De cada 33 bebés que nacen en el mundo, uno tiene un defecto congénito, algo que se puede prevenir en buena medida. La National Birth Defects Prevention Network-NBDPN (Red Nacional de Prevención de Defectos Congénitos) de Estados Unidos, ha declarado el mes de enero de este año como el Mes de la Prevención de Defectos Congénitos.
En España, la Fundación 1000 (junto al ECEMC), que dedica plenamente sus esfuerzos a esta tarea, asume esta declaración y, a partir de ahora, celebrará el mes de enero como el de la Prevención de Defectos Congénitos. La NBDPN es una Red nacional que se dedica, como la del ECEMC, a la investigación y vigilancia de las malformaciones del desarrollo embrionario y otros defectos fetales.
Pretenden informar a las madres sobre su posibilidad de prevenir el riesgo de tener un bebé con un defecto de nacimiento, haciendo algunos cambios en su estilo de vida y si tiene atención médica adecuada antes y durante el embarazo.
Se trata de una labor importante, porque los datos de la Organización Mundial de la Salud, y en concreto de su Oficina Regional para Europa son contundentes: medio millón de niños nacen anualmente con defectos congénitos en Europa, con una tasa de mortalidad de 2,5 por 1000 nacidos vivos, representando al menos el 25% de la mortalidad infantil en los países de Europa Occidental.
Por ello es necesario desarrollar estrategias que tengan como objetivo la reducción de esos defectos congénitos. Algunas medidas para disminuir el riesgo de que el bebé nazca con un defecto del nacimiento son:
- Tomar un suplemento de ácido fólico es un ayuda indispensable antes y durante el embarazo, del mismo modo que lo es un adecuado aporte de yodo. La ingesta inadecuada de estos micronutrientes se asocia con mayor riesgo de presentar malos resultados obstétricos.
- Llevar una alimentación sana ayudará a adquirir buena parte de los nutrientes anteriores. Durante la gestación, el mantenimiento de una adecuada nutrición se convierte en un factor clave para la salud materno-fetal.
- No aumentar de peso en exceso durante el embarazo, lo cual podría ayudar a mantener la diabetes controlada.
- Son importantes los controles médicos, tanto antes como durante el embarazo. Hay que comunicarle al especialista cualquier condición específica (tensión alta, depresión, epilepsia...), los medicamentos que usamos habitualmente...
- El consumo de alcohol debe ser nulo si estás embarazada o buscando un embarazo, del mismo modo que las drogas duras y el tabaco: fumar en el embarazo está asociado a múltiples complicaciones.
- Hay que planificar cuidadosamente el embarazo y usar anticonceptivos si estamos usando medicamentos que pueden causar defectos del nacimiento o si no está segura que son compatibles con el embarazo.
- Si conocemos nuestro historial médico familiar y el de la pareja podremos descubrir si hay riesgo de trastornos genéticos, y en ese caso consultar a un profesional en la genética.
En definitiva, si el nivel de salud ha experimentado importantes mejoras que se han traducido en el descenso progresivo de la mortalidad tanto materna como infantil en las últimas décadas, sigue habiendo otros problemas y ha habido un cambio en los objetivos de salud materno-infantiles.
Hoy la prioridad no está en los riesgos obstétricos ni en las infecciones infantiles (aunque siguen siendo muy importantes en los países en desarrollo).
En la actualidad en todos los países de nuestro entorno socio-económico se ha puesto el acento en los accidentes y las malformaciones congénitas que constituyen las primeras causas de morbimortalidad infantil. Esperamos que este mes de enero dedicado a ello haga más consciente a la población de la importancia del tema.
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