En los primeros años de su vida, los niños producen mucha más mucosidad que los adultos, tanto de nariz, como de sistema respiratorio y ojos. Ya vimos cómo había que limpiar la nariz del bebé, y hoy nos centramos en los cuidados de los ojos y cómo limpiarlos. En el cuidado diario de los bebés, los ojos son una parte muy importante por su especial sensibilidad, y requieren una higiene aséptica e inocua.
Debido a la mayor producción de mucosidad, es habitual que, incluso en ausencia de una conjuntivitis o de una obstrucción del lagrimal, algunos bebés se despierten con bastantes legañas, de la misma manera que encontramos resto de mocos secos en las fosas nasales.
La secreción legañosa procede de la mucosa y las glándulas de los párpados, que al estar en contacto con el aire se resecan alrededor de los ojitos del bebé y pueden “sellarle los ojos”. Veamos qué podemos hacer para limpiar los ojos del bebé en cada situación y evitar las infecciones y que se acumulen las legañas.
Limpieza habitual de los ojos del bebé
- Estableceremos una correcta higiene del ojo mediante suero fisiológico para limpiar su interior de residuos legañosos. Lo más práctico es emplear envases monodosis de suero. Con el bebé acostado boca arriba, pondremos el suero en vertical para que caiga el el globo ocular e inclinaremos suavemente la cabeza del bebé hacia el lado de cada ojo (no hacia la nariz) para que caiga el suero restante del interior del ojo hacia fuera, sin peligro de que moje el otro ojo. Podemos ayudar a esta acción con toallitas o gasas estériles.
- También se pueden limpiar los párpados delicadamente mediante toallitas o gasas estériles, húmedas, eliminando los restos de legañas y bacterias presentes en el exterior de los ojos. Las gasas han de estar húmedas, empapadas en agua hervida (una vez templada) o en suero fisiológico.
- Para evitar la transmisión de posibles infecciones, es importante utilizar una toallita o una gasa para cada ojo (o una parte distinta de la misma toallita). El movimiento de limpieza debe ser desde la parte interior de los párpados (el ángulo interno, el lagrimal) hacia el ángulo externo del ojo.
- Existen toallitas específicas para bebés de un solo uso, que nos pueden venir bien para situaciones como la limpieza fuera de casa o si salimos de viaje.
Estas acciones pueden realizarse dos veces al día, una por la mañana al despertar cuando se han acumulado más legañas, y otra tras el baño. De este modo podemos prevenir las infecciones en la mayor parte de los casos.
- No es frecuente que suceda esto si no hay un problema implicado como los que veremos a continuación, pero si los ojos se quedan pegados, nunca hay que intentar abrirlos en seco sino que se procederá a humedecerlos con el suero para que se ablanden las legañas y se despeguen los párpados. Ayudaremos con una toallita o gasa si es necesario, pero con el ojo ya convenientemente humedecido. Al final el bebé abrirá los ojos poco a poco por sí solo. Posteriormente y con mucho cuidado para que no le entren en los ojos, retiraremos los restos legañosos.
Limpieza de legañas debidas a la obstrucción del lagrimal
En otros casos, puede que las legañas se acumulen por la obstrucción del lagrimal en el recién nacido. Y es que una de las afecciones más comunes en los recién nacidos es la obstrucción del lagrimal, que provoca lagrimeo y secreciones en los ojos de los pequeños, las legañas. Este fenómeno se conoce también como estenosis de los conductos lacrimonasales, y puede afectar hasta a un 20% de los bebés en los primeros meses de vida.
Debido a la obstrucción, se impide que las lágrimas fluyan normalmente, lo cual origina una secreción blanquecina, amarillenta o verdosa que se convierte en legañas. La obstrucción de estos conductos evacuadores de lágrimas suele ser temporal y se resuelve al cabo de pocas semanas. ¿Qué podemos hacer para favorecer la apertura de los conductos lagrimales hasta lograr el normal tránsito lagrimal?
- Se puede facilitar el drenaje de las lágrimas con un masaje suave en la zona entre el ángulo interior del ojo y la base de la nariz. Así se masajea la válvula de Hasner, pliegue de la mucosa que aún no está perforada (total o parcialmente) y que impide la conexión del borde de los párpados interiores (en el ángulo interno del ojo) con la nariz.
- Para limpiar las legañas acumuladas, hay que seguir los mismos pasos que señalamos anteriormente para las legañas habituales.
Si seguimos estos consejos lograremos que pronto la estenosis se resuelva espontáneamente antes del año de edad y no haya complicaciones. Si el estado de las secreciones no mejora habrá que visitar al especialista para que determine si hay otras causas.
Ojos con conjuntivitis
Unas legañas excesivas, acompañadas de párpados hinchados y ojos enrojecidos, también pueden deberse a la conjuntivitis, de carácter bacteriano o alérgico y que necesita un tratamiento especial. Por ello hemos de acudir al pediatra sisospechamos que el bebé pudiera tener conjuntivitis porque presenta dichos síntomas. Pero, en cuanto a la limpieza del ojo, podemos actuar como hemos definido en el primer apartado.
Aquí sí es más habitual que los ojos se queden pegados por la acumulación de legañas secas. Recordamos que para una adecuada limpieza, basta con empapar una gasa estéril con suero fisiológico y humedecer los párpados para reblandecer las legañas.
Para intentar prevenir la conjuntivitis debemos procurar tener una máxima higiene en las manos, realizar las limpiezas de los ojos como hemos señalado y evitar que se frote los ojos.
Esperamos que con todos estos consejos para el cuidado del recién nacido haya quedado más claro cómo proceder a la hora de limpiar los ojos del bebé, tan delicados.
Más información | Mifarmacia, Aepap, Mi bebé y yo
Fotos | Flickr (Mike Schmid), Flickr (peasap)
En Bebés y más | El bebé tiene legañas, Detectar la conjuntivitis infantil, Cuidados del recién nacido: los primeros chequeos