Infertilidad secundaria: cuando ya tienes un hijo pero el nuevo embarazo no llega
Para las parejas que no tuvieron problemas para concebir a su primer hijo, lo esperado es que así como el primer embarazo sucedió fácilmente y de forma natural, ocurra un segundo embarazo. Sin embargo, haber tenido un hijo no siempre es garantía de que será sencillo tener otro.
Cuando ya se tiene un hijo pero el nuevo embarazo no llega, estaríamos hablando de infertilidad secundaria. Te decimos en qué consiste y los posibles motivos por los que sucede.
Qué es la infertilidad secundaria
La infertilidad secundaria es cuando la pareja ha tenido un hijo sin problemas pero tiene dificultades para tener otro. Este tipo de infertilidad es rara, pero cuando ocurre es muy estresante y agobiante para la pareja, pues les resulta muy confuso no poder lograr otro embarazo, cuando está más que comprobado que sí pueden concebir un bebé.
Sin embargo y como mencionaba al inicio, es falso creer que si se ha sido fértil una vez siempre será así. Desde el último embarazo pueden haber sucedido cambios en el estilo de vida que hayan producido alteraciones en la salud reproductiva de la pareja, que analizaremos más adelante.
En estos casos, aplica la misma regla general cuando no se logra concebir un bebé por primera vez: si después de una año de intentarlo no se ha logrado concebir, es momento de acudir al médico para descartar cualquier problema.
Posibles causas
Al igual que en cualquier embarazo, hay factores que pueden dificultar la concepción, que pueden no haber estado en el primer embarazo pero sí ahora que buscamos tener otro bebé. Estas son algunas de las posibles causas por las que se presente infertilidad secundaria:
Llevar una vida más estresante
No es lo mismo buscar un embarazo cuando solo eran ustedes dos, a buscarlo ahora que tienen un hijo al que cuidar. Las condiciones y el estilo de vida no son los mismos, pues se tienen mayores responsabilidades y obligaciones que sin duda influyen en el nivel de estrés de ambos.
En el caso de la madre, que es donde suele recaer la mayor parte de la crianza (aunque en muchos hogares ya no es así), la mujer puede sentirse más cansada y estresada, lo que altera su periodo y puede dificultar el embarazo.
Además, a todo esto podemos sumarle la presión social que viven las parejas que tienen solo un hijo, donde les inundan de preguntas como "¿y para cuándo el otro?" o comentarios como "le hace falta un hermanito", que también afectan mucho emocionalmente.
La edad de la madre
Es obvio que en el primer embarazo la mujer era más joven, por lo que la edad también puede ser un posible factor que cause infertilidad secundaria, pues con cada año que pasa, se reducen las probabilidades de quedar embarazada.
Por ejemplo, una mujer de unos 20 años que esté tratando de quedarse embarazada en sus días fértiles tiene un 25% de probabilidades de conseguirlo, rondando los 30 años tiene un 15%, a partir de los 35 descienden las posibilidades a un 8% y a un 3% a partir de los 38 años.
Problemas médicos de la madre
Otro posible factor de infertilidad secundaria, es que la madre presente algún problema médico que no existía en el primer embarazo o que no afectó su fertilidad en esa ocasión, como problemas ovulatorios, endometriosis, adhesiones pélvicas o la presencia de fibromas o de pólipos en el útero.
También hay que tomar en cuenta que el primer embarazo y parto pudo haber afectado de alguna manera, pues en el caso de cesárea, por ejemplo, estudios han encontrado que haber tenido una podría aumentar el riesgo de infertilidad secundaria.
Lo recomendable antes de buscar un segundo embarazo es acudir a una revisión ginecológica para asegurarse de que está todo en orden para concebir, y comentar al médico cualquier cosa que pueda parecernos irregular.
Problemas médicos del padre
En ocasiones, la infertilidad secundaria puede ser causada por problemas médicos del hombre, pues al igual que la mujer hay factores que pueden alterar su capacidad para concebir, a pesar de que ya hayan tenido un hijo.
Un número reducido de espermatozoides o una mala calidad de los mismos (que puede ser ocasionado por la edad), así como ciertas patologías o enfermedades, pueden afectarle y reducir sus posibilidades de concebir por segunda vez.
Variaciones en el peso
Otra posible causa de infertilidad secundaria es el peso de ambos, que pudo haber aumentado desde el primer embarazo, haciendo que se presenten dificultades para concebir.
En el caso del hombre, estudios han encontrado que aumentar de peso y padecer obesidad puede afectar la calidad de los espermas. En el caso de la mujer es similar, ya que el exceso de peso produce alteraciones en los ovarios que podrían contribuir a la incapacidad de los óvulos para producir un embrión.
Cambios en la alimentación
En Bebés y más hemos hablado mucho sobre la influencia de la alimentación en la fertilidad, por lo que otra posible causa de infertilidad secundaria pueden ser los cambios que hayamos realizado en este sentido.
El consumo elevado alcohol y cafeína, así como de grasas trans, azúcares y carnes rojas y procesadas, puede contribuir al descenso de las probabilidades de embarazo y de las tasas de fertilización de las parejas.
Qué hacer si no llega un segundo embarazo
Una de las primeras cosas que debemos hacer (si es que no lo hicimos ya con el primer embarazo) es aprender a conocer e identificar los días fértiles. Esto nos ayudará a aumentar las probabilidades de embarazo, pues si las relaciones sexuales no se producen en el período fértil, es imposible que se produzca la concepción.
Es importante también tomar en cuenta la edad. Por ejemplo, si son mayores de 35 años y su estilo de vida no ha cambiado, es recomendable hacer una visita al ginecólogo cuando no han podido concebir después de seis meses.
Cuando el segundo hijo tarda en llegar la pareja puede sufrir consecuencias emocionales. Puede ser tan frustrante o más que si fuera el primer embarazo pues ya se tiene la expectativa previa de que será más o menos pronto si es que el primero lo ha sido.
Es importante primero intentar reconocer posibles señales de que algo no va bien, sobrellevar juntos la ansiedad de la espera y por supuesto acudir al médico si ha pasado demasiado tiempo y el embarazo no se produce.
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