El deporte tiene incontables beneficios para la salud de todos, pero muy especialmente para niños y adolescentes. Sin embargo, a medida que nuestros hijos van creciendo, la práctica de ejercicio físico va pasando a un segundo plano (sobre todo entre las chicas adolescentes), por lo que está en manos de los padres continuar fomentándolo como un hábito saludable que incluso podemos practicar en familia.
Te explicamos cuáles son los beneficios del deporte en la adolescencia y cómo podemos contribuir a su práctica diaria.
Mejora el estado de ánimo
El deporte es fuente de felicidad, pues genera un mayor número de endorfinas e incrementa la producción de serotonina (hormona de la felicidad) aumentando de este modo nuestras emociones positivas.
Además, el deporte ayuda a aliviar las tensiones y dejar de lado el estrés, lo que contribuye a tener un mejor estado anímico y combatir los posibles problemas emocionales típicos de la adolescencia, una etapa de la vida de gran vulnerabilidad por los cambios físicos y de identidad que se producen.
Ayuda a mantener un peso saludable
La obesidad comienza a ser un problema alarmante en todo el mundo (incluido nuestro país), y en gran parte se debe a la inactividad física y el creciente sedentarismo que tiende a aumentar durante en la adolescencia, según los últimos estudios realizados al respecto.
Por ello, y con el fin de combatir la obesidad y el sobrepeso infantil y juvenil, muchos colegios e institutos españoles están comenzando a incluir programas deportivos que fomentan la actividad física de los alumnos, pues es de sobra sabido que el ejercicio ayuda a mantener un peso saludable.
La última comunidad autónoma que ha anunciado medidas en este campo ha sido Madrid, que ha aprobado la implantación de la tercera hora de Educación Física en los centros educativos de ESO y FP a partir del próximo curso académico, y se ha puesto como meta lograr una cuarta y quinta hora en un futuro.
Pero las horas dedicadas al deporte no deberían ser asunto exclusivo de los centros educativos, y desde casa también debemos potenciar la práctica de ejercicio físico con actividades y planes no sedentarios que animen a nuestros hijos a moverse, a pasar tiempo al aire libre y a agudizar su tono y fuerza muscular.
Mayor rendimiento escolar
El deporte no sólo aporta grandes beneficios desde un punto de vista físico, sino que también ayuda a mejorar las habilidades cognitivas de los jóvenes, dando como resultado mejoras en el plano académico.
Practicar actividad física con frecuencia permite a nuestros hijos tener un mejor funcionamiento cardíaco y pulmonar, lo que incrementa la cantidad de oxígeno que recibe el cerebro. Además, mejora la capacidad de concentración a la hora de estudiar, por lo que les costará menos adquirir nuevos conocimientos.
Fomenta la sociabilización
El deporte ayuda a fortalecer vínculos, a conocer nuevas amistades y a fomentar la sociabilización, ya que permite a los más jóvenes entrenar sus habilidades sociales, trabajar en colaboración con otros compañeros en caso de tratarse de deportes de equipo, y fomentar valores positivos como el respeto al adversario, la competitividad sana, la responsabilidad y la disciplina.
Asimismo, el deporte es también un elemento integrador, que no solo ayuda a los adolescentes con dificultades a la hora de socializar, sino que varios estudios han determinado que es una de las mejores formas de prevenir el acoso escolar entre menores.
Educa en hábitos saludables
Practicar deporte de forma habitual hace que los adolescentes adquieran hábitos relacionados con las actividades físicas que les ayuden a prevenir daños y lesiones, como calentar antes de empezar o realizar estiramientos al terminar.
Además, el deporte también contribuye a la adquisición de otras costumbres saludables, como mantener una correcta hidratación, alimentarse de forma saludable y cuidar la higiene personal diaria.
Ayuda a conseguir objetivos
Por otra parte, el deporte y todo el proceso de aprendizaje que conlleva ayuda a los adolescentes a entender que, para alcanzar determinados objetivos hay que esforzarse, ser constante y superar obstáculos. De esta forma, aprenden a valorar los triunfos que van consiguiendo en el día a día y entrenan otras habilidades fundamentales para su vida adulta.
Vía / Campus Experience Fundación Real Madrid
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