A menudo me pregunto, ¿para qué van nuestros hijos al colegio ocho horas diarias si al llegar a casa tienen que hacer deberes? ¿Cuál es el sentido de los deberes?
Eso mismo se ha preguntado un padre gallego, quien denunció al colegio del Isidro Parga Pondal, en el municipio coruñés de Oleiros, por la cantidad de deberes que mandaban a su hijo. Consiguió que los profesores dejaran de hacerlo, y lógicamente, esto ha hecho que se abriera el debate sobre si deberían prohibirse o no los deberes.
Se acogió a una norma de la Consellería de Educación del año 1997, la cual estipula que a los niños no se les puede mandar trabajo a casa. Es una norma en teoría vigente, pero que en la práctica sólo se aplica si alguien presenta una reclamación. Es decir, lo suyo es que no de manden deberes, pero nos saltamos la norma y sólo la hacemos cumplir si alguien patalea.
Personalmente estoy en contra de los deberes. Creo que los niños pasan suficiente tiempo en el colegio como para encima llegar a casa y seguir trabajando. ¿Cuándo juegan? ¿Cuándo se distraen? ¿Cuándo desenchufan? Pareciera que los deberes son parte de ser alumno, que vienen implícitos, como si fuera un complemento necesario para aprender, cuando no es así en absoluto. ¿Aprenden más los niños por hacer deberes en casa? Si es así, algo va mal.
Lo que me ha sorprendido es que padres del colegio al que va el niño están recogiendo firmas en contra de la prohibición de los deberes, defendiendo el derecho a la libertad de los profesores de hacer lo que ellos consideran. ¿Y el derecho de los niños a ser niños? ¿A ocupar su tiempo en actividades que les aporten otro tipo de conocimientos o experiencias, a jugar, compartir con los padres, con los amigos? No papás, no se aprende sólo en el cole.
¿Para qué sirven los deberes?
Según dicen, se les mandan deberes para que se vayan acostumbrando a ser responsables, a crear un hábito de estudio para cuando sean mayores. ¿Son acaso personas más responsables en el futuro por haber hecho deberes en la infancia? ¿De verdad creéis que serán mejores estudiantes en la universidad gracias a la pila de deberes que hicieron desde pequeños, o creéis que dependerá más de la pasión que le pongan al estudio por ser lo que han elegido? Yo creo más bien lo segundo.
También se dice que sirven para reforzar los contenidos que se han dado en clase, pero pienso que si necesitan ser reforzados es porque no se han dado bien. O dicho de otra forma, a lo mejor se debería motivar a los niños de otra manera para que los contenidos queden "reforzados" desde el momento cero.
Tampoco entiendo el sentido de los deberes cuando la mayoría de las veces acabamos haciéndolos los padres, o teniendo que explicarles los enunciados porque son incapaces de interpretar lo que les piden.
No lo digo solamente por ser madre de tres y por la cantidad de tardes perdidas por culpa de los deberes, que también. Podrían ser mucho mejor aprovechadas y nos hubiésemos ahorrado unos cuantos disgustos. Porque ese es otro tema: los niños vienen cansados, hay días que no tienen ni ganas de hacerlos y los deberes se vuelven una riña constante.
De pequeña yo los he sufrido, y la verdad que no han aportado mucho a mi vida. Tal vez por eso me ha quedado la espina clavada. No, nadie se ha muerto por hacer deberes todas las tardes, pero no es ese el punto. Creo que evolucionamos si revisamos hábitos que tal vez no eran tan positivos como pensábamos.
¿Deberían prohibirse los deberes?
Sobre la pregunta que ha motivado el post, no creo que debieran prohibirse, sino crear modelos de estudio donde los deberes no existieran porque no tuviesen sentido.
Se que es un tema que crea controversia, por eso gracias al padre que se ha decidido a denunciar al colegio por la cantidad de deberes que mandaban a su hijo y ha sacado el tema a la palestra, tenemos la oportunidad de debatirlo nosotros en el blog.
Nos gustaría que nos contarais vuestra opinión: ¿Deberían prohibirse los deberes?
Foto | ND Strupler en Flickr Vía | El País En Bebés y más | Por qué los niños no deberían tener deberes