Parto de la base de que la principal célula social educadora es siempre la familia, pero refiréndonos a la educación formal, la que la mayoría de los niños van a recibir en las escuelas, también, como hablabamos hace un par de días, hay familias que optan por ofrecerla directamente, sin escolarizar a sus hijos en un centro oficial español. Educar en familia, sin ir al cole, es una posibilidad real que para algunas personas es la más adecuada.
Quienes deciden educar en familia lo hacen por diferentes motivos. Unos por la convicción de que el espacio más adecuado será este por razones ideológicas al encontrar que el sistema educativo no es el mejor para ellos. Otros lo hacen porque el niño ha tenido problemas o dificultades en el sistema educativo oficial. Unos lo hacen desde el principio, descartando ya las guarderías y escuelas infantiles. Otros lo hacen después de un tiempo de escolarización y deben seguir diferentes caminos posibles para que el niño deje de acudir a la escuela, como explicaré en otro tema.
La idea central es que la educación en familia debe responder a las necesidades e intereses de los niños, de forma individualizada. Provienen de todo tipo de orígenes, formación y poder adquisitivo. No es específica de ninguna creencia religiosa o ideología.
Al no escolarizar y educar en familia se toma la decisión conforme con el deseo del niño y en el ámbito de los derechos y deberes que señala nuestra Constitución, buscando una forma de educación personalizada, pero de ninguna manera aislada de la sociedad o sobreprotegida, ya que los niños se relacionan con su entorno, con otros niños y con diferentes espacios.
En realidad la educación no se realiza unicamente en la familia, sino, como sucede con todos los niños y ha sucedido siempre, en contacto con la sociedad en la que viven.
Estas familias se hacen cargo de la educación de los niños, tanto en la transmisión de valores y principios como en la adquisición de conocimientos. Aunque no deleguen estas funciones y responsabilidades paternas en instituciones si pueden, y de hecho lo hacen en muchos casos, acudir a profesionales para cubrir determinadadas necesidades educativas.
La mayor preocupación de las instituciones suele ser la socialización de los niños. Sin embargo no es un problema, seguramente es el menor al que estas familias se enfrentan.
Primero mencionaré que la socialización en el colegio es algo relativamente moderno. Hasta el siglo pasado la mayoría de los niños se socializaban sin ir a la escuela y eso no ha convertido a la humanidad en insociable. Tampoco está demostrado que esta forma de socialización sea la que mejor respone a las necesidades de los niños excluyendo las demás. Es una fórmula de ofrecerles contactos sociales, pero no la única posible hoy como no ha sido la única en el pasado.
Todos nos relacionamos con personas de todo tipo y edad, no solo con nuestro grupo de edad, hacerlo así en la escuela no nos prepara especificamente con lo que viviremos en la edad adulta. Estos niños se relacionan además de con adultos variados con otros niños: en la familia, con los amigos, con otros niños que estudian en casa, con los niños de su barrio, en asociaciones, en clases de música, deportes, pintura o baile. Lo que no hacen es estar la mayoría del día con un grupo de su misma edad exacta.
No están aislados sino que tienen la posibilidad de elegir sus relaciones por intereses comunes, no por grupo de edad de la escuela, nada más.
No escolarizar no es ilegal en España pues no está prohibido en ningún texto legal. Y en un país democrático lo que no está prohibido no es ilegal. Es más, esta opción es contitucionalmente adecuada. La Constitución da a los padres derecho a elegir la educación de sus hijos en el marco de los principios constitucionales y les obliga a proporcionales educación.
Por ese motivo, aunque la Ley de Educación señala que escolarizar es obligatorio, las sentencias judiciales fallan a favor de los padres y hay recomendaciones que claramente señalan que elegir esta opción no contraviene las leyes españolas.
En los paises democráticos es una opción educativa reconocida específicamente y en algunos, como Estados Unidos, bastante extendida, existiendo estudios que señalan que los niños educados en el hogar tienen competencias sociales y formación académica muchas veces por encima de la media o al menos equivalente a la que tienen los niños que se educan en instituciones escolares.
Ha habido algunas familias que, al tomar este camino, se han encontrado con problemas legales, derivados de la consideración de absentistas escolares a sus hijos. Sin embargo raramente se pasa de ese punto, ya que los niños son dados de baja de la escuela y demuestran estar siendo formados adecuadamente. En otros casos si ha habido mayores problemas cuando los servicios sociales dan parte de una posible desatención.
En ellos, cuando el caso es llevado ante un juez, los casos son desestimados, ya que no hay ilegalidad en la decisión y los niños están atendidos y educados de forma claramente adecuada. Sin embargo la mayoría de las familias no tienen problemas al hacerlo.
El caso más famoso sucedió hace no mucho, cuando la.
Educar en familia no es una opción que se considere mejor que la escolarización por parte de quienes la realizan, es simplemente la opción que consideran más adecuada para ellos y sus hijos, sin que suponga por ello que la escuela no sea el camino más adecuado para la mayoría de las familias.
Se trata más que de lo que es mejor o peor, de una cuestión de respeto por las libertades y de adecuación del marco legal a los países del entorno con mayor experiencia en esta solución educativa.
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