Las serpientes y las arañas son objeto de los miedos más comunes. Pero, os habéis preguntado alguna vez cuándo nacen estos miedos en nosotros. Un estudio realizado con bebés señala que el miedo a serpientes y arañas no es innato, sino aprendido desde muy temprano.
Un tiempo atrás comentamos una investigación que se planteaba si la aracnofobia es innata, fruto de una herencia traspasada de padres a hijos como medio de supervivencia, sin embargo una nueva investigación publicada en una revista especializada parece echar por tierra esta teoría. Los niños no nacen sintiendo miedo por arañas y serpientes pero aprenden rápidamente a detectar estas amenazas.
Al enseñarle a bebés de siete meses dos vídeos, uno de serpientes y otro de especies no amenazantes como elefantes a la vez que sonaba una voz amenazadora y otra feliz, los pequeños permanecían más tiempo mirando a las serpientes cuando escuchaban las voces de miedo, pero no parecían estar asustados.
En otro experimento se les enseñó a niños de tres años nueve fotografías entre las que identificaron a las serpientes más rápido que a las flores y mucho más rápido que otros animales que se parecen a las serpientes, como ranas y orugas.
Los niños, al igual que los adultos, tienen las capacidad para detectar cosas como serpientes y arañas rápidamente y asociarlas con el miedo. Sin embargo, ésta sería una respuesta aprendida y no innnata.
La investigación podría dar a lugar a interpretar que así como los padres inculcamos en nuestros hijos ciertas conductas de forma inconsciente, el miedo a las arañas y las serpientes podría ser un temor que aprenden desde muy pequeñitos, aún sin darnos cuenta.
Vía | MedLine Plus Foto | cybershotking en Flickr En Bebés y más | Cómo actuar ante los miedos infantiles, Cronología de los miedos infantiles