El bullying o acoso escolar, es algo que muchas generaciones de niños han sufrido y en lo cual ahora se hace un esfuerzo en conjunto para continuar luchando por erradicarlo. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer, ya que aún son miles de niños los que cada día reciben burlas y malos tratos por parte de sus compañeros.
Pero el bullying no sólo daña a los niños que lo sufren, el impacto que tiene es tan fuerte que termina afectando a toda la familia. Y esto nos lo recuerda una madre, en un triste mensaje donde cuenta cómo su hija ha cambiado a causa del acoso que recibe en la escuela y el dolor que comparte junto a ella.
Hace tiempo te contábamos acerca de Stevie, una bloguera australiana y madre de cuatro hijos que comparte su día a día en su blog "My tribe of six" y en aquella ocasión la mencionamos debido a un mensaje en el que pedía terminar con los estereotipos de lado y dejar que cada madre se vistiera como lo deseaba, ya que eso no define su capacidad como mamá.
Ahora, Stevie vuelve a compartir a través de su cuenta de Instagram, un mensaje relacionado con el acoso que sufre una de sus hijas, quien hace seis meses entró a una nueva escuela debido a que se mudaron. En él, nos cuenta cómo no sólo el acoso escolar afecta a su niña, sino también a ella como madre.
Quiero pretender que hoy fue un buen día, quiero decir algo positivo e inspirador... pero no puedo, hoy no.
Me senté con mi hija después de clases y ambas lloramos.
Mi corazón sufre por todo su dolor y su tristeza.
La mayoría de las personas no mira lo que yo veo. Ellos miran a una niña escandalosa, una niña ridícula, una niña feliz, una niña que no se queda quieta y que en ocasiones es desafiante. Una niña con una mente que deambula, un espíritu que vaga libre y un corazón que tiene una chispa salvaje. Algunos incluso ven una niña "traviesa".
La verdad es, todo lo que ella es, es una niña (mi niña) tan especial como los tuyos o los de cualquiera.
Y la niña que yo veo en casa es una niña que sufre, ella ga cambiado mucho en los últimos meses y me ha desafiado aún más. Su chispa se ha apagado y su brillo se ha oscurecido.
Tenemos altas altas y bajas bajas.
Hoy le pregunté a dónde se había ido. Y lloramos.
Quiero a mi niña feliz de vuelta, la que ilumina la habitación e irradia vibras que yo quisiera poder crear. Mi niña buena que ama a su mamá y sus hermanos, mi niña amable.
Hoy, ella se derrumbó debido al implacable bullying que ha vivido estos últimos 6 meses después de que nos mudamos y cambiamos de escuelas. Preguntándome por qué ella no tiene amigos y diciendo que ella no es suficientemente buena.
Hoy tuvo un buen día en la escuela, jugó con un niño y se divirtió. Pero así es como es esto, no importa si es un buen día cuando el dolor sigue ahí y las heridas aún estar abiertas. El daño está hecho y aún no ha sido reparado. ¿Lo será alguna vez? Espero que sí.
Quizás nunca debimos vender la casa a la cual los llevamos después del hospital y no debimos haberlos cambiado de su primera escuela a otras. Quizás no debimos habernos mudado.
Ella no encaja en una caja y tampoco quiero que lo haga... Criar niños nunca iba a ser fácil, pero no debería ser así de difícil. No sé qué hacer. No sé cuál es la respuesta. Es volver al día uno, y fue uno bueno, pero ya estoy cuestionándome el sistema educativo y el lugar de ella en él.
Este año no permitiré que el sistema ni el hijo de alguien más la venza como lo hicieron el año pasado. Así que habla con tus hijos, enséñales acerca de la amabilidad y la inclusión - porque ninguna mamá y ningún niño debería sentarse y pasar por esto, ni sentir lo que nosotras sentimos.
La publicación de Stevie menciona algo sumamente importante y que en ocasiones no pensamos a fondo cuando hablamos de bullying: es algo que no solo afecta a nuestros hijos, sino a nuestra familia. Cuando un niño o niña sufre acoso escolar, su personalidad puede cambiar, haciéndolo que se sienta inseguro y triste, lo que se hace notorio también en la dinámica familiar.
A ningún padre o madre le gusta ver sufrir a sus hijos, ni saber que están tristes porque otras personas no son amables o no comprenden el impacto de sus actos o palabras.
Recordemos que acabar con el bullying empieza en nosotros, y como padres tenemos una responsabilidad importantísima: evitar que el acoso escolar continúe sucediendo. Somos nosotros los encargados de criar una nueva generación. Hagámoslo para que sean seres humanos más empáticos, amables, inclusivos y bondadosos, y también démosles herramientas para que no sean víctimas de éste.
Vía | Scary Mommy
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