Crianza intensiva: en qué consiste esta corriente de crianza centrada en el éxito del niño
Cuando de crianza se trata, sabemos que existen distintas corrientes, como la crianza respetuosa o la crianza autoritaria, así como diversos tipos de padres: desde los permisivos, hasta los famosos "padres helicóptero".
Y precisamente aún más elevado que este último tipo de padres, llega una corriente de crianza que ha adquirido popularidad en los últimos años: la crianza intensiva. Te contamos en qué consiste y cuál es su objetivo.
Qué es la crianza intensiva
Probablemente para muchos este término de "crianza intensiva" sea algo completamente nuevo, pero aunque el nombre no nos suene familiar o no lo hayamos escuchado antes, quizás el tipo de crianza al que se refiere sí nos resulte conocida.
Tal y como su nombre lo dice, la crianza intensiva consiste en un tipo de crianza muy intensa y centrada en el niño, enfocada principalmente en el éxito académico y prepararlos para un futuro profesional, y que requiere mucho tiempo por parte de los padres.
Este tipo de crianza fue analizado por primera vez en diciembre de 2018 por el profesor en Sociología Patrick Ishizuka, quien publicó los resultados de un estudio que realizó acerca de los tipos de crianza actuales en Estados Unidos.
En él, encontró que la mayoría de los padres entrevistados la considera como el mejor tipo de crianza que pueden dar a sus hijos, pues su objetivo principal es proporcionales la mejor preparación para que éstos sean exitosos en su vida adulta.
De acuerdo con su análisis, los padres que siguen este estilo facilitan la participación de sus hijos en actividades extraescolares, juegan con ellos en casa, les preguntan sobre sus pensamientos y sentimientos, y responden al mal comportamiento con discusión y explicaciones.
Por ejemplo, si los niños llegan a comentar que se sienten aburridos, los padres que siguen la crianza intensiva buscan otra actividad extraescolar más que pueda ayudarles a continuar preparándose mejor. O si los niños piden ayuda con algo que estén haciendo, los padres dejan todo lo que están haciendo para ayudarles de inmediato.
Es importante destacar que según los participantes del estudio, este tipo de crianza, aunque es elegida por los padres de forma voluntaria pues consideran que eso los define como "buenos padres", puede llegar a ejercer demasiada presión sobre ellos, pues demanda mucho tiempo y también, mucho dinero.
Un tipo de crianza que crece cada día
A pesar de que ese estudio realizado hace casi dos años tuvo lugar en Estados Unidos, poco a poco hemos podido ver cómo la crianza intensiva va extendiéndose cada vez más, trasladándose también a Europa y otros países, donde la crianza solía ser mucho más relajada en comparación con los estadounidenses.
Esto podemos notarlo en el aumento en la cantidad de actividades extraescolares que llenan la agenda de los niños, además de su jornada escolar. Desde actividades deportivas, hasta clases culturales o tutorías para reforzar conocimientos académicos, los padres buscan dar la educación más completa a sus hijos.
También, esto se ve de manera clara en los cambios que se han presentado respecto a los tiempos que pasan los padres con sus hijos, pues en los últimos años se ha visto un incremento en las horas o minutos al día que dedican a estar con ellos, lo cual es algo positivo en cuanto a las relaciones padres e hijos, sin embargo en el caso de la crianza intensiva, este tiempo está enfocado más a prepararlos y ayudarlos en los estudios, que simplemente a pasar tiempo con ellos.
El problema con la crianza intensiva
Como comentábamos previamente, si bien la crianza intensiva busca preparar a los niños de la forma más completa para alcanzar el éxito según sus padres, éste tipo de crianza puede resultar verdaderamente estresante para todos, además de aumentar la desigualdad económica según el nivel socioeconómico de cada familia.
Por un lado, está la presión personal y social que sienten los padres por tener los recursos para proporcionar a sus hijos lo mejor, no solamente invirtiendo dinero en actividades extraescolares, sino también, estando siempre sobre ellos para lo que necesiten.
Por otro, no olvidemos lo que esto puede significar para los niños, pues al llenarles de actividades estructuradas, no se les permite desarrollar aspectos muy importantes para su crecimiento personal, como autonomía, independencia, capacidad de decisión o resolución de problemas.
Tampoco olvidemos el lado emocional y mental, pues la presión y exigencia de los padres puede llegar a ocasionar que los niños se sientan frustrados al no poder cumplir con las expectativas de los padres, que muchas veces nacen de las cosas que éstos no pudieron hacer en su infancia y terminan transfiriendo a sus hijos.
Aunque el objetivo principal de la crianza intensiva puede ser positivo al desear apoyar a los hijos en su preparación para la vida adulta, recordemos que nada en exceso es bueno y ante todo debe haber un equilibrio, pues la vida es mucho más que el éxito profesional o académico.