que ayudan
Algunos alimentos pueden provocar cierto estreñimiento. El plátano, la zanahoria, la manzana, el arroz, el pan blanco o el yogurt son los más comunes pero también en esto cada niño es diferente. En cambio el tomate, la pera, la fresa, los guisantes o las uvas ayudan normalmente, aunque siempre hay que seguir las recomendaciones sobre la edad a la que introducir los alimentos, pues algunos de los que he citado son alergénicos y no se deben dar a edades tempranas.
Si el arroz le produce estreñimiento podemos mezclarlo con otros cereales poniendo atención a si el niño toma ya gluten, o mezclarlo con verdura.
Beber agua suele ser necesario para evitar que las heces se endurezcan y también ayudan los masajes en la tripita siguiendo círculos o doblar sus piernecitas por las rodillas y hacia arriba, siempre con mucha suavidad y consiguiendo que el niño disfrute del masaje con juegos y cosquillas.
Lo que hay que evitar es la estimulación del ano. Y los enemas, supositorios o medicamentos solo darlos bajo prescripción médica estrictamente.
Ejercicio
Otra cosa que incide en el estreñimiento en los niños como en los adultos es la falta de ejercicio. Evitemos que esté sentado mucho tiempo en la sillita de paseo o la hamaquita, dejando que se mueva libremente podrá poner en funcionamiento su cuerpo y mejorar su tono muscular abdominal, imprescindible para que pueda ir superando poco a poco este problema.
Conclusión
En cualquier caso, ante la duda, si el niño padece estreñimiento habitual, si lleva más de una semana sin hacer caquita o si tiene dolores muy fuertes o heridas siempre es conveniente consultar con el pediatra que nos dará pautas alimentarias y otros consejos personalizados para nuestro caso particular.
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