Un estudio realizado en Dublín asegura que a raíz de la prohibición de fumar en el lugar de trabajo en Irlanda desde el 2004, se redujo la adicción al tabaco en las embarazadas y por ende, las complicaciones derivadas como los partos prematuros y el bajo peso al nacer.
No fumar varias horas al día reduce, obviamente, la cantidad de tabaco consumido y en algunos casos esto motiva a que las futuras mamás decidan dejarlo durante el embarazo.
Un año después de la prohibición, bajó en un 12% la tasa de futuras mamás que fumaban mientras que se observó un 25% menos de riesgo de tener un parto prematuro.
El bajo peso al nacer está fuertemente relacionado con el tabaco, son varios los estudios que lo aseguran. Se cree que si las embarazadas dejaran de fumar, el número de bebés nacidos con bajo peso se reduciría a la mitad.
Según el mismo estudio irlandés, al prohibir el tabaco en el puesto de trabajo, se observó además un 43% menos riesgo de tener un bebé con bajo peso. Los bebés que habían nacido con más peso eran hijos de ex fumadoras, mientras que aquellos con peso más bajo eran hijos de mujeres que habían fumado en el embarazo.
No es novedad que el tabaco, junto con tantas otras cosas, es dañino para el bebé en gestación. Lo curioso es que sólo depende de la decisión y fuerza de voluntad de la madre. Si al menos se reduce el consumo evitando las horas de trabajo, habrá menos riesgos para el bebé. Pero mucho mejor si se aprovecha para dejarlo definitivamente.
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