Con 19 semanas de embarazo Joni Reinkemeyer y su marido esperaban que les desvelaran el sexo de su bebé, pero además de eso recibieron una mala noticia. En la ecografía le detectaron espina bífida, una malformación congénita que se produce en el primer mes de vida embrionaria, en la que el tubo neural no se cierra completamente dejando al descubierto y sin protección el contenido de la columna vertebral (meninges, médula espinal, raíces nerviosas, etc.).
Al ser un defecto progresivo durante el embarazo, para evitar una parálisis los médicos decidieron practicarle a la madre una cesárea para realizar una cirugía fetal con 25 semanas de gestación. Así corrigieron la malformación de Jackson (así es como lo llamaron), volvieron a colocarlo dentro del útero y luego el embarazo continuó hasta las 35 semanas cuando el bebé "volvió a nacer".
Además de poder evitar que la lesión de Jackson empeore, la cirugía le daría una mejor oportunidad de aprender a caminar. También pudieron revertir su malformación de Chairi, una afección que ocurre cuando el tejido cerebral se extiende a la médula espinal y repararlo antes del nacimiento reduciría su necesidad de derivación en un 50 por ciento.
La delicada cirugía fetal fue realizada por un equipo de 32 personas en el hospital infantil Barnes Jewish en St. Louis (Missouri, Estados Unidos). Tras la operación, la madre tuvo que permanecer en estricto reposo dado que la intervención aumenta el riesgo de prematuridad en el bebé, por lo que cada día que pasara dentro del útero era importante.
Espina bífida en el bebé
Uno de cada mil niños nace en España con espina bífida, un defecto congénito del tubo neural, la parte del embrión a partir de la cual se forman el cerebro y la médula espinal (que se comienza a terminar de formar durante el primer mes de embarazo). Si hubiese algún tipo de anomalía durante el proceso de formación (por ejemplo, si no se cerrase por completo) se pueden producir defectos en el cerebro, en la columna vertebral y en la médula espinal.
Existen dos anomalías que se dan con mayor frecuencia siempre que existe algún tipo de defecto en el tubo neural: la espina bífida y la anencefalia (o espina dorsal abierta). La espina bífida afecta con mayor frecuencia las últimas vértebras de la columna, dejando expuestos los nervios que controlan la movilidad de las piernas y la contractilidad de la vejiga y el recto, produciendo parálisis e incontinencia.
Generalmente, la operación para corregir la espina bífida se realiza unos días después del nacimiento del bebé, pero los estudios han demostrado que la cirugía prenatal reduce el riesgo de desarrollar discapacidades motoras e intelectuales, por eso cada vez se realizan más intervenciones antes de nacer. Practicada en una docena de hospitales de todo el mundo, esta delicada operación parece dar resultados alentadores, a pesar de los riesgos que conlleva, entre ellos el riesgo de prematuridad del bebé que puede nacer en cualquier momento en los días posteriores a la intervención.
La cirugía fetal le dio a Jackson una nueva oportunidad y sus padres la han aprovechado a pesar de lo difícil de la decisión. Su bebé que nació dos veces permaneció durante doce días en cuidados intensivos y finalmente pudieron llevarlo a casa el día de Año Nuevo.
Recordemos que tomar ácido fólico antes y durante el embarazo evita en un 70% la espina bífida, y también es efectivo para prevenir la anencefalia, el labio leporino y es eficaz para prevenir retrasos en el lenguaje del bebé.
Vía | Cafemom
En Bebés y más | Cómo prevenir las anomalías congénitas, El bebé que nació dos veces: decidió la cirugía fetal para su bebé, salvándole la vida, La fetoscopia es la cirugía al feto cuando aún está en el útero: descubre cuándo es necesaria