Una lectora nos ha contactado preguntando acerca de la hidropesía fetal o síndrome de Hydrops fetalis. Había perdido un embarazo de siete meses por esta causa y estaba muy angustiada, así que hemos investigado un poco acerca de esta afección grave que se da en el feto o en el bebé recién nacido. Esperamos que pueda ayudar a ella y a todos los padres que han pasado por lo mismo.
La hidropesía fetal es muy poco frecuente y ocurre cuando se acumulan cantidades anormales de líquido en dos o más áreas del cuerpo de un feto o recién nacido. Es un edema masivo del bebé por nacer o recién nacido potencialmente mortal. Suele provocar anemia severa, la cual puede provocar a su vez complicaciones como insuficiencia cardiaca fetal, inflamación corporal total, dificultad respiratoria o colapso circulatorio, en caso de que el bebé haya nacido.
Hay dos tipos de hidropesía fetal que se definen según la causa que las haya provocado: inmunitaria y no inmunitaria.
La hidropesía fetal inmunitaria es una complicación de una forma severa de incompatibilidad Rh, una condición que sucede a partir de la segunda gestación cuando la madre es Rh negativo y el feto positivo. Si bien es una complicación fácil de prevenir en la actualidad, la incompatibilidad Rh causa la destrucción masiva de los glóbulos rojos, lo cual puede llevar a que surgan complicaciones como la acumulación de líquido, influyendo en la forma como funcionan los órganos del cuerpo del bebé.
Gracias a los tratamientos de prevención de la incompatibilidad Rh, las inyecciones de inmunoglobulina Rh en la embarazada, el porcentaje de bebés que desarrollan esta complicación ha descendido enormemente.
Por su parte, la hidropesía fetal no inmunitaria ocurre cuando una enfermedad o afección altera la capacidad del cuerpo para manejar los líquidos. Es la más frecuente de las dos, se da un caso de cada mil.
Hay diversas causas para este tipo: problemas cardíacos o pulmonares, infecciones, anemia severa (talasemia) y malformaciones congénitas o cromosopatías, una de las relacionadas a la hidropesía es el síndrome de Turner.
La complicación suele detectarse en las ecografías de control que se realizan a la embarazada, la cual muestra cantidades altas de líquido amniótico, placenta anormalmente grande e hinchazón en el vientre del bebé, incluyendo el hígado, el bazo, el corazón o el área pulmonar. En estos casos, se recomienda realizar una amniocentesis y llevar un control estricto mediante ecografías para determinar la gravedad de la afección.
La probabilidad de que el bebé muera antes de nacer o al poco tiempo de nacer es bastante elevada (de más del 50 por ciento). La hidropesía a menuda provoca la muerte del nonato o del recién nacido poco antes o después del parto y el riesgo es más alto en los bebés prematuros o en aquellos con enfermedades al nacer. Sin embargo, todo depende del grado de la afección y del tratamiento que se lleve a cabo en cada caso.
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