El tercer mes de embarazo es una etapa especialmente sensible. Aunque el embarazo no sea todavía perceptible a primera vista algunas mujeres notan ya una leve forma en su vientre y sienten emociones muy intensas respecto al hijo que crece en su interior.
Aunque descienden las posibilidades de un aborto natural hay también una gran incertidumbre, pues las pruebas que se van a realizar determinan posibles problemas y en estos momentos la conexión con el hijo es muy intensa a la vez de causar miedo el conectar hasta no saber cual es su estado.
Cambios en el cuerpo de la madre y en sus emociones
A partir de la semana 11 el bebé crece rápidamente y el cuerpo femenino debe adaptarse a ello. El útero se encaja en la pelvis y aumenta de tamaño, tiene las dimensiones de un pomelo.
Aunque no se note el embarazo en el vientre abultado irá haciéndose patente a lo largo de este mes pero los senos si tienen más peso y volumen, aumentando la talla y haciéndose recomendable un sujetador adecuado. La aureola puede obscurecerse y verse también más marcadas las venas de los senos. Los pezones son sensibles.
La mujer habrá engordado aproximadamente un kilo o kilo y medio. Es importante seguir los consejos del médico y cuidar especialmente la alimentación y la hidratación, proveyéndonos de las vitaminas, minerales y proteínas necesarias para sentirnos bien y nutrir al feto, que recibe la alimentación de nuestra, por ahora, pequeña placenta. Se puede hacer ejercicio moderado y eso contribuye también a la salud de nuestro hijo. Las mujeres que no practicaban deporte habitualmente se beneficiaran de paseos y de natación adaptada, y es bueno encontrar el momento para no abandonar esta faceta del cuidado de la salud.
La madre está muy atenta a los cambios físicos de su cuerpo y puede estar muy sensible emocionalmente o tener cambios de humor. Romper a llorar sin causa aparente, estar cansada y con sueño son síntomas normales. Lo que necesita la embarazada es cuidarse, descansar y recibir el sostén emocional y organizativo de los que la rodean. Las nauseas y los mareos se van atenuando y suelen desaparecer en el mes siguiente. Por supuesto, sean cuales sean los resultados de las pruebas, es conveniente seguir absteniéndose totalmente de los productos tóxicos como alcohol y tabaco, además de las drogas. A partir de la semana 12 pueden aparecer molestias de ardor de estómago, a medida que se van colocando los órganos para dejar sitio al bebé y hay que cuidarse de tomar fritos o alimentos pesados.
La piel suele estas más suave y las embarazadas se sienten radiantes, las personas de nuestro entorno señalarán lo guapísimas que estamos. Ha aumentado el volumen de sangre y las hormonas del embarazo hacen que las glándulas sebáceas den mejor aspecto a la piel. Es conveniente no tomar el sol sin protección adecuada para evitar manchas en la piel llamadas cloasma gravídico.
No está de más comenzar a hidratar la piel del vientre con aceite de almendras u otro producto adecuado, para prepararla para los meses que vienen. La felicidad también influye en el aspecto general, aunque también es normal que sentirse cansada y pesada haga pasar momentos más difíciles.
Las pruebas médicas en el tercer mes de embarazo
En la semana 12 se hace una ecografía de enorme importancia, pues en ella se observa el feto y se pueden determinar las principales anomalías posibles. Podemos saber con seguridad si es un embarazo múltiple y si el desarrollo del feto es adecuado para su edad gestacional. Como veremos, el feto de 12 semanas ya tiene sus órganos principales y se puede verificar que todo esté correcto. También se observará su latido cardiaco pero, aunque los órganos sexuales ya se estén diferenciando, no es muy probable que puedan decirnos el sexo con seguridad.
Lo más importante de esta ecografía es la medición del pliegue nucal (traslucencia nucal) y la medida del hueso nasal, pues ambas son determinantes para detectar un posible síndrome de Down y otros desórdenes genéticos que se podrán confirmar en la amniocentesis.
El bebé
El embrión, con su cola y su aspecto indefinido parecido al resto de los seres vivos en la etapa anterior, se convierte en feto identificable por su forma como un ser humano. En la semana 11 sus brazos y piernas crecen y los huesos, aunque sean todavía flexibles, van endureciendose. En este mes se produce además de un crecimiento notable una diferenciación de los órganos y de los sentidos.
Todos los sistemas y órganos están formados hacia la semana 12: estómago, hígado, pulmones, y páncreas. Los intestinos están formados y al final del mes ya estarán colocados dentro del abdomen del feto y éste, claramente unido por el cordón a la placenta. Aunque los órganos no estén en total funcionamiento ya son claramente distinguibles. Hacia la semana 12 los riñones empiezan a funcionar y el feto orina. También se forman los genitales.
Brazos y piernas se definen claramente y hacia la semana 13, además de todos los huesos de las manos incluso aparecen las uñas en los deditos. La cabeza va definiendo su perfil humano, los ojos van ocupando su posición definitiva en el centro del rostro aunque no se abran todavía y se desarrolla el oido.
El feto, durante este tercer mes, se mueve, rebota en las paredes del útero aunque no lo notemos. Extiende brazos y patalea con las piernas. Empieza a desarrollar sus propias huellas digitales y su cabeza se proporciona respecto al cuerpo. Su aspecto, al fin de este mes, es el de un bebé en miniatura, de unos 10 centímetros y 50 gramos.
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