Está comprobado que la televisión influye en el lenguaje de los niños, reduciendo la comunicación entre padres e hijos. Esto tiene consecuencias negativas en el desarrollo del lenguaje en los niños.
No es raro que lleguen a las consultas de logopedas familias cuyos niños de dos o tres años no hablan, llegando a pensar en algún problema del desarrollo de la comunicación, compatible con el espectro autista. No obstante, suelen ser niños que presentan un retraso del lenguaje.
Al buscar los posibles factores causales de dicho retraso, nos encontramos con una explicación bastante factible: un gran número de niños de esas características han pasado los primeros dos o tres años de vida viendo la televisión.
Es evidente que el ver la televisión es uno de los aspectos que en la vida de los niños es importante y posee una influencia notoria. No en vano, se estima que el tiempo medio que se emplea en estar delante de la tele durante el día es de 4 horas. Pero no debemos olvidar que, al igual que puede entretener, informar y acompañar, también puede ser una mala influencia.
Un abuso de televisión, DVD u ordenadores en los primeros años de vida del niño, privan a los niños realizar otras actividades en las cuales podrían estar desarrollando la interacción con familiares, desarrollo del lenguaje, actividades interpersonales, juegos sociales y la exploración del ambiente.
Una situación ejemplo es la siguiente: los niños están solos mientras ven la televisión, con lo que no es necesario emitir lenguaje oral. Por otro lado, también nos podemos encontrar con que los padres si están junto a sus hijos, pero no están preocupados por compartir con ellos lo que están viendo.
Está claro que para desarrollar el lenguaje se necesita alguien que quiera decir algo (un emisor) y alguien que lo reciba (un receptor) que vayan intercambiándose los papeles; es una actividad interactiva. Si el niño se encuentra mirando la tele sin nadie con quien compartir las experiencias que está viviendo, la actividad es pasiva: el niño recibe el mensaje de la televisión pero la televisión no necesita recibir ningún mensaje oral del niño, por lo que éste no habla.
El exceso de estimulación visual que llevan los programas infantiles, caracterizados por movimientos rápidos y multitud de colores, puede provocar que las destrezas de procesamiento auditivo se queden retrasado. Y no debemos olvidar lo importante que son estas destrezas para el desarrollo de una buena discriminación auditiva o un óptimo desarrollo de lenguaje.
También, debido a un alargado tiempo de exposición frente a la televisión, se limita el movimiento de los niños. Esto repercute en que el sistema sensorial carece de una información necesaria para un desarrollo sensorial óptimo que ayudaría a mejorar la atención.
A la hora de dejarle a nuestro hijo ver la televisión, lo ideal sería seleccionar programas adecuados para el nivel de desarrollo del niño, pudiendo interactuar durante el programa con ellos. Aprovecharemos también para señalarles valores adecuados y positivos pudiendo también buscar su interés con actividades y situaciones de la vida diara, lo cual nos brindará muchísimas oportunidades para ayudarle a estimular el lenguaje.
Y la pregunta que muchos nos hacemos: ¿cuánto tiempo es recomendable que vean la televisión? Se recomienda que los niños menores dedos años no estén expuestos a la televisión. A partir de ahí, se aconseja no más de dos horas de televisión al día.
Foto | puuikibeach en Flickr
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